sábado, 24 de diciembre de 2011

La Biblia

LA
SANTA BIBLIA
ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO
ANTIGUA VERSIÓN DE
CASIODORO DE REINA (1569)
REVISADA POR CIPRIANO DE
VALERA (1602)
OTRAS REVISIONES: 1862, 1909 Y 1960
Reina-Valera 1960
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Libros del Antiguo Testamento
Página Página
GÉNESIS . . . . . . . . . 1
Éxodo . . . . . . . . . . . 81
Levítico . . . . . . . . . . 147
Números . . . . . . . . . . 196
Deuteronomio . . . . . . . 264
Josué . . . . . . . . . . . 321
Jueces . . . . . . . . . . . 361
Rut . . . . . . . . . . . . 401
I Samuel . . . . . . . . . . 407
II Samuel . . . . . . . . . 460
I Reyes . . . . . . . . . . 504
II Reyes . . . . . . . . . . 556
I Crónicas . . . . . . . . . 605
II Crónicas . . . . . . . . 650
Esdras . . . . . . . . . . . 707
Nehemías . . . . . . . . . 724
Ester . . . . . . . . . . . . 747
Job . . . . . . . . . . . . . 760
Salmos . . . . . . . . . . . 800
Proverbios . . . . . . . . . 898
Eclesiastés . . . . . . . . . 932
Cantar de los Cantares . . 945
Isaías . . . . . . . . . . . 951
Jeremías . . . . . . . . . . 1028
Lamentaciones . . . . . . 1117
Ezequiel . . . . . . . . . . 1125
Daniel . . . . . . . . . . . 1206
Oseas . . . . . . . . . . . 1231
Joel . . . . . . . . . . . . 1242
Amós . . . . . . . . . . . 1247
Abdías . . . . . . . . . . . 1256
Jonás . . . . . . . . . . . 1258
Miqueas . . . . . . . . . . 1261
Nahum . . . . . . . . . . 1268
Habacuc . . . . . . . . . . 1271
Sofonías . . . . . . . . . . 1275
Hageo . . . . . . . . . . . 1279
Zacarías . . . . . . . . . . 1282
Malaquías . . . . . . . . . 1296
Libros del Nuevo Testamento
Página Página
MATEO . . . . . . . . . . 1301
Marcos . . . . . . . . . . . 1352
Lucas . . . . . . . . . . . 1384
Juan . . . . . . . . . . . . 1439
Hechos . . . . . . . . . . . 1480
Romanos . . . . . . . . . 1535
I Corintios . . . . . . . . . 1558
II Corintios . . . . . . . . 1580
Gálatas . . . . . . . . . . 1595
Efesios . . . . . . . . . . . 1603
Filipenses . . . . . . . . . 1611
Colosenses . . . . . . . . . 1617
I Tesalonicenses . . . . . . 1623
II Tesalonicenses . . . . . 1628
I Timoteo . . . . . . . . . 1631
II Timoteo . . . . . . . . 1637
Tito . . . . . . . . . . . . 1642
Filemón . . . . . . . . . . 1645
Hebreos . . . . . . . . . . 1647
Santiago . . . . . . . . . . 1664
I Pedro . . . . . . . . . . 1670
II Pedro . . . . . . . . . . 1677
I Juan . . . . . . . . . . . 1681
II Juan . . . . . . . . . . 1687
III Juan . . . . . . . . . . 1688
Judas . . . . . . . . . . . 1689
El Apocalipsis . . . . . . . 1691

libro primero de moisés
génesis
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la 1, 2
tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban
sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios
se movía sobre la faz de las aguas. Y d¼o Dios: Sea 3
la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y se- 4
paró Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, 5
y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un
día. Luego d¼o Dios: Haya expansión en medio de las aguas, 6
y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y 7
separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las
aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó Dios 8
a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.
D¼o también Dios: Júntense las aguas que están debajo 9
de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y 10
llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó
Mares. Y vio Dios que era bueno. Después d¼o Dios: Produz- 11
ca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto
que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la
tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba 12
que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya
semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.
Y fue la tarde y la mañana el día tercero. D¼o luego Dios: 13, 14
Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el
día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para
días y años, y sean por lumbreras en la expansión de los cielos 15
para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo Dios las dos 16
grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en
el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche;
hizo también las estrellas. Y las puso Dios en la expansión de 17
los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el 18
día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio
Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuar- 19
1. 20–2. 5 Génesis 2
to. D¼o Dios: 20 Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que
21 vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y
creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente
que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y
22 toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y
Dios los bend¼o, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad
las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.
23, 24 Y fue la tarde y la mañana el día quinto. Luego d¼o Dios:
Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y
serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.
25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado
según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra
26 según su especie. Y vio Dios que era bueno. Entonces d¼o
Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de
los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal
27 que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su
28 imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y
los bend¼o Dios, y les d¼o: Fructificad y multiplicaos; llenad
la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las
aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre
29 la tierra. Y d¼o Dios: He aquí que os he dado toda planta
que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en
30 que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda
bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo
que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta
31 verde les será para comer. Y fue así. Y vio Dios todo lo que
había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue
la tarde y la mañana el día sexto.
2 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejér-
2 cito de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo;
3 y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bend¼o
Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda
4 la obra que había hecho en la creación. Éstos son los orígenes
de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día
5 que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, y toda planta del
campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo
antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llo3
Génesis 2. 6–25
ver sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra,
sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la 6
faz de la tierra. Entonces Jehová Dios formó al hombre del 7
polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el
hombre un ser viviente. Y Jehová Dios plantó un huerto en 8
Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y 9
Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la
vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio
del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Y salía 10
de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en
cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que 11
rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de 12
aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. El 13
nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la
tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es 14
el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates.
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto 15
de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jeho- 16
vá Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás
comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no come- 17
rás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Y 18
d¼o Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré
ayuda idónea para él. Jehová Dios formó, pues, de la tierra 19
toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a
Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que
Adán llamó a los animales vivientes, ése es su nombre. Y puso 20
Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado
del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.
Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, 21
y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la
carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del 22
hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. D¼o entonces 23
Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne;
ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por 24
tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a
su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, 25
Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
3. 1–18 Génesis 4
3 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales
del campo que Jehová Dios había hecho; la cual d¼o a la mujer:
¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del
2 huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los
3 árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol
que está en medio del huerto d¼o Dios: No comeréis de él, ni le
4 tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente d¼o a la
5 mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis
de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabien-
6 do el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno
para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable
para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio
7 también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces
fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban
desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron de-
8 lantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el
huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron
de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le d¼o: ¿Dónde estás tú?
10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque
11 estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le d¼o: ¿Quién te enseñó
que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo
12 te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que
13 me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces
Jehová Dios d¼o a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y
14 d¼o la mujer: La serpiente me engañó, y comí. Y Jehová Dios
d¼o a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre
todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre
tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente
y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás
16 en el calcañar. A la mujer d¼o: Multiplicaré en gran manera
los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los h¼os; y
17 tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al
hombre d¼o: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y
comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de
él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de
18 ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te produci5
Génesis 3. 19–4. 14
rá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro 19
comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella
fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Y llamó 20
Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre
de todos los vivientes. Y Jehová Dios hizo al hombre y a su 21
mujer túnicas de pieles, y los vistió. Y d¼o Jehová Dios: He 22
aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y
el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también
del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó 23
Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que
fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente 24
del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que
se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol
de la vida.
Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz 4
a Caín, y d¼o: Por voluntad de Jehová he adquirido varón.
Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de 2
ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció andando 3
el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda
a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus 4
ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a
Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la 5
ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su
semblante. Entonces Jehová d¼o a Caín: ¿Por qué te has en- 6
sañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, 7
¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la
puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás
de él. Y d¼o Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y 8
aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra
su hermano Abel, y lo mató. Y Jehová d¼o a Caín: ¿Dónde 9
está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso
guarda de mi hermano? Y él le d¼o: ¿Qué has hecho? La voz 10
de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. Aho- 11
ra, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para
recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Cuando labres 12
la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero
serás en la tierra. Y d¼o Caín a Jehová: Grande es mi castigo 13
para ser soportado. He aquí me echas hoy de la tierra, y de 14
4. 15–5. 9 Génesis 6
tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la
tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.
15 Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a
Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en
16 Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara. Salió,
pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al
17 oriente de Edén. Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y
dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la
18 ciudad del nombre de su h¼o, Enoc. Y a Enoc le nació Irad, e
Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a Metusael, y
19 Metusael engendró a Lamec. Y Lamec tomó para sí dos mujeres;
el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila.
20 Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan
21 en tiendas y crían ganados. Y el nombre de su hermano fue
Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta.
22 Y Zila también dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra
de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín fue Naama.
23 Y d¼o Lamec a sus mujeres: Ada y Zila, oíd mi voz; Mujeres
de Lamec, escuchad mi dicho: Que un varón mataré por mi
24 herida, Y un joven por mi golpe. Si siete veces será vengado
25 Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será. Y conoció
de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un h¼o, y llamó
su nombre Set: Porque Dios (d¼o ella) me ha sustituido otro
26 h¼o en lugar de Abel, a quien mató Caín. Y a Set también le
nació un h¼o, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres
comenzaron a invocar el nombre de Jehová.
5 Éste es el libro de las generaciones de Adán. El día en que
2 creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y
hembra los creó; y los bend¼o, y llamó el nombre de ellos Adán,
3 el día en que fueron creados. Y vivió Adán ciento treinta años,
y engendró un h¼o a su semejanza, conforme a su imagen, y
4 llamó su nombre Set. Y fueron los días de Adán después que
5 engendró a Set, ochocientos años, y engendró h¼os e h¼as. Y
fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años;
6 y murió. Vivió Set ciento cinco años, y engendró a Enós.
7 Y vivió Set, después que engendró a Enós, ochocientos siete
8 años, y engendró h¼os e h¼as. Y fueron todos los días de Set
9 novecientos doce años; y murió. Vivió Enós noventa años, y
7 Génesis 5. 10–6. 3
engendró a Cainán. Y vivió Enós, después que engendró a 10
Cainán, ochocientos quince años, y engendró h¼os e h¼as. Y 11
fueron todos los días de Enós novecientos cinco años; y murió.
Vivió Cainán setenta años, y engendró a Mahalaleel. Y vivió 12, 13
Cainán, después que engendró a Mahalaleel, ochocientos cuarenta
años, y engendró h¼os e h¼as. Y fueron todos los días 14
de Cainán novecientos diez años; y murió. Vivió Mahalaleel 15
sesenta y cinco años, y engendró a Jared. Y vivió Mahala- 16
leel, después que engendró a Jared, ochocientos treinta años,
y engendró h¼os e h¼as. Y fueron todos los días de Mahala- 17
leel ochocientos noventa y cinco años; y murió. Vivió Jared 18
ciento sesenta y dos años, y engendró a Enoc. Y vivió Jared, 19
después que engendró a Enoc, ochocientos años, y engendró
h¼os e h¼as. Y fueron todos los días de Jared novecientos se- 20
senta y dos años; y murió. Vivió Enoc sesenta y cinco años, 21
y engendró a Matusalén. Y caminó Enoc con Dios, después 22
que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró h¼os
e h¼as. Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta 23
y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, 24
porque le llevó Dios. Vivió Matusalén ciento ochenta y siete 25
años, y engendró a Lamec. Y vivió Matusalén, después que 26
engendró a Lamec, setecientos ochenta y dos años, y engendró
h¼os e h¼as. Fueron, pues, todos los días de Matusalén no- 27
vecientos sesenta y nueve años; y murió. Vivió Lamec ciento 28
ochenta y dos años, y engendró un h¼o; y llamó su nombre 29
Noé, diciendo: Éste nos aliviará de nuestras obras y del trabajo
de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová mald¼o. Y 30
vivió Lamec, después que engendró a Noé, quinientos noventa
y cinco años, y engendró h¼os e h¼as. Y fueron todos los días 31
de Lamec setecientos setenta y siete años; y murió. Y siendo 32
Noé de quinientos años, engendró a Sem, a Cam y a Jafet.
Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multipli- 6
carse sobre la faz de la tierra, y les nacieron h¼as, que viendo 2
los h¼os de Dios que las h¼as de los hombres eran hermosas, tomaron
para sí mujeres, escogiendo entre todas. Y d¼o Jehová: 3
No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque
ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.
6. 4–21 Génesis 8
4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después
que se llegaron los h¼os de Dios a las h¼as de los hombres, y
les engendraron h¼os. Éstos fueron los valientes que desde la
5 antigüedad fueron varones de renombre. Y vio Jehová que
la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo
designio de los pensamientos del corazón de ellos era de conti-
6 nuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho
7 hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y d¼o Jehová:
Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado,
desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del
8 cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló
9 gracia ante los ojos de Jehová. Éstas son las generaciones de
Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con
10 Dios caminó Noé. Y engendró Noé tres h¼os: a Sem, a Cam
11 y a Jafet. Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba
12 la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí
que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido
13 su camino sobre la tierra. D¼o, pues, Dios a Noé: He decidido
el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia
a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.
14 Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca,
15 y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. Y de esta
manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de
16 cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. Una
ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por
la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le
17 harás piso bajo, segundo y tercero. Y he aquí que yo traigo
un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en
que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en
18 la tierra morirá. Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás
en el arca tú, tus h¼os, tu mujer, y las mujeres de tus h¼os
19 contigo. Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie
meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho
20 y hembra serán. De las aves según su especie, y de las bestias
según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie,
dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida.
21 Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo,
9 Génesis 6. 22–7. 19
y servirá de sustento para ti y para ellos. Y lo hizo así Noé; 22
hizo conforme a todo lo que Dios le mandó.
D¼o luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; 7
porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. De 2
todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra;
mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho
y su hembra. También de las aves de los cielos, siete parejas, 3
macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de
la tierra. Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la 4
tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz
de la tierra a todo ser viviente que hice. E hizo Noé conforme 5
a todo lo que le mandó Jehová. Era Noé de seiscientos años 6
cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra. Y por causa 7
de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus h¼os, su
mujer, y las mujeres de sus h¼os. De los animales limpios, y de 8
los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que
se arrastra sobre la tierra, de dos en dos entraron con Noé en 9
el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé. Y sucedió 10
que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra.
El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los 11
diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes
del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas,
y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches. 12
En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet h¼os 13
de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus h¼os, con
él en el arca; ellos, y todos los animales silvestres según sus 14
especies, y todos los animales domesticados según sus especies,
y todo reptil que se arrastra sobre la tierra según su especie,
y toda ave según su especie, y todo pájaro de toda especie.
Vinieron, pues, con Noé al arca, de dos en dos de toda carne 15
en que había espíritu de vida. Y los que vinieron, macho y 16
hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios;
y Jehová le cerró la puerta. Y fue el diluvio cuarenta días 17
sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se
elevó sobre la tierra. Y subieron las aguas y crecieron en gran 18
manera sobre la tierra; y flotaba el arca sobre la superficie
de las aguas. Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y 19
todos los montes altos que había debajo de todos los cielos,
7. 20–8. 14 Génesis 10
20 fueron cubiertos. Quince codos más alto subieron las aguas,
21 después que fueron cubiertos los montes. Y murió toda carne
que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y
de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y
22 todo hombre. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida
23 en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió. Así fue
destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde
el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y
fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que
24 con él estaban en el arca. Y prevalecieron las aguas sobre la
tierra ciento cincuenta días.
8 Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de
todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar
2 Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas. Y
se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos;
3 y la lluvia de los cielos fue detenida. Y las aguas decrecían
gradualmente de sobre la tierra; y se retiraron las aguas al cabo
4 de ciento cincuenta días. Y reposó el arca en el mes séptimo,
5 a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat. Y las
aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo,
al primero del mes, se descubrieron las cimas de los montes.
6 Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana
7 del arca que había hecho, y envió un cuervo, el cual salió, y
estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre
8 la tierra. Envió también de sí una paloma, para ver si las
9 aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra. Y no
halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvió a
él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda
la tierra. Entonces él extendió su mano, y tomándola, la hizo
10 entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y volvió
11 a enviar la paloma fuera del arca. Y la paloma volvió a él a
la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de olivo en el
pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre
12 la tierra. Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la
13 cual no volvió ya más a él. Y sucedió que en el año seiscientos
uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas
se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y
14 miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca. Y en el
11 Génesis 8. 15–9. 10
mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.
Entonces habló Dios a Noé, diciendo: Sal del arca tú, y tu 15, 16
mujer, y tus h¼os, y las mujeres de tus h¼os contigo. Todos 17
los animales que están contigo de toda carne, de aves y de
bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás
contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense
sobre la tierra. Entonces salió Noé, y sus h¼os, su mujer, y las 18
mujeres de sus h¼os con él. Todos los animales, y todo reptil 19
y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus
especies, salieron del arca. Y edificó Noé un altar a Jehová, 20
y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció
holocausto en el altar. Y percibió Jehová olor grato; y d¼o 21
Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por
causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre
es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser
viviente, como he hecho. Mientras la tierra permanezca, no 22
cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y
el invierno, y el día y la noche.
Bend¼o Dios a Noé y a sus h¼os, y les d¼o: Fructificad 9
y multiplicaos, y llenad la tierra. El temor y el miedo de 2
vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda
ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y
en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados.
Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: 3
así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo.
Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis. Porque 4, 5
ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano
de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano
del varón su hermano demandaré la vida del hombre. El que 6
derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será
derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre. Mas 7
vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente
en la tierra, y multiplicaos en ella. Y habló Dios a Noé y 8
a sus h¼os con él, diciendo: He aquí que yo establezco mi 9
pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de
vosotros; y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, 10
animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde
todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra.
9. 11–10. 5 Génesis 12
11 Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más
toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para
12 destruir la tierra. Y d¼o Dios: Ésta es la señal del pacto que
yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está
13 con vosotros, por siglos perpetuos: Mi arco he puesto en las
nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra.
14 Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se
15 dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del
pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de
toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda
16 carne. Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del
pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne
17 que hay sobre la tierra. D¼o, pues, Dios a Noé: Ésta es la señal
del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está
18 sobre la tierra. Y los h¼os de Noé que salieron del arca fueron
19 Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán. Estos tres
20 son los h¼os de Noé, y de ellos fue llena toda la tierra. Después
21 comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña; y bebió
del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su
22 tienda. Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre,
23 y lo d¼o a sus dos hermanos que estaban afuera. Entonces
Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios
hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su
padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez
24 de su padre. Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que
25 le había hecho su h¼o más joven, y d¼o: Maldito sea Canaán;
26 Siervo de siervos será a sus hermanos. D¼o más: Bendito por
27 Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo. Engrandezca
Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su
28 siervo. Y vivió Noé después del diluvio trescientos cincuenta
29 años. Y fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta
años; y murió.
10 Éstas son las generaciones de los h¼os de Noé: Sem, Cam
2 y Jafet, a quienes nacieron h¼os después del diluvio. Los hijos
de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y
3, 4 Tiras. Los h¼os de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma. Los
5 h¼os de Javán: Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim. De éstos
se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme
13 Génesis 10. 6–11. 3
a sus familias en sus naciones. Los h¼os de Cam: Cus, Miz- 6
raim, Fut y Canaán. Y los h¼os de Cus: Seba, Havila, Sabta, 7
Raama y Sabteca. Y los h¼os de Raama: Seba y Dedán. Y 8
Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso
en la tierra. Éste fue vigoroso cazador delante de Jehová; por 9
lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de
Jehová. Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y 10
Calne, en la tierra de Sinar. De esta tierra salió para Asiria, 11
y edificó Nínive, Rehobot, Cala, y Resén entre Nínive y Ca- 12
la, la cual es ciudad grande. Mizraim engendró a Ludim, a 13
Anamim, a Lehabim, a Naftuhim, a Patrusim, a Casluhim, 14
de donde salieron los filisteos, y a Caftorim. Y Canaán en- 15
gendró a Sidón su primogénito, a Het, al jebuseo, al amorreo, 16
al gergeseo, al heveo, al araceo, al sineo, al arvadeo, al ze- 17, 18
mareo y al hamateo; y después se dispersaron las familias de
los cananeos. Y fue el territorio de los cananeos desde Sidón, 19
en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma,
Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa. Éstos son los h¼os de 20
Cam por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus
naciones. También le nacieron h¼os a Sem, padre de todos 21
los h¼os de Heber, y hermano mayor de Jafet. Los h¼os de 22
Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. Y los h¼os 23
de Aram: Uz, Hul, Geter y Mas. Arfaxad engendró a Sala, 24
y Sala engendró a Heber. Y a Heber nacieron dos h¼os: el 25
nombre del uno fue Peleg, porque en sus días fue repartida la
tierra; y el nombre de su hermano, Joctán. Y Joctán engendró 26
a Almodad, Selef, Hazar-mavet, Jera, Adoram, Uzal, Dicla, 27
Obal, Abimael, Seba, Ofir, Havila y Jobab; todos éstos fueron 28, 29
h¼os de Joctán. Y la tierra en que habitaron fue desde Mesa 30
en dirección de Sefar, hasta la región montañosa del oriente.
Éstos fueron los h¼os de Sem por sus familias, por sus lenguas, 31
en sus tierras, en sus naciones. Éstas son las familias de los 32
h¼os de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos
se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio.
Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas 11
palabras. Y aconteció que cuando salieron de oriente, halla- 2
ron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. Y 3
11. 4–28 Génesis 14
se d¼eron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo
con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfal-
4 to en lugar de mezcla. Y d¼eron: Vamos, edifiquémonos una
ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos
un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la
5 tierra. Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que
6 edificaban los h¼os de los hombres. Y d¼o Jehová: He aquí
el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han
comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que
7 han pensado hacer. Ahora, pues, descendamos, y confundamos
allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su
8 compañero. Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de
9 toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por esto fue
llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová
el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la
10 faz de toda la tierra. Éstas son las generaciones de Sem: Sem,
de edad de cien años, engendró a Arfaxad, dos años después
11 del diluvio. Y vivió Sem, después que engendró a Arfaxad,
12 quinientos años, y engendró h¼os e h¼as. Arfaxad vivió trein-
13 ta y cinco años, y engendró a Sala. Y vivió Arfaxad, después
que engendró a Sala, cuatrocientos tres años, y engendró h¼os
14, 15 e h¼as. Sala vivió treinta años, y engendró a Heber. Y vivió
Sala, después que engendró a Heber, cuatrocientos tres años,
16 y engendró h¼os e h¼as. Heber vivió treinta y cuatro años, y
17 engendró a Peleg. Y vivió Heber, después que engendró a Pe-
18 leg, cuatrocientos treinta años, y engendró h¼os e h¼as. Peleg
19 vivió treinta años, y engendró a Reu. Y vivió Peleg, después
que engendró a Reu, doscientos nueve años, y engendró h¼os e
20, 21 h¼as. Reu vivió treinta y dos años, y engendró a Serug. Y vivió
Reu, después que engendró a Serug, doscientos siete años,
22 y engendró h¼os e h¼as. Serug vivió treinta años, y engendró
23 a Nacor. Y vivió Serug, después que engendró a Nacor, dos-
24 cientos años, y engendró h¼os e h¼as. Nacor vivió veintinueve
25 años, y engendró a Taré. Y vivió Nacor, después que engendró
26 a Taré, ciento diecinueve años, y engendró h¼os e h¼as. Taré
vivió setenta años, y engendró a Abram, a Nacor y a Harán.
27 Éstas son las generaciones de Taré: Taré engendró a Abram,
28 a Nacor y a Harán; y Harán engendró a Lot. Y murió Harán
15 Génesis 11. 29–12. 14
antes que su padre Taré en la tierra de su nacimiento, en Ur
de los caldeos. Y tomaron Abram y Nacor para sí mujeres; 29
el nombre de la mujer de Abram era Sarai, y el nombre de
la mujer de Nacor, Milca, h¼a de Harán, padre de Milca y de
Isca. Mas Sarai era estéril, y no tenía h¼o. Y tomó Taré a 30, 31
Abram su h¼o, y a Lot h¼o de Harán, h¼o de su h¼o, y a Sarai
su nuera, mujer de Abram su h¼o, y salió con ellos de Ur de los
caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán,
y se quedaron allí. Y fueron los días de Taré doscientos cinco 32
años; y murió Taré en Harán.
Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu 12
parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré 2
tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bend¼e- 3
ren, y a los que te mald¼eren maldeciré; y serán benditas en ti
todas las familias de la tierra. Y se fue Abram, como Jehová 4
le d¼o; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y
cinco años cuando salió de Harán. Tomó, pues, Abram a Sarai 5
su mujer, y a Lot h¼o de su hermano, y todos sus bienes que
habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán,
y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán
llegaron. Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de 6
Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces
en la tierra. Y apareció Jehová a Abram, y le d¼o: A tu 7
descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová,
quien le había aparecido. Luego se pasó de allí a un monte 8
al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al
occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó
el nombre de Jehová. Y Abram partió de allí, caminando y 9
yendo hacia el Neguev. Hubo entonces hambre en la tierra, y 10
descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande
el hambre en la tierra. Y aconteció que cuando estaba para 11
entrar en Egipto, d¼o a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco
que eres mujer de hermoso aspecto; y cuando te vean 12
los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti
te reservarán la vida. Ahora, pues, di que eres mi hermana, 13
para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por
causa de ti. Y aconteció que cuando entró Abram en Egipto, 14
12. 15–13. 13 Génesis 16
los egipcios vieron que la mujer era hermosa en gran manera.
15 También la vieron los príncipes de Faraón, y la alabaron de-
16 lante de él; y fue llevada la mujer a casa de Faraón. E hizo
bien a Abram por causa de ella; y él tuvo ovejas, vacas, asnos,
17 siervos, criadas, asnas y camellos. Mas Jehová hirió a Faraón
y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de
18 Abram. Entonces Faraón llamó a Abram, y le d¼o: ¿Qué es
esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que
19 era tu mujer? ¿Por qué d¼iste: Es mi hermana, poniéndome
en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, he
20 aquí tu mujer; tómala, y vete. Entonces Faraón dio orden a
su gente acerca de Abram; y le acompañaron, y a su mujer,
con todo lo que tenía.
13 Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev, él y su mu-
2 jer, con todo lo que tenía, y con él Lot. Y Abram era riquísimo
3 en ganado, en plata y en oro. Y volvió por sus jornadas desde
el Neguev hacia Bet-el, hasta el lugar donde había estado
4 antes su tienda entre Bet-el y Hai, al lugar del altar que había
hecho allí antes; e invocó allí Abram el nombre de Jehová.
5 También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y
6 tiendas. Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos,
pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un
7 mismo lugar. Y hubo contienda entre los pastores del ganado
de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y
8 el ferezeo habitaban entonces en la tierra. Entonces Abram
d¼o a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre
9 mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. ¿No está
toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí.
Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a
10 la derecha, yo iré a la izquierda. Y alzó Lot sus ojos, y vio
toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como
el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección
de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra.
11 Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se
12 fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro. Abram
acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las
ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta So-
13 doma. Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores
17 Génesis 13. 14–14. 13
contra Jehová en gran manera. Y Jehová d¼o a Abram, des- 14
pués que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde
el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al
occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu 15
descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el 16
polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la
tierra, también tu descendencia será contada. Levántate, ve 17
por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré.
Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar 18
de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová.
Aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, Arioc rey 14
de Elasar, Quedorlaomer rey de Elam, y Tidal rey de Goim,
que éstos hicieron guerra contra Bera rey de Sodoma, contra 2
Birsa rey de Gomorra, contra Sinab rey de Adma, contra Semeber
rey de Zeboim, y contra el rey de Bela, la cual es Zoar.
Todos éstos se juntaron en el valle de Sidim, que es el Mar 3
Salado. Doce años habían servido a Quedorlaomer, y en el 4
decimotercero se rebelaron. Y en el año decimocuarto vino 5
Quedorlaomer, y los reyes que estaban de su parte, y derrotaron
a los refaítas en Astarot Karnaim, a los zuzitas en Ham,
a los emitas en Save-quiriataim, y a los horeos en el monte 6
de Seir, hasta la llanura de Parán, que está junto al desierto.
Y volvieron y vinieron a En-mispat, que es Cades, y devasta- 7
ron todo el país de los amalecitas, y también al amorreo que
habitaba en Hazezontamar. Y salieron el rey de Sodoma, el 8
rey de Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboim y el rey de
Bela, que es Zoar, y ordenaron contra ellos batalla en el valle
de Sidim; esto es, contra Quedorlaomer rey de Elam, Tidal 9
rey de Goim, Amrafel rey de Sinar, y Arioc rey de Elasar;
cuatro reyes contra cinco. Y el valle de Sidim estaba lleno de 10
pozos de asfalto; y cuando huyeron el rey de Sodoma y el de
Gomorra, algunos cayeron allí; y los demás huyeron al monte.
Y tomaron toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas 11
sus provisiones, y se fueron. Tomaron también a Lot, h¼o del 12
hermano de Abram, que moraba en Sodoma, y sus bienes, y se
fueron. Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Abram 13
el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo,
hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados
14. 14–15. 9 Génesis 18
14 de Abram. Oyó Abram que su pariente estaba prisionero, y
armó a sus criados, los nacidos en su casa, trescientos diecio-
15 cho, y los siguió hasta Dan. Y cayó sobre ellos de noche, él y
sus siervos, y les atacó, y les fue siguiendo hasta Hoba al norte
16 de Damasco. Y recobró todos los bienes, y también a Lot su
17 pariente y sus bienes, y a las mujeres y demás gente. Cuando
volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con
él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save,
18 que es el Valle del Rey. Entonces Melquisedec, rey de Salem
19 y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bend¼o,
diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los
20 cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó
tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos
21 de todo. Entonces el rey de Sodoma d¼o a Abram: Dame las
22 personas, y toma para ti los bienes. Y respondió Abram al
rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo,
23 creador de los cielos y de la tierra, que desde un hilo hasta
una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo,
24 para que no digas: Yo enriquecí a Abram; excepto solamente
lo que comieron los jóvenes, y la parte de los varones que
fueron conmigo, Aner, Escol y Mamre, los cuales tomarán su
parte.
15 Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram
en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y
2 tu galardón será sobremanera grande. Y respondió Abram:
Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin h¼o,
3 y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? D¼o
también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí
4 que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. Luego
vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste,
5 sino un h¼o tuyo será el que te heredará. Y lo llevó fuera,
y le d¼o: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las
6 puedes contar. Y le d¼o: Así será tu descendencia. Y creyó
7 a Jehová, y le fue contado por justicia. Y le d¼o: Yo soy
Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar
8 esta tierra. Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré
9 que la he de heredar? Y le d¼o: Tráeme una becerra de tres
años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años,
19 Génesis 15. 10–16. 8
una tórtola también, y un palomino. Y tomó él todo esto, y 10
los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de
la otra; mas no partió las aves. Y descendían aves de rapiña 11
sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba. Mas a 12
la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el
temor de una grande oscuridad cayó sobre él. Entonces Jehová 13
d¼o a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en
tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos
años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; 14
y después de esto saldrán con gran riqueza. Y tú vendrás a 15
tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Y en la 16
cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a
su colmo la maldad del amorreo hasta aquí. Y sucedió que 17
puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando,
y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales
divididos. En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, 18
diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de
Egipto hasta el río grande, el río Éufrates; la tierra de los 19
ceneos, los cenezeos, los admoneos, los heteos, los ferezeos, 20
los refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los 21
jebuseos.
Sarai mujer de Abram no le daba h¼os; y ella tenía una 16
sierva egipcia, que se llamaba Agar. D¼o entonces Sarai a 2
Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues,
que te llegues a mi sierva; quizá tendré h¼os de ella. Y atendió
Abram al ruego de Sarai. Y Sarai mujer de Abram tomó a 3
Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado
Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su
marido. Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que 4
había concebido, miraba con desprecio a su señora. Entonces 5
Sarai d¼o a Abram: Mi afrenta sea sobre ti; yo te di mi sierva
por mujer, y viéndose encinta, me mira con desprecio; juzgue
Jehová entre tú y yo. Y respondió Abram a Sarai: He aquí, 6
tu sierva está en tu mano; haz con ella lo que bien te parezca.
Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia. Y la halló 7
el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto,
junto a la fuente que está en el camino de Shur. Y le d¼o: 8
Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y
16. 9–17. 12 Génesis 20
9 ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora. Y le d¼o
el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo
10 su mano. Le d¼o también el ángel de Jehová: Multiplicaré
tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de
11 la multitud. Además le d¼o el ángel de Jehová: He aquí que
has concebido, y darás a luz un h¼o, y llamarás su nombre
12 Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. Y él será hombre
fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él,
13 y delante de todos sus hermanos habitará. Entonces llamó el
nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve;
14 porque d¼o: ¿No he visto también aquí al que me ve? Por lo
cual llamó al pozo: Pozo del Viviente-que-me-ve. He aquí está
15 entre Cades y Bered. Y Agar dio a luz un h¼o a Abram, y
16 llamó Abram el nombre del h¼o que le dio Agar, Ismael. Era
Abram de edad de ochenta y seis años, cuando Agar dio a luz
a Ismael.
17 Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le
apareció Jehová y le d¼o: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda
2 delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti,
3 y te multiplicaré en gran manera. Entonces Abram se postró
4 sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mi
5 pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y
no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre
Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de
6 gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de
7 ti, y reyes saldrán de ti. Y estableceré mi pacto entre mí y ti,
y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto
perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de
8 ti. Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra
en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua;
9 y seré el Dios de ellos. D¼o de nuevo Dios a Abraham: En
cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después
10 de ti por sus generaciones. Éste es mi pacto, que guardaréis
entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será cir-
11 cuncidado todo varón de entre vosotros. Circuncidaréis, pues,
la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre
12 mí y vosotros. Y de edad de ocho días será circuncidado todo
varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en
21 Génesis 17. 13–18. 3
casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no
fuere de tu linaje. Debe ser circuncidado el nacido en tu ca- 13
sa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra
carne por pacto perpetuo. Y el varón incircunciso, el que no 14
hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona
será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto. D¼o también 15
Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas
Sara será su nombre. Y la bendeciré, y también te daré de 16
ella h¼o; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones;
reyes de pueblos vendrán de ella. Entonces Abraham se pos- 17
tró sobre su rostro, y se rió, y d¼o en su corazón: ¿A hombre
de cien años ha de nacer h¼o? ¿Y Sara, ya de noventa años,
ha de concebir? Y d¼o Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva 18
delante de ti. Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te 19
dará a luz un h¼o, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré
mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes
después de él. Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he 20
aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho
en gran manera; doce príncipes engendrará, y haré de él
una gran nación. Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el 21
que Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene. Y 22
acabó de hablar con él, y subió Dios de estar con Abraham.
Entonces tomó Abraham a Ismael su h¼o, y a todos los sier- 23
vos nacidos en su casa, y a todos los comprados por su dinero,
a todo varón entre los domésticos de la casa de Abraham, y
circuncidó la carne del prepucio de ellos en aquel mismo día,
como Dios le había dicho. Era Abraham de edad de noventa 24
y nueve años cuando circuncidó la carne de su prepucio. E 25
Ismael su h¼o era de trece años, cuando fue circuncidada la
carne de su prepucio. En el mismo día fueron circuncidados 26
Abraham e Ismael su h¼o. Y todos los varones de su casa, el 27
siervo nacido en casa, y el comprado del extranjero por dinero,
fueron circuncidados con él.
Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estan- 18
do él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. Y 2
alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto
a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda
a recibirlos, y se postró en tierra, y d¼o: Señor, si ahora he 3
18. 4–22 Génesis 22
hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo.
4 Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies;
5 y recostaos debajo de un árbol, y traeré un bocado de pan,
y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso
habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos d¼eron: Haz así
6 como has dicho. Entonces Abraham fue de prisa a la tienda
a Sara, y le d¼o: Toma pronto tres medidas de flor de harina,
7 y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo. Y corrió
Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo
8 dio al criado, y éste se dio prisa a prepararlo. Tomó también
mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo
puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol,
9 y comieron. Y le d¼eron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él
10 respondió: Aquí en la tienda. Entonces d¼o: De cierto volveré
a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer
tendrá un h¼o. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda,
11 que estaba detrás de él. Y Abraham y Sara eran viejos, de
edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de
12 las mujeres. Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después
que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya
13 viejo? Entonces Jehová d¼o a Abraham: ¿Por qué se ha reído
Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vie-
14 ja? ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado
volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un h¼o.
15 Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo miedo.
16 Y él d¼o: No es así, sino que te has reído. Y los varones se
levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba
17 con ellos acompañándolos. Y Jehová d¼o: ¿Encubriré yo a
18 Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una
nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él to-
19 das las naciones de la tierra? Porque yo sé que mandará a
sus h¼os y a su casa después de sí, que guarden el camino de
Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová
20 sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él. Entonces Jehová
le d¼o: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra
se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en
21 extremo, descenderé ahora, y veré si han consumado su obra
22 según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré. Y
23 Génesis 18. 23–19. 5
se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero
Abraham estaba aún delante de Jehová. Y se acercó Abra- 23
ham y d¼o: ¿Destruirás también al justo con el impío? Quizá 24
haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también
y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que
estén dentro de él? Lejos de ti el hacer tal, que hagas mo- 25
rir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el
impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de
hacer lo que es justo? Entonces respondió Jehová: Si hallare 26
en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a
todo este lugar por amor a ellos. Y Abraham replicó y d¼o: 27
He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque
soy polvo y ceniza. Quizá faltarán de cincuenta justos cinco; 28
¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y d¼o: No la
destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco. Y volvió a hablar- 29
le, y d¼o: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo
haré por amor a los cuarenta. Y d¼o: No se enoje ahora mi 30
Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió:
No lo haré si hallare allí treinta. Y d¼o: He aquí ahora que he 31
emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte.
No la destruiré, respondió, por amor a los veinte. Y volvió a 32
decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una
vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por
amor a los diez. Y Jehová se fue, luego que acabó de hablar 33
a Abraham; y Abraham volvió a su lugar.
Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la 19
tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos
Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo, y 2
d¼o: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro
siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana
os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron:
No, que en la calle nos quedaremos esta noche. Mas él 3
porfió con ellos mucho, y fueron con él, y entraron en su casa;
y les hizo banquete, y coció panes sin levadura, y comieron.
Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la 4
ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el
más joven hasta el más viejo. Y llamaron a Lot, y le d¼eron: 5
¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sáca19.
6–21 Génesis 24
6 los, para que los conozcamos. Entonces Lot salió a ellos a la
7 puerta, y cerró la puerta tras sí, y d¼o: Os ruego, hermanos
8 míos, que no hagáis tal maldad. He aquí ahora yo tengo dos
h¼as que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced
de ellas como bien os pareciere; solamente que a estos varones
9 no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado. Y
ellos respondieron: Quita allá; y añadieron: Vino este extraño
para habitar entre nosotros, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora
te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al
10 varón, a Lot, y se acercaron para romper la puerta. Entonces
los varones alargaron la mano, y metieron a Lot en casa con
11 ellos, y cerraron la puerta. Y a los hombres que estaban a la
puerta de la casa hirieron con ceguera desde el menor hasta
12 el mayor, de manera que se fatigaban buscando la puerta. Y
d¼eron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y
tus h¼os y tus h¼as, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo
13 de este lugar; porque vamos a destruir este lugar, por cuanto
el clamor contra ellos ha subido de punto delante de Jehová;
14 por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo. Entonces
salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus
h¼as, y les d¼o: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová
va a destruir esta ciudad. Mas pareció a sus yernos como que
15 se burlaba. Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot,
diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos h¼as que se ha-
16 llan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad. Y
deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano
de su mujer y de las manos de sus dos h¼as, según la misericordia
de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la
17 ciudad. Y cuando los hubieron llevado fuera, d¼eron: Escapa
por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura;
18 escapa al monte, no sea que perezcas. Pero Lot les d¼o: No,
19 yo os ruego, señores míos. He aquí ahora ha hallado vuestro
siervo gracia en vuestros ojos, y habéis engrandecido vuestra
misericordia que habéis hecho conmigo dándome la vida; mas
yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal,
20 y muera. He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá,
la cual es pequeña; dejadme escapar ahora allá (¿no es ella
21 pequeña?), y salvaré mi vida. Y le respondió: He aquí he re25
Génesis 19. 22–20. 2
cibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad
de que has hablado. Date prisa, escápate allá; porque nada 22
podré hacer hasta que hayas llegado allí. Por eso fue llamado
el nombre de la ciudad, Zoar. El sol salía sobre la tierra, 23
cuando Lot llegó a Zoar. Entonces Jehová hizo llover sobre 24
Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová
desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanu- 25
ra, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de
la tierra. Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de 26
él, y se volvió estatua de sal. Y subió Abraham por la mañana 27
al lugar donde había estado delante de Jehová. Y miró hacia 28
Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura
miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo
de un horno. Así, cuando destruyó Dios las ciudades de la 29
llanura, Dios se acordó de Abraham, y envió fuera a Lot de
en medio de la destrucción, al asolar las ciudades donde Lot
estaba. Pero Lot subió de Zoar y moró en el monte, y sus dos 30
h¼as con él; porque tuvo miedo de quedarse en Zoar, y habitó
en una cueva él y sus dos h¼as. Entonces la mayor d¼o a la 31
menor: Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la tierra
que entre a nosotras conforme a la costumbre de toda la tierra.
Ven, demos a beber vino a nuestro padre, y durmamos con él, 32
y conservaremos de nuestro padre descendencia. Y dieron a 33
beber vino a su padre aquella noche, y entró la mayor, y durmió
con su padre; mas él no sintió cuándo se acostó ella, ni
cuándo se levantó. El día siguiente, d¼o la mayor a la menor: 34
He aquí, yo dormí la noche pasada con mi padre; démosle a
beber vino también esta noche, y entra y duerme con él, para
que conservemos de nuestro padre descendencia. Y dieron a 35
beber vino a su padre también aquella noche, y se levantó la
menor, y durmió con él; pero él no echó de ver cuándo se acostó
ella, ni cuándo se levantó. Y las dos h¼as de Lot concibieron 36
de su padre. Y dio a luz la mayor un h¼o, y llamó su nombre 37
Moab, el cual es padre de los moabitas hasta hoy. La menor 38
también dio a luz un h¼o, y llamó su nombre Ben-ammi, el
cual es padre de los amonitas hasta hoy.
De allí partió Abraham a la tierra del Neguev, y acampó 20
entre Cades y Shur, y habitó como forastero en Gerar. Y d¼o 2
20. 3–18 Génesis 26
Abraham de Sara su mujer: Es mi hermana. Y Abimelec rey
3 de Gerar envió y tomó a Sara. Pero Dios vino a Abimelec en
sueños de noche, y le d¼o: He aquí, muerto eres, a causa de
4 la mujer que has tomado, la cual es casada con marido. Mas
Abimelec no se había llegado a ella, y d¼o: Señor, ¿matarás
5 también al inocente? ¿No me d¼o él: Mi hermana es; y ella
también d¼o: Es mi hermano? con sencillez de mi corazón y
6 con limpieza de mis manos he hecho esto. Y le d¼o Dios en
sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has
hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así
7 no te permití que la tocases. Ahora, pues, devuelve la mujer
a su marido; porque es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y
si no la devolvieres, sabe que de cierto morirás tú, y todos
8 los tuyos. Entonces Abimelec se levantó de mañana y llamó
a todos sus siervos, y d¼o todas estas palabras en los oídos
9 de ellos; y temieron los hombres en gran manera. Después
llamó Abimelec a Abraham, y le d¼o: ¿Qué nos has hecho?
¿En qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre
mi reino tan grande pecado? Lo que no debiste hacer has hecho
10 conmigo. D¼o también Abimelec a Abraham: ¿Qué pensabas,
11 para que hicieses esto? Y Abraham respondió: Porque d¼e
para mí: Ciertamente no hay temor de Dios en este lugar, y
12 me matarán por causa de mi mujer. Y a la verdad también
es mi hermana, h¼a de mi padre, mas no h¼a de mi madre, y
13 la tomé por mujer. Y cuando Dios me hizo salir errante de la
casa de mi padre, yo le d¼e: Ésta es la merced que tú harás
conmigo, que en todos los lugares adonde lleguemos, digas de
14 mí: Mi hermano es. Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas,
y siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara
15 su mujer. Y d¼o Abimelec: He aquí mi tierra está delante de
16 ti; habita donde bien te parezca. Y a Sara d¼o: He aquí he
dado mil monedas de plata a tu hermano; mira que él te es
como un velo para los ojos de todos los que están contigo, y
17 para con todos; así fue vindicada. Entonces Abraham oró a
Dios; y Dios sanó a Abimelec y a su mujer, y a sus siervas, y
18 tuvieron h¼os. Porque Jehová había cerrado completamente
toda matriz de la casa de Abimelec, a causa de Sara mujer de
27 Génesis 21. 1–21
Abraham.
Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con 21
Sara como había hablado. Y Sara concibió y dio a Abraham 2
un h¼o en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho. Y 3
llamó Abraham el nombre de su h¼o que le nació, que le dio
a luz Sara, Isaac. Y circuncidó Abraham a su h¼o Isaac de 4
ocho días, como Dios le había mandado. Y era Abraham de 5
cien años cuando nació Isaac su h¼o. Entonces d¼o Sara: Dios 6
me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo.
Y añadió: ¿Quién d¼era a Abraham que Sara habría de dar 7
de mamar a h¼os? Pues le he dado un h¼o en su vejez. Y 8
creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete
el día que fue destetado Isaac. Y vio Sara que el h¼o de 9
Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham,
se burlaba de su h¼o Isaac. Por tanto, d¼o a Abraham: Echa 10
a esta sierva y a su h¼o, porque el h¼o de esta sierva no ha de
heredar con Isaac mi h¼o. Este dicho pareció grave en gran 11
manera a Abraham a causa de su h¼o. Entonces d¼o Dios a 12
Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu
sierva; en todo lo que te d¼ere Sara, oye su voz, porque en
Isaac te será llamada descendencia. Y también del h¼o de la 13
sierva haré una nación, porque es tu descendiente. Entonces 14
Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre
de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó
el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante
por el desierto de Beerseba. Y le faltó el agua del odre, y 15
echó al muchacho debajo de un arbusto, y se fue y se sentó 16
enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré
cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente,
el muchacho alzó su voz y lloró. Y oyó Dios la voz del mu- 17
chacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le
d¼o: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz
del muchacho en donde está. Levántate, alza al muchacho, y 18
sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación.
Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y 19
fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho. Y 20
Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto,
y fue tirador de arco. Y habitó en el desierto de Parán; 21
21. 22–22. 8 Génesis 28
22 y su madre le tomó mujer de la tierra de Egipto. Aconteció
en aquel mismo tiempo que habló Abimelec, y Ficol príncipe
de su ejército, a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo
23 cuanto haces. Ahora, pues, júrame aquí por Dios, que no faltarás
a mí, ni a mi h¼o ni a mi nieto, sino que conforme a la
bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo, y con la tierra
24, 25 en donde has morado. Y respondió Abraham: Yo juraré. Y
Abraham reconvino a Abimelec a causa de un pozo de agua,
26 que los siervos de Abimelec le habían quitado. Y respondió
Abimelec: No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me lo
27 hiciste saber, ni yo lo he oído hasta hoy. Y tomó Abraham
28 ovejas y vacas, y dio a Abimelec; e hicieron ambos pacto. En-
29 tonces puso Abraham siete corderas del rebaño aparte. Y d¼o
Abimelec a Abraham: ¿Qué significan esas siete corderas que
30 has puesto aparte? Y él respondió: Que estas siete corderas
tomarás de mi mano, para que me sirvan de testimonio de que
31 yo cavé este pozo. Por esto llamó a aquel lugar Beerseba; por-
32 que allí juraron ambos. Así hicieron pacto en Beerseba; y se
levantó Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, y volvieron a
33 tierra de los filisteos. Y plantó Abraham un árbol tamarisco
34 en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno. Y
moró Abraham en tierra de los filisteos muchos días.
22 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abra-
2 ham, y le d¼o: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y d¼o:
Toma ahora tu h¼o, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a
tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los
3 montes que yo te diré. Y Abraham se levantó muy de mañana,
y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a
Isaac su h¼o; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue
4 al lugar que Dios le d¼o. Al tercer día alzó Abraham sus ojos,
5 y vio el lugar de lejos. Entonces d¼o Abraham a sus siervos:
Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí
6 y adoraremos, y volveremos a vosotros. Y tomó Abraham la
leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su h¼o, y él tomó
7 en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. Entonces
habló Isaac a Abraham su padre, y d¼o: Padre mío. Y
él respondió: Heme aquí, mi h¼o. Y él d¼o: He aquí el fuego
8 y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? Y
29 Génesis 22. 9–23. 4
respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto,
h¼o mío. E iban juntos. Y cuando llegaron al lugar 9
que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso
la leña, y ató a Isaac su h¼o, y lo puso en el altar sobre la
leña. Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para 10
degollar a su h¼o. Entonces el ángel de Jehová le dio voces 11
desde el cielo, y d¼o: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme
aquí. Y d¼o: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni 12
le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto
no me rehusaste tu h¼o, tu único. Entonces alzó Abraham sus 13
ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un
zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo
ofreció en holocausto en lugar de su h¼o. Y llamó Abraham 14
el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice
hoy: En el monte de Jehová será provisto. Y llamó el ángel 15
de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, y di- 16
jo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has
hecho esto, y no me has rehusado tu h¼o, tu único h¼o; de 17
cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las
estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar;
y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En 18
tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por
cuanto obedeciste a mi voz. Y volvió Abraham a sus siervos, 19
y se levantaron y se fueron juntos a Beerseba; y habitó Abraham
en Beerseba. Aconteció después de estas cosas, que fue 20
dada noticia a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca
ha dado a luz h¼os a Nacor tu hermano: Uz su primogénito, 21
Buz su hermano, Kemuel padre de Aram, Quesed, Hazo, Pil- 22
das, Jidlaf y Betuel. Y Betuel fue el padre de Rebeca. Éstos 23
son los ocho h¼os que dio a luz Milca, de Nacor hermano de
Abraham. Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz 24
también a Teba, a Gaham, a Tahas y a Maaca.
Fue la vida de Sara ciento veintisiete años; tantos fueron los 23
años de la vida de Sara. Y murió Sara en Quiriat-arba, que es 2
Hebrón, en la tierra de Canaán; y vino Abraham a hacer duelo
por Sara, y a llorarla. Y se levantó Abraham de delante de 3
su muerta, y habló a los h¼os de Het, diciendo: Extranjero y 4
23. 5–20 Génesis 30
forastero soy entre vosotros; dadme propiedad para sepultura
5 entre vosotros, y sepultaré mi muerta de delante de mí. Y
6 respondieron los h¼os de Het a Abraham, y le d¼eron: Óyenos,
señor nuestro; eres un príncipe de Dios entre nosotros; en
lo mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu muerta; ninguno
de nosotros te negará su sepulcro, ni te impedirá que entierres
7 tu muerta. Y Abraham se levantó, y se inclinó al pueblo de
8 aquella tierra, a los h¼os de Het, y habló con ellos, diciendo:
Si tenéis voluntad de que yo sepulte mi muerta de delante de
9 mí, oídme, e interceded por mí con Efrón h¼o de Zohar, para
que me dé la cueva de Macpela, que tiene al extremo de su
heredad; que por su justo precio me la dé, para posesión de
10 sepultura en medio de vosotros. Este Efrón estaba entre los
h¼os de Het; y respondió Efrón heteo a Abraham, en presencia
de los h¼os de Het, de todos los que entraban por la puerta
11 de su ciudad, diciendo: No, señor mío, óyeme: te doy la heredad,
y te doy también la cueva que está en ella; en presencia
12 de los h¼os de mi pueblo te la doy; sepulta tu muerta. En-
13 tonces Abraham se inclinó delante del pueblo de la tierra, y
respondió a Efrón en presencia del pueblo de la tierra, diciendo:
Antes, si te place, te ruego que me oigas. Yo daré el precio
de la heredad; tómalo de mí, y sepultaré en ella mi muerta.
14, 15 Respondió Efrón a Abraham, diciéndole: Señor mío, escúchame:
la tierra vale cuatrocientos siclos de plata; ¿qué es esto
16 entre tú y yo? Entierra, pues, tu muerta. Entonces Abraham
se convino con Efrón, y pesó Abraham a Efrón el dinero que
d¼o, en presencia de los h¼os de Het, cuatrocientos siclos de
17 plata, de buena ley entre mercaderes. Y quedó la heredad de
Efrón que estaba en Macpela al oriente de Mamre, la heredad
con la cueva que estaba en ella, y todos los árboles que había
18 en la heredad, y en todos sus contornos, como propiedad de
Abraham, en presencia de los h¼os de Het y de todos los que
19 entraban por la puerta de la ciudad. Después de esto sepultó
Abraham a Sara su mujer en la cueva de la heredad de Macpela
al oriente de Mamre, que es Hebrón, en la tierra de Canaán.
20 Y quedó la heredad y la cueva que en ella había, de Abraham,
como una posesión para sepultura, recibida de los h¼os de Het.
31 Génesis 24. 1–17
Era Abraham ya viejo, y bien avanzado en años; y Jehová 24
había bendecido a Abraham en todo. Y d¼o Abraham a un 2
criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba
en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo,
y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la 3
tierra, que no tomarás para mi h¼o mujer de las h¼as de los
cananeos, entre los cuales yo habito; sino que irás a mi tierra 4
y a mi parentela, y tomarás mujer para mi h¼o Isaac. El cria- 5
do le respondió: Quizá la mujer no querrá venir en pos de mí a
esta tierra. ¿Volveré, pues, tu h¼o a la tierra de donde saliste?
Y Abraham le d¼o: Guárdate que no vuelvas a mi h¼o allá. 6
Jehová, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre 7
y de la tierra de mi parentela, y me habló y me juró, diciendo:
A tu descendencia daré esta tierra; él enviará su ángel delante
de ti, y tú traerás de allá mujer para mi h¼o. Y si la mujer 8
no quisiere venir en pos de ti, serás libre de este mi juramento;
solamente que no vuelvas allá a mi h¼o. Entonces el criado 9
puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le
juró sobre este negocio. Y el criado tomó diez camellos de los 10
camellos de su señor, y se fue, tomando toda clase de regalos
escogidos de su señor; y puesto en camino, llegó a Mesopotamia,
a la ciudad de Nacor. E hizo arrodillar los camellos fuera 11
de la ciudad, junto a un pozo de agua, a la hora de la tarde, la
hora en que salen las doncellas por agua. Y d¼o: Oh Jehová, 12
Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen
encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham. He aquí 13
yo estoy junto a la fuente de agua, y las h¼as de los varones
de esta ciudad salen por agua. Sea, pues, que la doncella a 14
quien yo d¼ere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba,
y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus
camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo
Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con
mi señor. Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he 15
aquí Rebeca, que había nacido a Betuel, h¼o de Milca mujer
de Nacor hermano de Abraham, la cual salía con su cántaro
sobre su hombro. Y la doncella era de aspecto muy hermoso, 16
virgen, a la que varón no había conocido; la cual descendió a
la fuente, y llenó su cántaro, y se volvía. Entonces el criado 17
24. 18–38 Génesis 32
corrió hacia ella, y d¼o: Te ruego que me des a beber un poco
18 de agua de tu cántaro. Ella respondió: Bebe, señor mío; y se
dio prisa a bajar su cántaro sobre su mano, y le dio a beber.
19 Y cuando acabó de darle de beber, d¼o: También para tus ca-
20 mellos sacaré agua, hasta que acaben de beber. Y se dio prisa,
y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo para
21 sacar agua, y sacó para todos sus camellos. Y el hombre estaba
maravillado de ella, callando, para saber si Jehová había
22 prosperado su viaje, o no. Y cuando los camellos acabaron de
beber, le dio el hombre un pendiente de oro que pesaba medio
23 siclo, y dos brazaletes que pesaban diez, y d¼o: ¿De quién eres
h¼a? Te ruego que me digas: ¿hay en casa de tu padre lugar
24 donde posemos? Y ella respondió: Soy h¼a de Betuel h¼o de
25 Milca, el cual ella dio a luz a Nacor. Y añadió: También hay
26 en nuestra casa paja y mucho forraje, y lugar para posar. El
27 hombre entonces se inclinó, y adoró a Jehová, y d¼o: Bendito
sea Jehová, Dios de mi amo Abraham, que no apartó de mi
amo su misericordia y su verdad, guiándome Jehová en el ca-
28 mino a casa de los hermanos de mi amo. Y la doncella corrió,
29 e hizo saber en casa de su madre estas cosas. Y Rebeca tenía
un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera hacia
30 el hombre, a la fuente. Y cuando vio el pendiente y los brazaletes
en las manos de su hermana, que decía: Así me habló
aquel hombre, vino a él; y he aquí que estaba con los camellos
31 junto a la fuente. Y le d¼o: Ven, bendito de Jehová; ¿por qué
estás fuera? He preparado la casa, y el lugar para los camellos.
32 Entonces el hombre vino a casa, y Labán desató los camellos;
y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él, y los
33 pies de los hombres que con él venían. Y le pusieron delante
qué comer; mas él d¼o: No comeré hasta que haya dicho mi
34 mensaje. Y él le d¼o: Habla. Entonces d¼o: Yo soy criado de
35 Abraham. Y Jehová ha bendecido mucho a mi amo, y él se ha
engrandecido; y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos
36 y siervas, camellos y asnos. Y Sara, mujer de mi amo, dio a
luz en su vejez un h¼o a mi señor, quien le ha dado a él todo
37 cuanto tiene. Y mi amo me hizo jurar, diciendo: No tomarás
para mi h¼o mujer de las h¼as de los cananeos, en cuya tierra
38 habito; sino que irás a la casa de mi padre y a mi parentela,
33 Génesis 24. 39–55
y tomarás mujer para mi h¼o. Y yo d¼e: Quizás la mujer no 39
querrá seguirme. Entonces él me respondió: Jehová, en cuya 40
presencia he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará
tu camino; y tomarás para mi h¼o mujer de mi familia y de
la casa de mi padre. Entonces serás libre de mi juramento, 41
cuando hayas llegado a mi familia; y si no te la dieren, serás
libre de mi juramento. Llegué, pues, hoy a la fuente, y d¼e: 42
Jehová, Dios de mi señor Abraham, si tú prosperas ahora mi
camino por el cual ando, he aquí yo estoy junto a la fuen- 43
te de agua; sea, pues, que la doncella que saliere por agua, a
la cual d¼ere: Dame de beber, te ruego, un poco de agua de
tu cántaro, y ella me respondiere: Bebe tú, y también para 44
tus camellos sacaré agua; sea ésta la mujer que destinó Jehová
para el h¼o de mi señor. Antes que acabase de hablar en 45
mi corazón, he aquí Rebeca, que salía con su cántaro sobre su
hombro; y descendió a la fuente, y sacó agua; y le d¼e: te ruego
que me des de beber. Y bajó prontamente su cántaro de enci- 46
ma de sí, y d¼o: Bebe, y también a tus camellos daré de beber.
Y bebí, y dio también de beber a mis camellos. Entonces le 47
pregunté, y d¼e: ¿De quién eres h¼a? Y ella respondió: H¼a de
Betuel h¼o de Nacor, que le dio a luz Milca. Entonces le puse
un pendiente en su nariz, y brazaletes en sus brazos; y me 48
incliné y adoré a Jehová, y bend¼e a Jehová Dios de mi señor
Abraham, que me había guiado por camino de verdad para
tomar la h¼a del hermano de mi señor para su h¼o. Ahora, 49
pues, si vosotros hacéis misericordia y verdad con mi señor,
declarádmelo; y si no, declarádmelo; y me iré a la diestra o
a la siniestra. Entonces Labán y Betuel respondieron y d¼e- 50
ron: De Jehová ha salido esto; no podemos hablarte malo ni
bueno. He ahí Rebeca delante de ti; tómala y vete, y sea mu- 51
jer del h¼o de tu señor, como lo ha dicho Jehová. Cuando el 52
criado de Abraham oyó sus palabras, se inclinó en tierra ante
Jehová. Y sacó el criado alhajas de plata y alhajas de oro, y 53
vestidos, y dio a Rebeca; también dio cosas preciosas a su hermano
y a su madre. Y comieron y bebieron él y los varones 54
que venían con él, y durmieron; y levantándose de mañana, dijo:
Enviadme a mi señor. Entonces respondieron su hermano 55
y su madre: Espere la doncella con nosotros a lo menos diez
24. 56–25. 11 Génesis 34
56 días, y después irá. Y él les d¼o: No me detengáis, ya que
Jehová ha prosperado mi camino; despachadme para que me
57 vaya a mi señor. Ellos respondieron entonces: Llamemos a la
58 doncella y preguntémosle. Y llamaron a Rebeca, y le d¼eron:
59 ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí, iré. Entonces
dejaron ir a Rebeca su hermana, y a su nodriza, y al criado
60 de Abraham y a sus hombres. Y bend¼eron a Rebeca, y le
d¼eron: Hermana nuestra, sé madre de millares de millares, y
61 posean tus descendientes la puerta de sus enemigos. Entonces
se levantó Rebeca y sus doncellas, y montaron en los camellos,
62 y siguieron al hombre; y el criado tomó a Rebeca, y se fue. Y
venía Isaac del pozo del Viviente-que-me-ve; porque él habi-
63 taba en el Neguev. Y había salido Isaac a meditar al campo,
a la hora de la tarde; y alzando sus ojos miró, y he aquí los
64 camellos que venían. Rebeca también alzó sus ojos, y vio a
65 Isaac, y descendió del camello; porque había preguntado al
criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros?
Y el criado había respondido: Éste es mi señor. Ella
66 entonces tomó el velo, y se cubrió. Entonces el criado contó
67 a Isaac todo lo que había hecho. Y la trajo Isaac a la tienda
de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer, y la amó; y se
consoló Isaac después de la muerte de su madre.
25, 2 Abraham tomó otra mujer, cuyo nombre era Cetura, la
cual le dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y
3 Súa. Y Jocsán engendró a Seba y a Dedán; e h¼os de Dedán
4 fueron Asurim, Letusim y Leumim. E h¼os de Madián: Efa,
Efer, Hanoc, Abida y Elda. Todos éstos fueron h¼os de Cetura.
5, 6 Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac. Pero a los h¼os de
sus concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac
su h¼o, mientras él vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental.
7 Y éstos fueron los días que vivió Abraham: ciento setenta y
8 cinco años. Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena
9 vejez, anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo. Y lo
sepultaron Isaac e Ismael sus h¼os en la cueva de Macpela, en
la heredad de Efrón h¼o de Zohar heteo, que está enfrente de
10 Mamre, heredad que compró Abraham de los h¼os de Het;
11 allí fue sepultado Abraham, y Sara su mujer. Y sucedió, después
de muerto Abraham, que Dios bend¼o a Isaac su h¼o; y
35 Génesis 25. 12–33
habitó Isaac junto al pozo del Viviente-que-me-ve. Éstos son 12
los descendientes de Ismael h¼o de Abraham, a quien le dio a
luz Agar egipcia, sierva de Sara; estos, pues, son los nombres 13
de los h¼os de Ismael, nombrados en el orden de su nacimiento:
El primogénito de Ismael, Nebaiot; luego Cedar, Adbeel,
Mibsam, Misma, Duma, Massa, Hadar, Tema, Jetur, Nafis 14, 15
y Cedema. Éstos son los h¼os de Ismael, y estos sus nombres, 16
por sus villas y por sus campamentos; doce príncipes por sus
familias. Y éstos fueron los años de la vida de Ismael, ciento 17
treinta y siete años; y exhaló el espíritu Ismael, y murió, y fue
unido a su pueblo. Y habitaron desde Havila hasta Shur, que 18
está enfrente de Egipto viniendo a Asiria; y murió en presencia
de todos sus hermanos. Éstos son los descendientes de Isaac 19
h¼o de Abraham: Abraham engendró a Isaac, y era Isaac de 20
cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, h¼a de Betuel
arameo de Padan-aram, hermana de Labán arameo. Y 21
oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó
Jehová, y concibió Rebeca su mujer. Y los h¼os luchaban 22
dentro de ella; y d¼o: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a
consultar a Jehová; y le respondió Jehová: Dos naciones hay 23
en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas;
El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor
servirá al menor. Cuando se cumplieron sus días para dar a 24
luz, he aquí había gemelos en su vientre. Y salió el prime- 25
ro rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su
nombre Esaú. Después salió su hermano, trabada su mano al 26
calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac
de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz. Y crecieron 27
los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo;
pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. Y amó 28
Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a
Jacob. Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del cam- 29
po, cansado, d¼o a Jacob: Te ruego que me des a comer de 30
ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado
su nombre Edom. Y Jacob respondió: Véndeme en este día 31
tu primogenitura. Entonces d¼o Esaú: He aquí yo me voy a 32
morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y d¼o 33
25. 34–26. 16 Génesis 36
Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su
34 primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado
de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así
menospreció Esaú la primogenitura.
26 Después hubo hambre en la tierra, además de la primera
hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a
2 Abimelec rey de los filisteos, en Gerar. Y se le apareció Jehová,
y le d¼o: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo
3 te diré. Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo,
y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas
tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu pa-
4 dre. Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo,
y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las nacio-
5 nes de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto oyó
Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos,
6, 7 mis estatutos y mis leyes. Habitó, pues, Isaac en Gerar. Y los
hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer; y él
respondió: Es mi hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi
mujer; pensando que tal vez los hombres del lugar lo matarían
8 por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto. Sucedió
que después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey
de los filisteos, mirando por una ventana, vio a Isaac que aca-
9 riciaba a Rebeca su mujer. Y llamó Abimelec a Isaac, y d¼o:
He aquí ella es de cierto tu mujer. ¿Cómo, pues, d¼iste: Es mi
hermana? E Isaac le respondió: Porque d¼e: Quizá moriré por
10 causa de ella. Y Abimelec d¼o: ¿Por qué nos has hecho esto?
Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu mujer, y
11 hubieras traído sobre nosotros el pecado. Entonces Abimelec
mandó a todo el pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre
12 o a su mujer, de cierto morirá. Y sembró Isaac en aquella
tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bend¼o Jeho-
13 vá. El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció
14 hasta hacerse muy poderoso. Y tuvo hato de ovejas, y hato
de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia.
15 Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham
su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado
16 de tierra. Entonces d¼o Abimelec a Isaac: Apártate de nosotros,
porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho.
37 Génesis 26. 17–27. 1
E Isaac se fue de allí, y acampó en el valle de Gerar, y habi- 17
tó allí. Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían 18
abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos
habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó
por los nombres que su padre los había llamado. Pero cuando 19
los siervos de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo
de aguas vivas, los pastores de Gerar riñeron con los pastores 20
de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre
del pozo Esek, porque habían altercado con él. Y abrieron 21
otro pozo, y también riñeron sobre él; y llamó su nombre Sitna.
Y se apartó de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él; 22
y llamó su nombre Rehobot, y d¼o: Porque ahora Jehová nos
ha prosperado, y fructificaremos en la tierra. Y de allí subió 23
a Beerseba. Y se le apareció Jehová aquella noche, y le d¼o: 24
Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy
contigo, y yo bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por
amor de Abraham mi siervo. Y edificó allí un altar, e invocó 25
el nombre de Jehová, y plantó allí su tienda; y abrieron allí los
siervos de Isaac un pozo. Y Abimelec vino a él desde Gerar, y 26
Ahuzat, amigo suyo, y Ficol, capitán de su ejército. Y les d¼o 27
Isaac: ¿Por qué venís a mí, pues que me habéis aborrecido, y
me echasteis de entre vosotros? Y ellos respondieron: Hemos 28
visto que Jehová está contigo; y d¼imos: Haya ahora juramento
entre nosotros, entre tú y nosotros, y haremos pacto contigo,
que no nos hagas mal, como nosotros no te hemos tocado, y 29
como solamente te hemos hecho bien, y te enviamos en paz; tú
eres ahora bendito de Jehová. Entonces él les hizo banquete, 30
y comieron y bebieron. Y se levantaron de madrugada, y ju- 31
raron el uno al otro; e Isaac los despidió, y ellos se despidieron
de él en paz. En aquel día sucedió que vinieron los criados de 32
Isaac, y le dieron nuevas acerca del pozo que habían abierto,
y le d¼eron: Hemos hallado agua. Y lo llamó Seba; por esta 33
causa el nombre de aquella ciudad es Beerseba hasta este día.
Y cuando Esaú era de cuarenta años, tomó por mujer a Judit 34
h¼a de Beeri heteo, y a Basemat h¼a de Elón heteo; y fueron 35
amargura de espíritu para Isaac y para Rebeca.
Aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscu- 27
recieron quedando sin vista, llamó a Esaú su h¼o mayor, y le
27. 2–23 Génesis 38
2 d¼o: H¼o mío. Y él respondió: Heme aquí. Y él d¼o: He aquí
3 ya soy viejo, no sé el día de mi muerte. Toma, pues, ahora tus
4 armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo y tráeme caza; y
hazme un guisado como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré,
5 para que yo te bendiga antes que muera. Y Rebeca estaba
oyendo, cuando hablaba Isaac a Esaú su h¼o; y se fue Esaú
6 al campo para buscar la caza que había de traer. Entonces
Rebeca habló a Jacob su h¼o, diciendo: He aquí yo he oído a
7 tu padre que hablaba con Esaú tu hermano, diciendo: Tráeme
caza y hazme un guisado, para que coma, y te bendiga en
8 presencia de Jehová antes que yo muera. Ahora, pues, h¼o
9 mío, obedece a mi voz en lo que te mando. Ve ahora al ganado,
y tráeme de allí dos buenos cabritos de las cabras, y haré
10 de ellos viandas para tu padre, como a él le gusta; y tú las
llevarás a tu padre, y comerá, para que él te bendiga antes de
11 su muerte. Y Jacob d¼o a Rebeca su madre: He aquí, Esaú
12 mi hermano es hombre velloso, y yo lampiño. Quizá me palpará
mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí
13 maldición y no bendición. Y su madre respondió: H¼o mío,
sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz y ve y
14 tráemelos. Entonces él fue y los tomó, y los trajo a su madre;
15 y su madre hizo guisados, como a su padre le gustaba. Y tomó
Rebeca los vestidos de Esaú su h¼o mayor, los preciosos, que
16 ella tenía en casa, y vistió a Jacob su h¼o menor; y cubrió
sus manos y la parte de su cuello donde no tenía vello, con las
17 pieles de los cabritos; y entregó los guisados y el pan que ha-
18 bía preparado, en manos de Jacob su h¼o. Entonces éste fue
a su padre y d¼o: Padre mío. E Isaac respondió: Heme aquí;
19 ¿quién eres, h¼o mío? Y Jacob d¼o a su padre: Yo soy Esaú
tu primogénito; he hecho como me d¼iste: levántate ahora, y
20 siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas. Entonces
Isaac d¼o a su h¼o: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, h¼o
mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la en-
21 contrase delante de mí. E Isaac d¼o a Jacob: Acércate ahora,
22 y te palparé, h¼o mío, por si eres mi h¼o Esaú o no. Y se
acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y d¼o: La voz
23 es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú. Y no
le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de
39 Génesis 27. 24–41
Esaú; y le bend¼o. Y d¼o: ¿Eres tú mi h¼o Esaú? Y Jacob 24
respondió: Yo soy. D¼o también: Acércamela, y comeré de la 25
caza de mi h¼o, para que yo te bendiga; y Jacob se la acercó, e
Isaac comió; le trajo también vino, y bebió. Y le d¼o Isaac su 26
padre: Acércate ahora, y bésame, h¼o mío. Y Jacob se acer- 27
có, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bend¼o,
diciendo: Mira, el olor de mi h¼o, Como el olor del campo que
Jehová ha bendecido; Dios, pues, te dé del rocío del cielo, Y 28
de las grosuras de la tierra, Y abundancia de trigo y de mosto.
Sírvante pueblos, Y naciones se inclinen a ti; Sé señor de tus 29
hermanos, Y se inclinen ante ti los h¼os de tu madre. Malditos
los que te mald¼eren, Y benditos los que te bend¼eren. Y 30
aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas
había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su
hermano volvió de cazar. E hizo él también guisados, y trajo 31
a su padre, y le d¼o: Levántese mi padre, y coma de la caza de
su h¼o, para que me bendiga. Entonces Isaac su padre le d¼o: 32
¿Quién eres tú? Y él le d¼o: Yo soy tu h¼o, tu primogénito,
Esaú. Y se estremeció Isaac grandemente, y d¼o: ¿Quién es el 33
que vino aquí, que trajo caza, y me dio, y comí de todo antes
que tú vinieses? Yo le bend¼e, y será bendito. Cuando Esaú 34
oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y
muy amarga exclamación, y le d¼o: Bendíceme también a mí,
padre mío. Y él d¼o: Vino tu hermano con engaño, y tomó 35
tu bendición. Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre 36
Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi
primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y
d¼o: ¿No has guardado bendición para mí? Isaac respondió 37
y d¼o a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he
dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le
he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, h¼o mío? Y Esaú 38
respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición,
padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú
su voz, y lloró. Entonces Isaac su padre habló y le d¼o: He 39
aquí, será tu habitación en grosuras de la tierra, Y del rocío de
los cielos de arriba; Y por tu espada vivirás, y a tu hermano 40
servirás; Y sucederá cuando te fortalezcas, Que descargarás su
yugo de tu cerviz. Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición 41
27. 42–28. 12 Génesis 40
con que su padre le había bendecido, y d¼o en su corazón: Llegarán
los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano
42 Jacob. Y fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú su h¼o
mayor; y ella envió y llamó a Jacob su h¼o menor, y le d¼o: He
aquí, Esaú tu hermano se consuela acerca de ti con la idea de
43 matarte. Ahora pues, h¼o mío, obedece a mi voz; levántate
44 y huye a casa de Labán mi hermano en Harán, y mora con
él algunos días, hasta que el enojo de tu hermano se mitigue;
45 hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti, y olvide
lo que le has hecho; yo enviaré entonces, y te traeré de allá.
46 ¿Por qué seré privada de vosotros ambos en un día? Y d¼o
Rebeca a Isaac: Fastidio tengo de mi vida, a causa de las h¼as
de Het. Si Jacob toma mujer de las h¼as de Het, como éstas,
de las h¼as de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?
28 Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bend¼o, y le mandó
2 diciendo: No tomes mujer de las h¼as de Canaán. Levántate,
ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y
toma allí mujer de las h¼as de Labán, hermano de tu madre.
3 Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te
4 multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos; y te dé
la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para
que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham.
5 Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán
h¼o de Betuel arameo, hermano de Rebeca madre de Jacob
6 y de Esaú. Y vio Esaú cómo Isaac había bendecido a Jacob,
y le había enviado a Padan-aram, para tomar para sí mujer
de allí; y que cuando le bend¼o, le había mandado diciendo:
7 No tomarás mujer de las h¼as de Canaán; y que Jacob había
obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-
8 aram. Vio asimismo Esaú que las h¼as de Canaán parecían
9 mal a Isaac su padre; y se fue Esaú a Ismael, y tomó para sí
por mujer a Mahalat, h¼a de Ismael h¼o de Abraham, hermana
10 de Nebaiot, además de sus otras mujeres. Salió, pues, Jacob
11 de Beerseba, y fue a Harán. Y llegó a un cierto lugar, y durmió
allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de
aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.
12 Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra,
y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que
41 Génesis 28. 13–29. 9
subían y descendían por ella. Y he aquí, Jehová estaba en lo 13
alto de ella, el cual d¼o: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham
tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado
te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia 14
como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al
oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán
benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y 15
te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a
esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te
he dicho. Y despertó Jacob de su sueño, y d¼o: Ciertamente 16
Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, 17
y d¼o: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa
de Dios, y puerta del cielo. Y se levantó Jacob de mañana, 18
y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por
señal, y derramó aceite encima de ella. Y llamó el nombre 19
de aquel lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad
primero. E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, 20
y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para
comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi 21
padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por 22
señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo
apartaré para ti.
Siguió luego Jacob su camino, y fue a la tierra de los orienta- 29
les. Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños 2
de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban
los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del
pozo. Y juntaban allí todos los rebaños; y revolvían la piedra 3
de la boca del pozo, y abrevaban las ovejas, y volvían la piedra
sobre la boca del pozo a su lugar. Y les d¼o Jacob: Hermanos 4
míos, ¿de dónde sois? Y ellos respondieron: De Harán somos.
Él les d¼o: ¿Conocéis a Labán h¼o de Nacor? Y ellos d¼eron: 5
Sí, le conocemos. Y él les d¼o: ¿Está bien? Y ellos d¼eron: 6
Bien, y he aquí Raquel su h¼a viene con las ovejas. Y él d¼o: 7
He aquí es aún muy de día; no es tiempo todavía de recoger el
ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas. Y ellos res- 8
pondieron: No podemos, hasta que se junten todos los rebaños,
y remuevan la piedra de la boca del pozo, para que abrevemos
las ovejas. Mientras él aún hablaba con ellos, Raquel vino con 9
29. 10–32 Génesis 42
10 el rebaño de su padre, porque ella era la pastora. Y sucedió
que cuando Jacob vio a Raquel, h¼a de Labán hermano de
su madre, y las ovejas de Labán el hermano de su madre, se
acercó Jacob y removió la piedra de la boca del pozo, y abre-
11 vó el rebaño de Labán hermano de su madre. Y Jacob besó a
12 Raquel, y alzó su voz y lloró. Y Jacob d¼o a Raquel que él era
hermano de su padre, y que era h¼o de Rebeca; y ella corrió,
13 y dio las nuevas a su padre. Así que oyó Labán las nuevas de
Jacob, h¼o de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó, lo
besó, y lo trajo a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas.
14 Y Labán le d¼o: Ciertamente hueso mío y carne mía eres. Y
15 estuvo con él durante un mes. Entonces d¼o Labán a Jacob:
¿Por ser tú mi hermano, me servirás de balde? Dime cuál será
16 tu salario. Y Labán tenía dos h¼as: el nombre de la mayor era
17 Lea, y el nombre de la menor, Raquel. Y los ojos de Lea eran
delicados, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso
18 parecer. Y Jacob amó a Raquel, y d¼o: Yo te serviré siete
19 años por Raquel tu h¼a menor. Y Labán respondió: Mejor es
que te la dé a ti, y no que la dé a otro hombre; quédate con-
20 migo. Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron
21 como pocos días, porque la amaba. Entonces d¼o Jacob a Labán:
Dame mi mujer, porque mi tiempo se ha cumplido, para
22 unirme a ella. Entonces Labán juntó a todos los varones de
23 aquel lugar, e hizo banquete. Y sucedió que a la noche tomó
24 a Lea su h¼a, y se la trajo; y él se llegó a ella. Y dio Labán su
25 sierva Zilpa a su h¼a Lea por criada. Venida la mañana, he
aquí que era Lea; y Jacob d¼o a Labán: ¿Qué es esto que me
has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me
26 has engañado? Y Labán respondió: No se hace así en nuestro
27 lugar, que se dé la menor antes de la mayor. Cumple la semana
de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que
28 hagas conmigo otros siete años. E hizo Jacob así, y cumplió
la semana de aquélla; y él le dio a Raquel su h¼a por mujer.
29, 30 Y dio Labán a Raquel su h¼a su sierva Bilha por criada. Y
se llegó también a Raquel, y la amó también más que a Lea;
31 y sirvió a Labán aún otros siete años. Y vio Jehová que Lea
32 era menospreciada, y le dio h¼os; pero Raquel era estéril. Y
concibió Lea, y dio a luz un h¼o, y llamó su nombre Rubén,
43 Génesis 29. 33–30. 18
porque d¼o: Ha mirado Jehová mi aflicción; ahora, por tanto,
me amará mi marido. Concibió otra vez, y dio a luz un h¼o, 33
y d¼o: Por cuanto oyó Jehová que yo era menospreciada, me
ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón. Y concibió 34
otra vez, y dio a luz un h¼o, y d¼o: Ahora esta vez se unirá mi
marido conmigo, porque le he dado a luz tres h¼os; por tanto,
llamó su nombre Leví. Concibió otra vez, y dio a luz un h¼o, 35
y d¼o: Esta vez alabaré a Jehová; por esto llamó su nombre
Judá; y dejó de dar a luz.
Viendo Raquel que no daba h¼os a Jacob, tuvo envidia de 30
su hermana, y decía a Jacob: Dame h¼os, o si no, me muero.
Y Jacob se enojó contra Raquel, y d¼o: ¿Soy yo acaso Dios, 2
que te impidió el fruto de tu vientre? Y ella d¼o: He aquí mi 3
sierva Bilha; llégate a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo
también tendré h¼os de ella. Así le dio a Bilha su sierva por 4
mujer; y Jacob se llegó a ella. Y concibió Bilha, y dio a luz un 5
h¼o a Jacob. D¼o entonces Raquel: Me juzgó Dios, y también 6
oyó mi voz, y me dio un h¼o. Por tanto llamó su nombre Dan.
Concibió otra vez Bilha la sierva de Raquel, y dio a luz un 7
segundo h¼o a Jacob. Y d¼o Raquel: Con luchas de Dios he 8
contendido con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre
Neftalí. Viendo, pues, Lea, que había dejado de dar a luz, 9
tomó a Zilpa su sierva, y la dio a Jacob por mujer. Y Zilpa 10
sierva de Lea dio a luz un h¼o a Jacob. Y d¼o Lea: Vino 11
la ventura; y llamó su nombre Gad. Luego Zilpa la sierva 12
de Lea dio a luz otro h¼o a Jacob. Y d¼o Lea: Para dicha 13
mía; porque las mujeres me dirán dichosa; y llamó su nombre
Aser. Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló 14
mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y d¼o
Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de
tu h¼o. Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi 15
marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de
mi h¼o? Y d¼o Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por
las mandrágoras de tu h¼o. Cuando, pues, Jacob volvía del 16
campo a la tarde, salió Lea a él, y le d¼o: Llégate a mí, porque
a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi h¼o. Y
durmió con ella aquella noche. Y oyó Dios a Lea; y concibió, 17
y dio a luz el quinto h¼o a Jacob. Y d¼o Lea: Dios me ha 18
30. 19–38 Génesis 44
dado mi recompensa, por cuanto di mi sierva a mi marido;
19 por eso llamó su nombre Isacar. Después concibió Lea otra
20 vez, y dio a luz el sexto h¼o a Jacob. Y d¼o Lea: Dios me
ha dado una buena dote; ahora morará conmigo mi marido,
porque le he dado a luz seis h¼os; y llamó su nombre Zabulón.
21, 22 Después dio a luz una h¼a, y llamó su nombre Dina. Y se
23 acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió h¼os. Y
concibió, y dio a luz un h¼o, y d¼o: Dios ha quitado mi afrenta;
24 y llamó su nombre José, diciendo: Añádame Jehová otro h¼o.
25 Aconteció cuando Raquel hubo dado a luz a José, que Jacob
26 d¼o a Labán: Envíame, e iré a mi lugar, y a mi tierra. Dame
mis mujeres y mis h¼os, por las cuales he servido contigo, y
27 déjame ir; pues tú sabes los servicios que te he hecho. Y Labán
le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; he
28 experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa. Y
29 d¼o: Señálame tu salario, y yo lo daré. Y él respondió: Tú
sabes cómo te he servido, y cómo ha estado tu ganado conmigo.
30 Porque poco tenías antes de mi venida, y ha crecido en gran
número, y Jehová te ha bendecido con mi llegada; y ahora,
31 ¿cuándo trabajaré también por mi propia casa? Y él d¼o:
¿Qué te daré? Y respondió Jacob: No me des nada; si hicieres
32 por mí esto, volveré a apacentar tus ovejas. Yo pasaré hoy por
todo tu rebaño, poniendo aparte todas las ovejas manchadas
y salpicadas de color, y todas las ovejas de color oscuro, y
las manchadas y salpicadas de color entre las cabras; y esto
33 será mi salario. Así responderá por mí mi honradez mañana,
cuando vengas a reconocer mi salario; toda la que no fuere
pintada ni manchada en las cabras, y de color oscuro entre
34 mis ovejas, se me ha de tener como de hurto. D¼o entonces
35 Labán: Mira, sea como tú dices. Y Labán apartó aquel día
los machos cabríos manchados y rayados, y todas las cabras
manchadas y salpicadas de color, y toda aquella que tenía en sí
algo de blanco, y todas las de color oscuro entre las ovejas, y las
36 puso en mano de sus h¼os. Y puso tres días de camino entre sí
37 y Jacob; y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán. Tomó
luego Jacob varas verdes de álamo, de avellano y de castaño,
y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así
38 lo blanco de las varas. Y puso las varas que había mondado
45 Génesis 30. 39–31. 13
delante del ganado, en los canales de los abrevaderos del agua
donde venían a beber las ovejas, las cuales procreaban cuando
venían a beber. Así concebían las ovejas delante de las varas; 39
y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos
colores. Y apartaba Jacob los corderos, y ponía con su propio 40
rebaño los listados y todo lo que era oscuro del hato de Labán.
Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán.
Y sucedía que cuantas veces se hallaban en celo las ovejas 41
más fuertes, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en los
abrevaderos, para que concibiesen a la vista de las varas. Pero 42
cuando venían las ovejas más débiles, no las ponía; así eran las
más débiles para Labán, y las más fuertes para Jacob. Y se 43
enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas
y siervos, y camellos y asnos.
Y oía Jacob las palabras de los h¼os de Labán, que decían: 31
Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que
era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza. Miraba 2
también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para
con él como había sido antes. También Jehová d¼o a Jacob: 3
Vuélvete a la tierra de tus padres, y a tu parentela, y yo estaré
contigo. Envió, pues, Jacob, y llamó a Raquel y a Lea al cam- 4
po donde estaban sus ovejas, y les d¼o: Veo que el semblante 5
de vuestro padre no es para conmigo como era antes; mas el
Dios de mi padre ha estado conmigo. Vosotras sabéis que con 6
todas mis fuerzas he servido a vuestro padre; y vuestro padre 7
me ha engañado, y me ha cambiado el salario diez veces; pero
Dios no le ha permitido que me hiciese mal. Si él decía así: 8
Los pintados serán tu salario, entonces todas las ovejas parían
pintados; y si decía así: Los listados serán tu salario; entonces
todas las ovejas parían listados. Así quitó Dios el ganado de 9
vuestro padre, y me lo dio a mí. Y sucedió que al tiempo que 10
las ovejas estaban en celo, alcé yo mis ojos y vi en sueños, y
he aquí los machos que cubrían a las hembras eran listados,
pintados y abigarrados. Y me d¼o el ángel de Dios en sueños: 11
Jacob. Y yo d¼e: Heme aquí. Y él d¼o: Alza ahora tus ojos, y 12
verás que todos los machos que cubren a las hembras son listados,
pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que
Labán te ha hecho. Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste 13
31. 14–32 Génesis 46
la piedra, y donde me hiciste un voto. Levántate ahora y sal
14 de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu nacimiento. Respondieron
Raquel y Lea, y le d¼eron: ¿Tenemos acaso parte o
15 heredad en la casa de nuestro padre? ¿No nos tiene ya como
por extrañas, pues que nos vendió, y aun se ha comido del todo
16 nuestro precio? Porque toda la riqueza que Dios ha quitado
a nuestro padre, nuestra es y de nuestros h¼os; ahora, pues,
17 haz todo lo que Dios te ha dicho. Entonces se levantó Jacob,
18 y subió sus h¼os y sus mujeres sobre los camellos, y puso en
camino todo su ganado, y todo cuanto había adquirido, el ganado
de su ganancia que había obtenido en Padan-aram, para
19 volverse a Isaac su padre en la tierra de Canaán. Pero Labán
había ido a trasquilar sus ovejas; y Raquel hurtó los ídolos de
20 su padre. Y Jacob engañó a Labán arameo, no haciéndole sa-
21 ber que se iba. Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó
22 y pasó el Éufrates, y se dirigió al monte de Galaad. Y al ter-
23 cer día fue dicho a Labán que Jacob había huido. Entonces
Labán tomó a sus parientes consigo, y fue tras Jacob camino
24 de siete días, y le alcanzó en el monte de Galaad. Y vino Dios
a Labán arameo en sueños aquella noche, y le d¼o: Guárda-
25 te que no hables a Jacob descomedidamente. Alcanzó, pues,
Labán a Jacob; y éste había fijado su tienda en el monte; y
26 Labán acampó con sus parientes en el monte de Galaad. Y
d¼o Labán a Jacob: ¿Qué has hecho, que me engañaste, y has
27 traído a mis h¼as como prisioneras de guerra? ¿Por qué te
escondiste para huir, y me engañaste, y no me lo hiciste saber
para que yo te despidiera con alegría y con cantares, con tam-
28 borín y arpa? Pues ni aun me dejaste besar a mis h¼os y mis
29 h¼as. Ahora, locamente has hecho. Poder hay en mi mano
para haceros mal; mas el Dios de tu padre me habló anoche
diciendo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente.
30 Y ya que te ibas, porque tenías deseo de la casa de tu padre,
31 ¿por qué me hurtaste mis dioses? Respondió Jacob y d¼o a
Labán: Porque tuve miedo; pues pensé que quizá me quitarías
32 por fuerza tus h¼as. Aquel en cuyo poder hallares tus dioses,
no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo
tenga tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había
47 Génesis 31. 33–50
hurtado. Entró Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de 33
Lea, y en la tienda de las dos siervas, y no los halló; y salió de
la tienda de Lea, y entró en la tienda de Raquel. Pero tomó 34
Raquel los ídolos y los puso en una albarda de un camello, y
se sentó sobre ellos; y buscó Labán en toda la tienda, y no los
halló. Y ella d¼o a su padre: No se enoje mi señor, porque no 35
me puedo levantar delante de ti; pues estoy con la costumbre
de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos. Entonces 36
Jacob se enojó, y riñó con Labán; y respondió Jacob y d¼o a
Labán: ¿Qué transgresión es la mía? ¿Cuál es mi pecado, para
que con tanto ardor hayas venido en mi persecución? Pues 37
que has buscado en todas mis cosas, ¿qué has hallado de todos
los enseres de tu casa? Ponlo aquí delante de mis hermanos y
de los tuyos, y juzguen entre nosotros. Estos veinte años he 38
estado contigo; tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo
comí carnero de tus ovejas. Nunca te traje lo arrebatado por 39
las fieras: yo pagaba el daño; lo hurtado así de día como de
noche, a mí me lo cobrabas. De día me consumía el calor, y 40
de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos. Así he estado 41
veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas,
y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez
veces. Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de 42
Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con
las manos vacías; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de
mis manos, y te reprendió anoche. Respondió Labán y d¼o a 43
Jacob: Las h¼as son h¼as mías, y los h¼os, h¼os míos son, y
las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿y qué
puedo yo hacer hoy a estas mis h¼as, o a sus h¼os que ellas han
dado a luz? Ven, pues, ahora, y hagamos pacto tú y yo, y sea 44
por testimonio entre nosotros dos. Entonces Jacob tomó una 45
piedra, y la levantó por señal. Y d¼o Jacob a sus hermanos: 46
Recoged piedras. Y tomaron piedras e hicieron un majano, y
comieron allí sobre aquel majano. Y lo llamó Labán, Jegar 47
Sahaduta; y lo llamó Jacob, Galaad. Porque Labán d¼o: Este 48
majano es testigo hoy entre nosotros dos; por eso fue llamado
su nombre Galaad; y Mizpa, por cuanto d¼o: Atalaye Jeho- 49
vá entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro. Si 50
afligieres a mis h¼as, o si tomares otras mujeres además de
31. 51–32. 14 Génesis 48
mis h¼as, nadie está con nosotros; mira, Dios es testigo entre
51 nosotros dos. D¼o más Labán a Jacob: He aquí este majano,
52 y he aquí esta señal, que he erigido entre tú y yo. Testigo sea
este majano, y testigo sea esta señal, que ni yo pasaré de este
majano contra ti, ni tú pasarás de este majano ni de esta señal
53 contra mí, para mal. El Dios de Abraham y el Dios de Nacor
juzgue entre nosotros, el Dios de sus padres. Y Jacob juró por
54 aquel a quien temía Isaac su padre. Entonces Jacob inmoló
víctimas en el monte, y llamó a sus hermanos a comer pan; y
55 comieron pan, y durmieron aquella noche en el monte. Y se
levantó Labán de mañana, y besó sus h¼os y sus h¼as, y los
bend¼o; y regresó y se volvió a su lugar.
32 Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles
2 de Dios. Y d¼o Jacob cuando los vio: Campamento de Dios
3 es éste; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim. Y envió
Jacob mensajeros delante de sí a Esaú su hermano, a la tierra
4 de Seir, campo de Edom. Y les mandó diciendo: Así diréis a
mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: Con Labán he morado,
5 y me he detenido hasta ahora; y tengo vacas, asnos, ovejas, y
siervos y siervas; y envío a decirlo a mi señor, para hallar gracia
6 en tus ojos. Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo:
Vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte,
7 y cuatrocientos hombres con él. Entonces Jacob tuvo gran
temor, y se angustió; y distribuyó el pueblo que tenía consigo,
y las ovejas y las vacas y los camellos, en dos campamentos.
8 Y d¼o: Si viene Esaú contra un campamento y lo ataca, el
9 otro campamento escapará. Y d¼o Jacob: Dios de mi padre
Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Jehová, que me d¼iste:
10 Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien; menor
soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has
usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán,
11 y ahora estoy sobre dos campamentos. Líbrame ahora de la
mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no
12 venga acaso y me hiera la madre con los h¼os. Y tú has dicho:
Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar,
13 que no se puede contar por la multitud. Y durmió allí aquella
noche, y tomó de lo que le vino a la mano un presente para
14 su hermano Esaú: doscientas cabras y veinte machos cabríos,
49 Génesis 32. 15–33. 1
doscientas ovejas y veinte carneros, treinta camellas paridas 15
con sus crías, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez
borricos. Y lo entregó a sus siervos, cada manada de por sí; y 16
d¼o a sus siervos: Pasad delante de mí, y poned espacio entre
manada y manada. Y mandó al primero, diciendo: Si Esaú mi 17
hermano te encontrare, y te preguntare, diciendo: ¿De quién
eres? ¿y adónde vas? ¿y para quién es esto que llevas delante
de ti? entonces dirás: Es un presente de tu siervo Jacob, que 18
envía a mi señor Esaú; y he aquí también él viene tras nosotros.
Mandó también al segundo, y al tercero, y a todos los que iban 19
tras aquellas manadas, diciendo: Conforme a esto hablaréis a
Esaú, cuando le hallareis. Y diréis también: He aquí tu siervo 20
Jacob viene tras nosotros. Porque d¼o: Apaciguaré su ira con
el presente que va delante de mí, y después veré su rostro;
quizá le seré acepto. Pasó, pues, el presente delante de él; y él 21
durmió aquella noche en el campamento. Y se levantó aquella 22
noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once
h¼os, y pasó el vado de Jaboc. Los tomó, pues, e hizo pasar el 23
arroyo a ellos y a todo lo que tenía. Así se quedó Jacob solo; 24
y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Y cuando 25
el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje
de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con
él luchaba. Y d¼o: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le 26
respondió: No te dejaré, si no me bendices. Y el varón le d¼o: 27
¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le 28
d¼o: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has
luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Entonces 29
Jacob le preguntó, y d¼o: Declárame ahora tu nombre. Y el
varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo
bend¼o allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; 30
porque d¼o: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma. Y 31
cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su
cadera. Por esto no comen los h¼os de Israel, hasta hoy día, 32
del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo;
porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se
contrajo.
Alzando Jacob sus ojos, miró, y he aquí venía Esaú, y los 33
cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños
33. 2–34. 2 Génesis 50
2 entre Lea y Raquel y las dos siervas. Y puso las siervas y sus
niños delante, luego a Lea y sus niños, y a Raquel y a José los
3 últimos. Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete
4 veces, hasta que llegó a su hermano. Pero Esaú corrió a su
encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y
5 lloraron. Y alzó sus ojos y vio a las mujeres y los niños, y d¼o:
¿Quiénes son éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios ha
6 dado a tu siervo. Luego vinieron las siervas, ellas y sus niños,
7 y se inclinaron. Y vino Lea con sus niños, y se inclinaron;
8 y después llegó José y Raquel, y también se inclinaron. Y
Esaú d¼o: ¿Qué te propones con todos estos grupos que he
encontrado? Y Jacob respondió: El hallar gracia en los ojos de
9 mi señor. Y d¼o Esaú: Suficiente tengo yo, hermano mío; sea
10 para ti lo que es tuyo. Y d¼o Jacob: No, yo te ruego; si he
hallado ahora gracia en tus ojos, acepta mi presente, porque he
visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios, pues
11 que con tanto favor me has recibido. Acepta, te ruego, mi
presente que te he traído, porque Dios me ha hecho merced, y
todo lo que hay aquí es mío. E insistió con él, y Esaú lo tomó.
12, 13 Y Esaú d¼o: Anda, vamos; y yo iré delante de ti. Y Jacob
le d¼o: Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que tengo
ovejas y vacas paridas; y si las fatigan, en un día morirán
14 todas las ovejas. Pase ahora mi señor delante de su siervo,
y yo me iré poco a poco al paso del ganado que va delante
de mí y al paso de los niños, hasta que llegue a mi señor a
15 Seir. Y Esaú d¼o: Dejaré ahora contigo de la gente que viene
conmigo. Y Jacob d¼o: ¿Para qué esto? Halle yo gracia en los
16 ojos de mi señor. Así volvió Esaú aquel día por su camino a
17 Seir. Y Jacob fue a Sucot, y edificó allí casa para sí, e hizo
cabañas para su ganado; por tanto, llamó el nombre de aquel
18 lugar Sucot. Después Jacob llegó sano y salvo a la ciudad
de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de
19 Padan-aram; y acampó delante de la ciudad. Y compró una
parte del campo, donde plantó su tienda, de mano de los h¼os
20 de Hamor padre de Siquem, por cien monedas. Y erigió allí
un altar, y lo llamó El-Elohe-Israel.
34 Salió Dina la h¼a de Lea, la cual ésta había dado a luz
2 a Jacob, a ver a las h¼as del país. Y la vio Siquem h¼o de
51 Génesis 34. 3–21
Hamor heveo, príncipe de aquella tierra, y la tomó, y se acostó
con ella, y la deshonró. Pero su alma se apegó a Dina la 3
h¼a de Lea, y se enamoró de la joven, y habló al corazón de
ella. Y habló Siquem a Hamor su padre, diciendo: Tómame 4
por mujer a esta joven. Pero oyó Jacob que Siquem había 5
amancillado a Dina su h¼a; y estando sus h¼os con su ganado
en el campo, calló Jacob hasta que ellos viniesen. Y se dirigió 6
Hamor padre de Siquem a Jacob, para hablar con él. Y los 7
h¼os de Jacob vinieron del campo cuando lo supieron; y se
entristecieron los varones, y se enojaron mucho, porque hizo
vileza en Israel acostándose con la h¼a de Jacob, lo que no
se debía haber hecho. Y Hamor habló con ellos, diciendo: El 8
alma de mi h¼o Siquem se ha apegado a vuestra h¼a; os ruego
que se la deis por mujer. Y emparentad con nosotros; dadnos 9
vuestras h¼as, y tomad vosotros las nuestras. Y habitad con 10
nosotros, porque la tierra estará delante de vosotros; morad y
negociad en ella, y tomad en ella posesión. Siquem también 11
d¼o al padre de Dina y a los hermanos de ella: Halle yo gracia
en vuestros ojos, y daré lo que me d¼ereis. Aumentad a 12
cargo mío mucha dote y dones, y yo daré cuanto me d¼ereis;
y dadme la joven por mujer. Pero respondieron los h¼os de 13
Jacob a Siquem y a Hamor su padre con palabras engañosas,
por cuanto había amancillado a Dina su hermana. Y les d¼e- 14
ron: No podemos hacer esto de dar nuestra hermana a hombre
incircunciso, porque entre nosotros es abominación. Mas con 15
esta condición os complaceremos: si habéis de ser como nosotros,
que se circuncide entre vosotros todo varón. Entonces 16
os daremos nuestras h¼as, y tomaremos nosotros las vuestras;
y habitaremos con vosotros, y seremos un pueblo. Mas si no 17
nos prestareis oído para circuncidaros, tomaremos nuestra h¼a
y nos iremos. Y parecieron bien sus palabras a Hamor, y a 18
Siquem h¼o de Hamor. Y no tardó el joven en hacer aque- 19
llo, porque la h¼a de Jacob le había agradado; y él era el más
distinguido de toda la casa de su padre. Entonces Hamor y 20
Siquem su h¼o vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron
a los varones de su ciudad, diciendo: Estos varones son pací- 21
ficos con nosotros, y habitarán en el país, y traficarán en él;
pues he aquí la tierra es bastante ancha para ellos; nosotros
34. 22–35. 6 Génesis 52
tomaremos sus h¼as por mujeres, y les daremos las nuestras.
22 Mas con esta condición consentirán estos hombres en habitar
con nosotros, para que seamos un pueblo: que se circuncide
todo varón entre nosotros, así como ellos son circuncidados.
23 Su ganado, sus bienes y todas sus bestias serán nuestros; so-
24 lamente convengamos con ellos, y habitarán con nosotros. Y
obedecieron a Hamor y a Siquem su h¼o todos los que salían
por la puerta de la ciudad, y circuncidaron a todo varón, a
25 cuantos salían por la puerta de su ciudad. Pero sucedió que
al tercer día, cuando sentían ellos el mayor dolor, dos de los
h¼os de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron
cada uno su espada, y vinieron contra la ciudad, que estaba
26 desprevenida, y mataron a todo varón. Y a Hamor y a Siquem
su h¼o los mataron a filo de espada; y tomaron a Dina de casa
27 de Siquem, y se fueron. Y los h¼os de Jacob vinieron a los
muertos, y saquearon la ciudad, por cuanto habían amancilla-
28 do a su hermana. Tomaron sus ovejas y vacas y sus asnos, y
29 lo que había en la ciudad y en el campo, y todos sus bienes;
llevaron cautivos a todos sus niños y sus mujeres, y robaron
30 todo lo que había en casa. Entonces d¼o Jacob a Simeón y
a Leví: Me habéis turbado con hacerme abominable a los moradores
de esta tierra, el cananeo y el ferezeo; y teniendo yo
pocos hombres, se juntarán contra mí y me atacarán, y seré
31 destruido yo y mi casa. Pero ellos respondieron: ¿Había él de
tratar a nuestra hermana como a una ramera?
35 D¼o Dios a Jacob: Levántate y sube a Bet-el, y quédate
allí; y haz allí un altar al Dios que te apareció cuando huías de
2 tu hermano Esaú. Entonces Jacob d¼o a su familia y a todos
los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre
3 vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos. Y levantémonos,
y subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me
respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el
4 camino que he andado. Así dieron a Jacob todos los dioses
ajenos que había en poder de ellos, y los zarcillos que estaban
en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de una encina
5 que estaba junto a Siquem. Y salieron, y el terror de Dios
estuvo sobre las ciudades que había en sus alrededores, y no
6 persiguieron a los h¼os de Jacob. Y llegó Jacob a Luz, que
53 Génesis 35. 7–27
está en tierra de Canaán (ésta es Bet-el), él y todo el pueblo
que con él estaba. Y edificó allí un altar, y llamó al lugar 7
El-bet-el, porque allí le había aparecido Dios, cuando huía de
su hermano. Entonces murió Débora, ama de Rebeca, y fue 8
sepultada al pie de Bet-el, debajo de una encina, la cual fue
llamada Alón-bacut. Apareció otra vez Dios a Jacob, cuando 9
había vuelto de Padan-aram, y le bend¼o. Y le d¼o Dios: Tu 10
nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino
Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel. También le 11
d¼o Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate;
una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes
saldrán de tus lomos. La tierra que he dado a Abraham y a 12
Isaac, la daré a ti, y a tu descendencia después de ti daré la
tierra. Y se fue de él Dios, del lugar en donde había habla- 13
do con él. Y Jacob erigió una señal en el lugar donde había 14
hablado con él, una señal de piedra, y derramó sobre ella libación,
y echó sobre ella aceite. Y llamó Jacob el nombre de 15
aquel lugar donde Dios había hablado con él, Bet-el. Después 16
partieron de Bet-el; y había aún como media legua de tierra
para llegar a Efrata, cuando dio a luz Raquel, y hubo trabajo
en su parto. Y aconteció, como había trabajo en su parto, 17
que le d¼o la partera: No temas, que también tendrás este hijo.
Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó 18
su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín. Así mu- 19
rió Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, la cual es
Belén. Y levantó Jacob un pilar sobre su sepultura; ésta es 20
la señal de la sepultura de Raquel hasta hoy. Y salió Israel, 21
y plantó su tienda más allá de Migdal-edar. Aconteció que 22
cuando moraba Israel en aquella tierra, fue Rubén y durmió
con Bilha la concubina de su padre; lo cual llegó a saber Israel.
Ahora bien, los h¼os de Israel fueron doce: los h¼os de Lea: 23
Rubén el primogénito de Jacob; Simeón, Leví, Judá, Isacar y
Zabulón. Los h¼os de Raquel: José y Benjamín. Los h¼os de 24, 25
Bilha, sierva de Raquel: Dan y Neftalí. Y los h¼os de Zilpa, 26
sierva de Lea: Gad y Aser. Éstos fueron los h¼os de Jacob,
que le nacieron en Padan-aram. Después vino Jacob a Isaac 27
su padre a Mamre, a la ciudad de Arba, que es Hebrón, donde
35. 28–36. 19 Génesis 54
28 habitaron Abraham e Isaac. Y fueron los días de Isaac ciento
29 ochenta años. Y exhaló Isaac el espíritu, y murió, y fue recogido
a su pueblo, viejo y lleno de días; y lo sepultaron Esaú y
Jacob sus h¼os.
36, 2 Éstas son las generaciones de Esaú, el cual es Edom: Esaú
tomó sus mujeres de las h¼as de Canaán: a Ada, h¼a de Elón
3 heteo, a Aholibama, h¼a de Aná, h¼o de Zibeón heveo, y a
4 Basemat h¼a de Ismael, hermana de Nebaiot. Ada dio a luz a
5 Esaú a Elifaz; y Basemat dio a luz a Reuel. Y Aholibama dio
a luz a Jeús, a Jaalam y a Coré; éstos son los h¼os de Esaú, que
6 le nacieron en la tierra de Canaán. Y Esaú tomó sus mujeres,
sus h¼os y sus h¼as, y todas las personas de su casa, y sus
ganados, y todas sus bestias, y todo cuanto había adquirido
en la tierra de Canaán, y se fue a otra tierra, separándose de
7 Jacob su hermano. Porque los bienes de ellos eran muchos; y
no podían habitar juntos, ni la tierra en donde moraban los
8 podía sostener a causa de sus ganados. Y Esaú habitó en el
9 monte de Seir; Esaú es Edom. Éstos son los linajes de Esaú,
10 padre de Edom, en el monte de Seir. Éstos son los nombres
de los h¼os de Esaú: Elifaz, h¼o de Ada mujer de Esaú; Reuel,
11 h¼o de Basemat mujer de Esaú. Y los h¼os de Elifaz fueron
12 Temán, Omar, Zefo, Gatam y Cenaz. Y Timna fue concubina
de Elifaz h¼o de Esaú, y ella le dio a luz a Amalec; éstos son
13 los h¼os de Ada, mujer de Esaú. Los h¼os de Reuel fueron
Nahat, Zera, Sama y Miza; éstos son los h¼os de Basemat
14 mujer de Esaú. Éstos fueron los h¼os de Aholibama mujer de
Esaú, h¼a de Aná, que fue h¼o de Zibeón: ella dio a luz a Jeús,
15 Jaalam y Coré, h¼os de Esaú. Éstos son los jefes de entre los
h¼os de Esaú: h¼os de Elifaz, primogénito de Esaú: los jefes
16 Temán, Omar, Zefo, Cenaz, Coré, Gatam y Amalec; éstos
son los jefes de Elifaz en la tierra de Edom; éstos fueron los
17 h¼os de Ada. Y éstos son los h¼os de Reuel, h¼o de Esaú: los
jefes Nahat, Zera, Sama y Miza; éstos son los jefes de la línea
de Reuel en la tierra de Edom; estos h¼os vienen de Basemat
18 mujer de Esaú. Y éstos son los h¼os de Aholibama mujer de
Esaú: los jefes Jeús, Jaalam y Coré; éstos fueron los jefes que
19 salieron de Aholibama mujer de Esaú, h¼a de Aná. Éstos,
55 Génesis 36. 20–37. 2
pues, son los h¼os de Esaú, y sus jefes; él es Edom. Éstos 20
son los h¼os de Seir horeo, moradores de aquella tierra: Lotán,
Sobal, Zibeón, Aná, Disón, Ezer y Disán; éstos son los jefes 21
de los horeos, h¼os de Seir, en la tierra de Edom. Los h¼os de 22
Lotán fueron Hori y Hemam; y Timna fue hermana de Lotán.
Los h¼os de Sobal fueron Alván, Manahat, Ebal, Sefo y Onam. 23
Y los h¼os de Zibeón fueron Aja y Aná. Este Aná es el que 24
descubrió manantiales en el desierto, cuando apacentaba los
asnos de Zibeón su padre. Los h¼os de Aná fueron Disón, 25
y Aholibama h¼a de Aná. Éstos fueron los h¼os de Disón: 26
Hemdán, Esbán, Itrán y Querán. Y éstos fueron los h¼os de 27
Ezer: Bilhán, Zaaván y Acán. Éstos fueron los h¼os de Disán: 28
Uz y Arán. Y éstos fueron los jefes de los horeos: los jefes 29
Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, Disón, Ezer y Disán; éstos fueron 30
los jefes de los horeos, por sus mandos en la tierra de Seir. Y 31
los reyes que reinaron en la tierra de Edom, antes que reinase
rey sobre los h¼os de Israel, fueron estos: Bela h¼o de Beor 32
reinó en Edom; y el nombre de su ciudad fue Dinaba. Murió 33
Bela, y reinó en su lugar Jobab h¼o de Zera, de Bosra. Murió 34
Jobab, y en su lugar reinó Husam, de tierra de Temán. Murió 35
Husam, y reinó en su lugar Hadad h¼o de Bedad, el que derrotó
a Madián en el campo de Moab; y el nombre de su ciudad fue
Avit. Murió Hadad, y en su lugar reinó Samla de Masreca. 36
Murió Samla, y reinó en su lugar Saúl de Rehobot junto al 37
Éufrates. Murió Saúl, y en lugar suyo reinó Baal-hanán h¼o 38
de Acbor. Y murió Baal-hanán h¼o de Acbor, y reinó Hadar 39
en lugar suyo; y el nombre de su ciudad fue Pau; y el nombre de
su mujer, Mehetabel h¼a de Matred, h¼a de Mezaab. Éstos, 40
pues, son los nombres de los jefes de Esaú por sus linajes, por
sus lugares, y sus nombres: Timna, Alva, Jetet, Aholibama, 41
Ela, Pinón, Cenaz, Temán, Mibzar, Magdiel e Iram. Éstos 42, 43
fueron los jefes de Edom según sus moradas en la tierra de su
posesión. Edom es el mismo Esaú, padre de los edomitas.
Habitó Jacob en la tierra donde había morado su padre, en 37
la tierra de Canaán. Ésta es la historia de la familia de Jacob: 2
José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas
con sus hermanos; y el joven estaba con los h¼os de Bilha y
37. 3–22 Génesis 56
con los h¼os de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José
3 a su padre la mala fama de ellos. Y amaba Israel a José más
que a todos sus h¼os, porque lo había tenido en su vejez; y
4 le hizo una túnica de diversos colores. Y viendo sus hermanos
que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le
5 aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente. Y soñó José
un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborre-
6 cerle más todavía. Y él les d¼o: Oíd ahora este sueño que he
7 soñado: He aquí que atábamos manojos en medio del campo,
y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho,
y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al
8 mío. Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros,
o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aun más
9 a causa de sus sueños y sus palabras. Soñó aun otro sueño,
y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado
otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se
10 inclinaban a mí. Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su
padre le reprendió, y le d¼o: ¿Qué sueño es éste que soñaste?
¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrar-
11 nos en tierra ante ti? Y sus hermanos le tenían envidia, mas
12 su padre meditaba en esto. Después fueron sus hermanos a
13 apacentar las ovejas de su padre en Siquem. Y d¼o Israel a
José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te
14 enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí. E Israel le d¼o: Ve
ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas,
y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó
15 a Siquem. Y lo halló un hombre, andando él errante por el
campo, y le preguntó aquel hombre, diciendo: ¿Qué buscas?
16 José respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me mues-
17 tres dónde están apacentando. Aquel hombre respondió: Ya
se han ido de aquí; y yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces
18 José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán. Cuando
ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos,
19 conspiraron contra él para matarle. Y d¼eron el uno al otro:
20 He aquí viene el soñador. Ahora pues, venid, y matémosle
y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia
21 lo devoró; y veremos qué será de sus sueños. Cuando Rubén
22 oyó esto, lo libró de sus manos, y d¼o: No lo matemos. Y les
57 Génesis 37. 23–38. 5
d¼o Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que
está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así
de sus manos, para hacerlo volver a su padre. Sucedió, pues, 23
que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su
túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí; y le tomaron 24
y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no
había en ella agua. Y se sentaron a comer pan; y alzando los 25
ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía
de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e
iban a llevarlo a Egipto. Entonces Judá d¼o a sus hermanos: 26
¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos
su muerte? Venid, y vendámosle a los ismaelitas, 27
y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano,
nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él.
Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a 28
José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas
por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.
Después Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José dentro, y 29
rasgó sus vestidos. Y volvió a sus hermanos, y d¼o: El joven 30
no parece; y yo, ¿adónde iré yo? Entonces tomaron ellos la 31
túnica de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron
la túnica con la sangre; y enviaron la túnica de colores y la 32
trajeron a su padre, y d¼eron: Esto hemos hallado; reconoce
ahora si es la túnica de tu h¼o, o no. Y él la reconoció, y d¼o: 33
La túnica de mi h¼o es; alguna mala bestia lo devoró; José
ha sido despedazado. Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y 34
puso cilicio sobre sus lomos, y guardó luto por su h¼o muchos
días. Y se levantaron todos sus h¼os y todas sus h¼as para 35
consolarlo; mas él no quiso recibir consuelo, y d¼o: Descenderé
enlutado a mi h¼o hasta el Seol. Y lo lloró su padre. Y los 36
madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón,
capitán de la guardia.
Aconteció en aquel tiempo, que Judá se apartó de sus her- 38
manos, y se fue a un varón adulamita que se llamaba Hira. Y 2
vio allí Judá la h¼a de un hombre cananeo, el cual se llamaba
Súa; y la tomó, y se llegó a ella. Y ella concibió, y dio a luz un 3
h¼o, y llamó su nombre Er. Concibió otra vez, y dio a luz un 4
h¼o, y llamó su nombre Onán. Y volvió a concebir, y dio a luz 5
38. 6–23 Génesis 58
un h¼o, y llamó su nombre Sela. Y estaba en Quezib cuando
6 lo dio a luz. Después Judá tomó mujer para su primogénito
7 Er, la cual se llamaba Tamar. Y Er, el primogénito de Judá,
fue malo ante los ojos de Jehová, y le quitó Jehová la vida.
8 Entonces Judá d¼o a Onán: Llégate a la mujer de tu hermano,
9 y despósate con ella, y levanta descendencia a tu hermano. Y
sabiendo Onán que la descendencia no había de ser suya, sucedía
que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, vertía
10 en tierra, por no dar descendencia a su hermano. Y desagradó
en ojos de Jehová lo que hacía, y a él también le quitó la
11 vida. Y Judá d¼o a Tamar su nuera: Quédate viuda en casa
de tu padre, hasta que crezca Sela mi h¼o; porque d¼o: No sea
que muera él también como sus hermanos. Y se fue Tamar, y
12 estuvo en casa de su padre. Pasaron muchos días, y murió la
h¼a de Súa, mujer de Judá. Después Judá se consoló, y subía
a los trasquiladores de sus ovejas a Timnat, él y su amigo Hira
13 el adulamita. Y fue dado aviso a Tamar, diciendo: He aquí
14 tu suegro sube a Timnat a trasquilar sus ovejas. Entonces se
quitó ella los vestidos de su viudez, y se cubrió con un velo, y se
arrebozó, y se puso a la entrada de Enaim junto al camino de
Timnat; porque veía que había crecido Sela, y ella no era dada
15 a él por mujer. Y la vio Judá, y la tuvo por ramera, porque
16 ella había cubierto su rostro. Y se apartó del camino hacia
ella, y le d¼o: Déjame ahora llegarme a ti: pues no sabía que
17 era su nuera; y ella d¼o: ¿Qué me darás por llegarte a mí? Él
respondió: Yo te enviaré del ganado un cabrito de las cabras.
18 Y ella d¼o: Dame una prenda hasta que lo envíes. Entonces
Judá d¼o: ¿Qué prenda te daré? Ella respondió: Tu sello, tu
cordón, y tu báculo que tienes en tu mano. Y él se los dio, y
19 se llegó a ella, y ella concibió de él. Luego se levantó y se fue,
y se quitó el velo de sobre sí, y se vistió las ropas de su viudez.
20 Y Judá envió el cabrito de las cabras por medio de su amigo
el adulamita, para que éste recibiese la prenda de la mujer;
21 pero no la halló. Y preguntó a los hombres de aquel lugar,
diciendo: ¿Dónde está la ramera de Enaim junto al camino? Y
22 ellos le d¼eron: No ha estado aquí ramera alguna. Entonces
él se volvió a Judá, y d¼o: No la he hallado; y también los
23 hombres del lugar d¼eron: Aquí no ha estado ramera. Y Judá
59 Génesis 38. 24–39. 9
d¼o: Tómeselo para sí, para que no seamos menospreciados; he
aquí yo he enviado este cabrito, y tú no la hallaste. Sucedió 24
que al cabo de unos tres meses fue dado aviso a Judá, diciendo:
Tamar tu nuera ha fornicado, y ciertamente está encinta a
causa de las fornicaciones. Y Judá d¼o: Sacadla, y sea quemada.
Pero ella, cuando la sacaban, envió a decir a su suegro: 25
Del varón cuyas son estas cosas, estoy encinta. También d¼o:
Mira ahora de quién son estas cosas, el sello, el cordón y el
báculo. Entonces Judá los reconoció, y d¼o: Más justa es ella 26
que yo, por cuanto no la he dado a Sela mi h¼o. Y nunca más
la conoció. Y aconteció que al tiempo de dar a luz, he aquí 27
había gemelos en su seno. Sucedió cuando daba a luz, que 28
sacó la mano el uno, y la partera tomó y ató a su mano un
hilo de grana, diciendo: Éste salió primero. Pero volviendo él 29
a meter la mano, he aquí salió su hermano; y ella d¼o: ¡Qué
brecha te has abierto! Y llamó su nombre Fares. Después salió 30
su hermano, el que tenía en su mano el hilo de grana, y llamó
su nombre Zara.
Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, ca- 39
pitán de la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas
que lo habían llevado allá. Mas Jehová estaba con José, y fue 2
varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. Y 3
vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él
hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano. Así halló José 4
gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su
casa y entregó en su poder todo lo que tenía. Y aconteció que 5
desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que
tenía, Jehová bend¼o la casa del egipcio a causa de José, y
la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en
casa como en el campo. Y dejó todo lo que tenía en mano de 6
José, y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan
que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia.
Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus 7
ojos en José, y d¼o: Duerme conmigo. Y él no quiso, y d¼o 8
a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa
conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo
lo que tiene. No hay otro mayor que yo en esta casa, y 9
ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su
39. 10–40. 6 Génesis 60
mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría con-
10 tra Dios? Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él
11 para acostarse al lado de ella, para estar con ella, aconteció
que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había
12 nadie de los de casa allí. Y ella lo asió por su ropa, diciendo:
Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de
13 ella, y huyó y salió. Cuando vio ella que le había dejado su
14 ropa en sus manos, y había huido fuera, llamó a los de casa,
y les habló diciendo: Mirad, nos ha traído un hebreo para que
hiciese burla de nosotros. Vino él a mí para dormir conmigo, y
15 yo di grandes voces; y viendo que yo alzaba la voz y gritaba,
16 dejó junto a mí su ropa, y huyó y salió. Y ella puso junto a sí
17 la ropa de José, hasta que vino su señor a su casa. Entonces
le habló ella las mismas palabras, diciendo: El siervo hebreo
18 que nos trajiste, vino a mí para deshonrarme. Y cuando yo
alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó fuera.
19 Y sucedió que cuando oyó el amo de José las palabras que su
mujer le hablaba, diciendo: Así me ha tratado tu siervo, se
20 encendió su furor. Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel,
donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel.
21 Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y
22 le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. Y el jefe de la
cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos
que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo
23 hacía. No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna
de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba
con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.
40 Aconteció después de estas cosas, que el copero del rey de
Egipto y el panadero delinquieron contra su señor el rey de
2 Egipto. Y se enojó Faraón contra sus dos oficiales, contra el
3 jefe de los coperos y contra el jefe de los panaderos, y los puso
en prisión en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel don-
4 de José estaba preso. Y el capitán de la guardia encargó de
5 ellos a José, y él les servía; y estuvieron días en la prisión. Y
ambos, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban
arrestados en la prisión, tuvieron un sueño, cada uno su propio
sueño en una misma noche, cada uno con su propio significa-
6 do. Vino a ellos José por la mañana, y los miró, y he aquí que
61 Génesis 40. 7–41. 2
estaban tristes. Y él preguntó a aquellos oficiales de Faraón, 7
que estaban con él en la prisión de la casa de su señor, diciendo:
¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes? Ellos le 8
d¼eron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete.
Entonces les d¼o José: ¿No son de Dios las interpretaciones?
Contádmelo ahora. Entonces el jefe de los coperos contó su 9
sueño a José, y le d¼o: Yo soñaba que veía una vid delante de
mí, y en la vid tres sarmientos; y ella como que brotaba, y 10
arrojaba su flor, viniendo a madurar sus racimos de uvas. Y 11
que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las
uvas y las exprimía en la copa de Faraón, y daba yo la copa
en mano de Faraón. Y le d¼o José: Ésta es su interpretación: 12
los tres sarmientos son tres días. Al cabo de tres días levan- 13
tará Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto, y darás la
copa a Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su
copero. Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te 14
ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de
mí a Faraón, y me saques de esta casa. Porque fui hurtado 15
de la tierra de los hebreos; y tampoco he hecho aquí por qué
me pusiesen en la cárcel. Viendo el jefe de los panaderos que 16
había interpretado para bien, d¼o a José: También yo soñé que
veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza. En el canastillo 17
más alto había de toda clase de manjares de pastelería para
Faraón; y las aves las comían del canastillo de sobre mi cabeza.
Entonces respondió José, y d¼o: Ésta es su interpretación: 18
Los tres canastillos tres días son. Al cabo de tres días quitará 19
Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y
las aves comerán tu carne de sobre ti. Al tercer día, que era el 20
día del cumpleaños de Faraón, el rey hizo banquete a todos sus
sirvientes; y alzó la cabeza del jefe de los coperos, y la cabeza
del jefe de los panaderos, entre sus servidores. E hizo volver 21
a su oficio al jefe de los coperos, y dio éste la copa en mano de
Faraón. Mas hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como lo 22
había interpretado José. Y el jefe de los coperos no se acordó 23
de José, sino que le olvidó.
Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le 41
parecía que estaba junto al río; y que del río subían siete va- 2
cas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado.
41. 3–21 Génesis 62
3 Y que tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto
y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas
4 a la orilla del río; y que las vacas de feo aspecto y enjutas de
carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y
5 despertó Faraón. Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez:
Que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña,
6 y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y
7 abatidas del viento solano; y las siete espigas menudas devoraban
a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón,
8 y he aquí que era sueño. Sucedió que por la mañana estaba
agitado su espíritu, y envió e hizo llamar a todos los magos de
Egipto, y a todos sus sabios; y les contó Faraón sus sueños,
9 mas no había quien los pudiese interpretar a Faraón. Entonces
el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Me acuerdo
10 hoy de mis faltas. Cuando Faraón se enojó contra sus siervos,
nos echó a la prisión de la casa del capitán de la guardia a
11 mí y al jefe de los panaderos. Y él y yo tuvimos un sueño
en la misma noche, y cada sueño tenía su propio significado.
12 Estaba allí con nosotros un joven hebreo, siervo del capitán
de la guardia; y se lo contamos, y él nos interpretó nuestros
13 sueños, y declaró a cada uno conforme a su sueño. Y aconteció
que como él nos los interpretó, así fue: yo fui restablecido
14 en mi puesto, y el otro fue colgado. Entonces Faraón envió y
llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se
15 afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón. Y d¼o Faraón
a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete;
mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos.
16 Respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será
17 el que dé respuesta propicia a Faraón. Entonces Faraón d¼o
a José: En mi sueño me parecía que estaba a la orilla del río;
18 y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa
19 apariencia, que pacían en el prado. Y que otras siete vacas
subían después de ellas, flacas y de muy feo aspecto; tan extenuadas,
que no he visto otras semejantes en fealdad en toda
20 la tierra de Egipto. Y las vacas flacas y feas devoraban a las
21 siete primeras vacas gordas; y éstas entraban en sus entrañas,
mas no se conocía que hubiesen entrado, porque la apariencia
de las flacas era aún mala, como al principio. Y yo desperté.
63 Génesis 41. 22–42
Vi también soñando, que siete espigas crecían en una misma 22
caña, llenas y hermosas. Y que otras siete espigas menudas, 23
marchitas, abatidas del viento solano, crecían después de ellas;
y las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosas; 24
y lo he dicho a los magos, mas no hay quien me lo interprete.
Entonces respondió José a Faraón: El sueño de Faraón es uno 25
mismo; Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer. Las sie- 26
te vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son
siete años: el sueño es uno mismo. También las siete vacas 27
flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete
espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años
serán de hambre. Esto es lo que respondo a Faraón. Lo que 28
Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón. He aquí vienen 29
siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. Y 30
tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda la abundancia
será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá
la tierra. Y aquella abundancia no se echará de ver, a cau- 31
sa del hambre siguiente la cual será gravísima. Y el suceder 32
el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de
parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla. Por tanto, 33
provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo
sobre la tierra de Egipto. Haga esto Faraón, y ponga 34
gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los
siete años de la abundancia. Y junten toda la provisión de 35
estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano
de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.
Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete 36
años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no
perecerá de hambre. El asunto pareció bien a Faraón y a sus 37
siervos, y d¼o Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro 38
hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? Y d¼o 39
Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no
hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa, y 40
por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el
trono seré yo mayor que tú. D¼o además Faraón a José: He 41
aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. Entonces 42
Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de
José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar
41. 43–42. 3 Génesis 64
43 de oro en su cuello; y lo hizo subir en su segundo carro, y
pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre
44 toda la tierra de Egipto. Y d¼o Faraón a José: Yo soy Faraón;
y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de
45 Egipto. Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y
le dio por mujer a Asenat, h¼a de Potifera sacerdote de On.
46 Y salió José por toda la tierra de Egipto. Era José de edad
de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey
de Egipto; y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda
47 la tierra de Egipto. En aquellos siete años de abundancia la
48 tierra produjo a montones. Y él reunió todo el alimento de
los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto,
y guardó alimento en las ciudades, poniendo en cada ciudad
49 el alimento del campo de sus alrededores. Recogió José trigo
como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse
50 contar, porque no tenía número. Y nacieron a José dos hijos
antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le
51 dio a luz Asenat, h¼a de Potifera sacerdote de On. Y llamó
José el nombre del primogénito, Manasés; porque d¼o: Dios
me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre.
52 Y llamó el nombre del segundo, Efraín; porque d¼o: Dios me
53 hizo fructificar en la tierra de mi aflicción. Así se cumplieron
los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto.
54 Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José
había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda
55 la tierra de Egipto había pan. Cuando se sintió el hambre en
toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan. Y
d¼o Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él
56 os d¼ere. Y el hambre estaba por toda la extensión del país.
Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los
egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egip-
57 to. Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José,
porque por toda la tierra había crecido el hambre.
42 Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, d¼o a sus
2 h¼os: ¿Por qué os estáis mirando? Y d¼o: He aquí, yo he oído
que hay víveres en Egipto; descended allá, y comprad de
allí para nosotros, para que podamos vivir, y no muramos.
3 Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo en
65 Génesis 42. 4–22
Egipto. Mas Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, 4
con sus hermanos; porque d¼o: No sea que le acontezca algún
desastre. Vinieron los h¼os de Israel a comprar entre los que 5
venían; porque había hambre en la tierra de Canaán. Y José 6
era el señor de la tierra, quien le vendía a todo el pueblo de la
tierra; y llegaron los hermanos de José, y se inclinaron a él rostro
a tierra. Y José, cuando vio a sus hermanos, los conoció; 7
mas hizo como que no los conocía, y les habló ásperamente, y
les d¼o: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la
tierra de Canaán, para comprar alimentos. José, pues, cono- 8
ció a sus hermanos; pero ellos no le conocieron. Entonces se 9
acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les
d¼o: Espías sois; por ver lo descubierto del país habéis venido.
Ellos le respondieron: No, señor nuestro, sino que tus siervos 10
han venido a comprar alimentos. Todos nosotros somos h¼os 11
de un varón; somos hombres honrados; tus siervos nunca fueron
espías. Pero José les d¼o: No; para ver lo descubierto del 12
país habéis venido. Y ellos respondieron: Tus siervos somos 13
doce hermanos, h¼os de un varón en la tierra de Canaán; y
he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y otro no parece.
Y José les d¼o: Eso es lo que os he dicho, afirmando 14
que sois espías. En esto seréis probados: Vive Faraón, que no 15
saldréis de aquí, sino cuando vuestro hermano menor viniere
aquí. Enviad a uno de vosotros y traiga a vuestro hermano, 16
y vosotros quedad presos, y vuestras palabras serán probadas,
si hay verdad en vosotros; y si no, vive Faraón, que sois espías.
Entonces los puso juntos en la cárcel por tres días. Y al tercer 17, 18
día les d¼o José: Haced esto, y vivid: Yo temo a Dios. Si sois 19
hombres honrados, quede preso en la casa de vuestra cárcel uno
de vuestros hermanos, y vosotros id y llevad el alimento para
el hambre de vuestra casa. Pero traeréis a vuestro hermano 20
menor, y serán verificadas vuestras palabras, y no moriréis. Y
ellos lo hicieron así. Y decían el uno al otro: Verdaderamente 21
hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia
de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso
ha venido sobre nosotros esta angustia. Entonces Rubén les 22
respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y d¼e: No pequéis contra
el joven, y no escuchasteis? He aquí también se nos demanda
42. 23–43. 2 Génesis 66
23 su sangre. Pero ellos no sabían que los entendía José, porque
24 había intérprete entre ellos. Y se apartó José de ellos, y lloró;
después volvió a ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a
25 Simeón, y lo aprisionó a vista de ellos. Después mandó José
que llenaran sus sacos de trigo, y devolviesen el dinero de cada
uno de ellos, poniéndolo en su saco, y les diesen comida para el
26 camino; y así se hizo con ellos. Y ellos pusieron su trigo sobre
27 sus asnos, y se fueron de allí. Pero abriendo uno de ellos su
saco para dar de comer a su asno en el mesón, vio su dinero
28 que estaba en la boca de su costal. Y d¼o a sus hermanos: Mi
dinero se me ha devuelto, y helo aquí en mi saco. Entonces se
les sobresaltó el corazón, y espantados d¼eron el uno al otro:
29 ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios? Y venidos a Jacob su
padre en tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había
30 acontecido, diciendo: Aquel varón, el señor de la tierra, nos
31 habló ásperamente, y nos trató como a espías de la tierra. Y
nosotros le d¼imos: Somos hombres honrados, nunca fuimos
32 espías. Somos doce hermanos, h¼os de nuestro padre; uno no
parece, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de
33 Canaán. Entonces aquel varón, el señor de la tierra, nos d¼o:
En esto conoceré que sois hombres honrados: dejad conmigo
uno de vuestros hermanos, y tomad para el hambre de vues-
34 tras casas, y andad, y traedme a vuestro hermano el menor,
para que yo sepa que no sois espías, sino hombres honrados;
35 así os daré a vuestro hermano, y negociaréis en la tierra. Y
aconteció que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en el saco
de cada uno estaba el atado de su dinero; y viendo ellos y su
36 padre los atados de su dinero, tuvieron temor. Entonces su
padre Jacob les d¼o: Me habéis privado de mis h¼os; José no
parece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; contra
37 mí son todas estas cosas. Y Rubén habló a su padre, diciendo:
Harás morir a mis dos h¼os, si no te lo devuelvo; entrégalo en
38 mi mano, que yo lo devolveré a ti. Y él d¼o: No descenderá
mi h¼o con vosotros, pues su hermano ha muerto, y él solo ha
quedado; y si le aconteciere algún desastre en el camino por
donde vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol.
43, 2 El hambre era grande en la tierra; y aconteció que cuando
acabaron de comer el trigo que trajeron de Egipto, les d¼o su
67 Génesis 43. 3–18
padre: Volved, y comprad para nosotros un poco de alimento.
Respondió Judá, diciendo: Aquel varón nos protestó con áni- 3
mo resuelto, diciendo: No veréis mi rostro si no traéis a vuestro
hermano con vosotros. Si enviares a nuestro hermano con no- 4
sotros, descenderemos y te compraremos alimento. Pero si no 5
le enviares, no descenderemos; porque aquel varón nos d¼o:
No veréis mi rostro si no traéis a vuestro hermano con vosotros.
D¼o entonces Israel: ¿Por qué me hicisteis tanto mal, 6
declarando al varón que teníais otro hermano? Y ellos respon- 7
dieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros,
y por nuestra familia, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis
otro hermano? Y le declaramos conforme a estas palabras.
¿Acaso podíamos saber que él nos diría: Haced venir a vuestro
hermano? Entonces Judá d¼o a Israel su padre: Envía al 8
joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos
y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños. Yo te 9
respondo por él; a mí me pedirás cuenta. Si yo no te lo vuelvo
a traer, y si no lo pongo delante de ti, seré para ti el culpable
para siempre; pues si no nos hubiéramos detenido, ciertamen- 10
te hubiéramos ya vuelto dos veces. Entonces Israel su padre 11
les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de
la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente,
un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirra, nueces
y almendras. Y tomad en vuestras manos doble cantidad de 12
dinero, y llevad en vuestra mano el dinero vuelto en las bocas
de vuestros costales; quizá fue equivocación. Tomad también 13
a vuestro hermano, y levantaos, y volved a aquel varón. Y el 14
Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón,
y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he
de ser privado de mis h¼os, séalo. Entonces tomaron aquellos 15
varones el presente, y tomaron en su mano doble cantidad de
dinero, y a Benjamín; y se levantaron y descendieron a Egipto,
y se presentaron delante de José. Y vio José a Benjamín 16
con ellos, y d¼o al mayordomo de su casa: Lleva a casa a esos
hombres, y degüella una res y prepárala, pues estos hombres
comerán conmigo al mediodía. E hizo el hombre como José 17
d¼o, y llevó a los hombres a casa de José. Entonces aquellos 18
hombres tuvieron temor, cuando fueron llevados a casa de Jo43.
19–34 Génesis 68
sé, y decían: Por el dinero que fue devuelto en nuestros costales
la primera vez nos han traído aquí, para tendernos lazo, y atacarnos,
y tomarnos por siervos a nosotros, y a nuestros asnos.
19 Y se acercaron al mayordomo de la casa de José, y le hablaron
20 a la entrada de la casa. Y d¼eron: Ay, señor nuestro, nosotros
en realidad de verdad descendimos al principio a comprar ali-
21 mentos. Y aconteció que cuando llegamos al mesón y abrimos
nuestros costales, he aquí el dinero de cada uno estaba en la
boca de su costal, nuestro dinero en su justo peso; y lo hemos
22 vuelto a traer con nosotros. Hemos también traído en nuestras
manos otro dinero para comprar alimentos; nosotros no sabe-
23 mos quién haya puesto nuestro dinero en nuestros costales. Él
les respondió: Paz a vosotros, no temáis; vuestro Dios y el Dios
de vuestro padre os dio el tesoro en vuestros costales; yo recibí
24 vuestro dinero. Y sacó a Simeón a ellos. Y llevó aquel varón a
los hombres a casa de José; y les dio agua, y lavaron sus pies,
25 y dio de comer a sus asnos. Y ellos prepararon el presente
entretanto que venía José a mediodía, porque habían oído que
26 allí habrían de comer pan. Y vino José a casa, y ellos le trajeron
el presente que tenían en su mano dentro de la casa, y se
27 inclinaron ante él hasta la tierra. Entonces les preguntó José
cómo estaban, y d¼o: ¿Vuestro padre, el anciano que d¼isteis,
28 lo pasa bien? ¿Vive todavía? Y ellos respondieron: Bien va a
tu siervo nuestro padre; aún vive. Y se inclinaron, e hicieron
29 reverencia. Y alzando José sus ojos vio a Benjamín su hermano,
h¼o de su madre, y d¼o: ¿Es éste vuestro hermano menor,
de quien me hablasteis? Y d¼o: Dios tenga misericordia de ti,
30 h¼o mío. Entonces José se apresuró, porque se conmovieron
sus entrañas a causa de su hermano, y buscó dónde llorar; y
31 entró en su cámara, y lloró allí. Y lavó su rostro y salió, y
32 se contuvo, y d¼o: Poned pan. Y pusieron para él aparte, y
separadamente para ellos, y aparte para los egipcios que con
él comían; porque los egipcios no pueden comer pan con los
33 hebreos, lo cual es abominación a los egipcios. Y se sentaron
delante de él, el mayor conforme a su primogenitura, y el menor
conforme a su menor edad; y estaban aquellos hombres
34 atónitos mirándose el uno al otro. Y José tomó viandas de
delante de sí para ellos; mas la porción de Benjamín era cinco
69 Génesis 44. 1–18
veces mayor que cualquiera de las de ellos. Y bebieron, y se
alegraron con él.
Mandó José al mayordomo de su casa, diciendo: Llena de 44
alimento los costales de estos varones, cuanto puedan llevar, y
pon el dinero de cada uno en la boca de su costal. Y pondrás 2
mi copa, la copa de plata, en la boca del costal del menor,
con el dinero de su trigo. Y él hizo como d¼o José. Venida 3
la mañana, los hombres fueron despedidos con sus asnos. Ha- 4
biendo ellos salido de la ciudad, de la que aún no se habían
alejado, d¼o José a su mayordomo: Levántate y sigue a esos
hombres; y cuando los alcances, diles: ¿Por qué habéis vuelto
mal por bien? ¿Por qué habéis robado mi copa de plata? ¿No 5
es ésta en la que bebe mi señor, y por la que suele adivinar?
Habéis hecho mal en lo que hicisteis. Cuando él los alcanzó, 6
les d¼o estas palabras. Y ellos le respondieron: ¿Por qué dice 7
nuestro señor tales cosas? Nunca tal hagan tus siervos. He 8
aquí, el dinero que hallamos en la boca de nuestros costales,
te lo volvimos a traer desde la tierra de Canaán; ¿cómo, pues,
habíamos de hurtar de casa de tu señor plata ni oro? Aquel 9
de tus siervos en quien fuere hallada la copa, que muera, y aun
nosotros seremos siervos de mi señor. Y él d¼o: También aho- 10
ra sea conforme a vuestras palabras; aquel en quien se hallare
será mi siervo, y vosotros seréis sin culpa. Ellos entonces se 11
dieron prisa, y derribando cada uno su costal en tierra, abrió
cada cual el costal suyo. Y buscó; desde el mayor comenzó, y 12
acabó en el menor; y la copa fue hallada en el costal de Benjamín.
Entonces ellos rasgaron sus vestidos, y cargó cada uno 13
su asno y volvieron a la ciudad. Vino Judá con sus herma- 14
nos a casa de José, que aún estaba allí, y se postraron delante
de él en tierra. Y les d¼o José: ¿Qué acción es ésta que ha- 15
béis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo sabe adivinar?
Entonces d¼o Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablare- 16
mos, o con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad
de tus siervos; he aquí, nosotros somos siervos de mi señor,
nosotros, y también aquel en cuyo poder fue hallada la copa.
José respondió: Nunca yo tal haga. El varón en cuyo poder fue 17
hallada la copa, él será mi siervo; vosotros id en paz a vuestro
padre. Entonces Judá se acercó a él, y d¼o: Ay, señor mío, te 18
44. 19–45. 3 Génesis 70
ruego que permitas que hable tu siervo una palabra en oídos
de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues
19 tú eres como Faraón. Mi señor preguntó a sus siervos, dicien-
20 do: ¿Tenéis padre o hermano? Y nosotros respondimos a mi
señor: Tenemos un padre anciano, y un hermano joven, pequeño
aún, que le nació en su vejez; y un hermano suyo murió,
y él solo quedó de los h¼os de su madre; y su padre lo ama.
21 Y tú d¼iste a tus siervos: Traédmelo, y pondré mis ojos sobre
22 él. Y nosotros d¼imos a mi señor: El joven no puede dejar
23 a su padre, porque si lo dejare, su padre morirá. Y d¼iste a
tus siervos: Si vuestro hermano menor no desciende con vos-
24 otros, no veréis más mi rostro. Aconteció, pues, que cuando
llegamos a mi padre tu siervo, le contamos las palabras de mi
25 señor. Y d¼o nuestro padre: Volved a comprarnos un poco de
26 alimento. Y nosotros respondimos: No podemos ir; si nuestro
hermano va con nosotros, iremos; porque no podremos ver el
rostro del varón, si no está con nosotros nuestro hermano el
27 menor. Entonces tu siervo mi padre nos d¼o: Vosotros sabéis
28 que dos h¼os me dio a luz mi mujer; y el uno salió de mi presencia,
y pienso de cierto que fue despedazado, y hasta ahora
29 no lo he visto. Y si tomáis también a éste de delante de mí,
y le acontece algún desastre, haréis descender mis canas con
30 dolor al Seol. Ahora, pues, cuando vuelva yo a tu siervo mi
padre, si el joven no va conmigo, como su vida está ligada a la
31 vida de él, sucederá que cuando no vea al joven, morirá; y tus
siervos harán descender las canas de tu siervo nuestro padre
32 con dolor al Seol. Como tu siervo salió por fiador del joven
con mi padre, diciendo: Si no te lo vuelvo a traer, entonces
33 yo seré culpable ante mi padre para siempre; te ruego, por
tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo
34 de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos. Porque
¿cómo volveré yo a mi padre sin el joven? No podré, por no
ver el mal que sobrevendrá a mi padre.
45 No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban
al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos.
Y no quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus herma-
2 nos. Entonces se dio a llorar a gritos; y oyeron los egipcios, y
3 oyó también la casa de Faraón. Y d¼o José a sus hermanos:
71 Génesis 45. 4–21
Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron
responderle, porque estaban turbados delante de él. Entonces 4
d¼o José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron.
Y él d¼o: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis
para Egipto. Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de 5
haberme vendido acá; porque para preservación de vida me
envió Dios delante de vosotros. Pues ya ha habido dos años 6
de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en
los cuales ni habrá arada ni siega. Y Dios me envió delante 7
de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para
daros vida por medio de gran liberación. Así, pues, no me 8
enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre
de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en
toda la tierra de Egipto. Daos prisa, id a mi padre y decidle: 9
Así dice tu h¼o José: Dios me ha puesto por señor de todo
Egipto; ven a mí, no te detengas. Habitarás en la tierra de 10
Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus h¼os, y los h¼os de tus
h¼os, tus ganados y tus vacas, y todo lo que tienes. Y allí te 11
alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que
no perezcas de pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes. He 12
aquí, vuestros ojos ven, y los ojos de mi hermano Benjamín,
que mi boca os habla. Haréis, pues, saber a mi padre toda mi 13
gloria en Egipto, y todo lo que habéis visto; y daos prisa, y
traed a mi padre acá. Y se echó sobre el cuello de Benjamín 14
su hermano, y lloró; y también Benjamín lloró sobre su cuello.
Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y después 15
sus hermanos hablaron con él. Y se oyó la noticia en la casa 16
de Faraón, diciendo: Los hermanos de José han venido. Y esto
agradó en los ojos de Faraón y de sus siervos. Y d¼o Faraón a 17
José: Di a tus hermanos: Haced esto: cargad vuestras bestias,
e id, volved a la tierra de Canaán; y tomad a vuestro padre y 18
a vuestras familias y venid a mí, porque yo os daré lo bueno de
la tierra de Egipto, y comeréis de la abundancia de la tierra.
Y tú manda: Haced esto: tomaos de la tierra de Egipto carros 19
para vuestros niños y vuestras mujeres, y traed a vuestro padre,
y venid. Y no os preocupéis por vuestros enseres, porque 20
la riqueza de la tierra de Egipto será vuestra. Y lo hicieron 21
así los h¼os de Israel; y les dio José carros conforme a la orden
45. 22–46. 15 Génesis 72
22 de Faraón, y les suministró víveres para el camino. A cada
uno de todos ellos dio mudas de vestidos, y a Benjamín dio
23 trescientas piezas de plata, y cinco mudas de vestidos. Y a su
padre envió esto: diez asnos cargados de lo mejor de Egipto,
y diez asnas cargadas de trigo, y pan y comida, para su padre
24 en el camino. Y despidió a sus hermanos, y ellos se fueron. Y
25 él les d¼o: No riñáis por el camino. Y subieron de Egipto, y
26 llegaron a la tierra de Canaán a Jacob su padre. Y le dieron
las nuevas, diciendo: José vive aún; y él es señor en toda la
tierra de Egipto. Y el corazón de Jacob se afligió, porque no
27 los creía. Y ellos le contaron todas las palabras de José, que él
les había hablado; y viendo Jacob los carros que José enviaba
28 para llevarlo, su espíritu revivió. Entonces d¼o Israel: Basta;
José mi h¼o vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera.
46 Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofre-
2 ció sacrificios al Dios de su padre Isaac. Y habló Dios a Israel
en visiones de noche, y d¼o: Jacob, Jacob. Y él respondió: He-
3 me aquí. Y d¼o: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de
descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación.
4 Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver;
5 y la mano de José cerrará tus ojos. Y se levantó Jacob de
Beerseba; y tomaron los h¼os de Israel a su padre Jacob, y a
sus niños, y a sus mujeres, en los carros que Faraón había en-
6 viado para llevarlo. Y tomaron sus ganados, y sus bienes que
habían adquirido en la tierra de Canaán, y vinieron a Egipto,
7 Jacob y toda su descendencia consigo; sus h¼os, y los h¼os
de sus h¼os consigo; sus h¼as, y las h¼as de sus h¼os, y a toda
8 su descendencia trajo consigo a Egipto. Y éstos son los nombres
de los h¼os de Israel, que entraron en Egipto, Jacob y sus
9 h¼os: Rubén, el primogénito de Jacob. Y los h¼os de Rubén:
10 Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi. Los h¼os de Simeón: Jemuel,
11 Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar, y Saúl h¼o de la cananea. Los
12 h¼os de Leví: Gersón, Coat y Merari. Los h¼os de Judá: Er,
Onán, Sela, Fares y Zara; mas Er y Onán murieron en la tierra
13 de Canaán. Y los h¼os de Fares fueron Hezrón y Hamul. Los
14 h¼os de Isacar: Tola, Fúa, Job y Simrón. Los h¼os de Zabu-
15 lón: Sered, Elón y Jahleel. Éstos fueron los h¼os de Lea, los
73 Génesis 46. 16–34
que dio a luz a Jacob en Padan-aram, y además su h¼a Dina;
treinta y tres las personas todas de sus h¼os e h¼as. Los h¼os 16
de Gad: Zifión, Hagui, Ezbón, Suni, Eri, Arodi y Areli. Y los 17
h¼os de Aser: Imna, Isúa, Isúi, Bería, y Sera hermana de ellos.
Los h¼os de Bería: Heber y Malquiel. Éstos fueron los h¼os 18
de Zilpa, la que Labán dio a su h¼a Lea, y dio a luz éstos
a Jacob; por todas dieciséis personas. Los h¼os de Raquel, 19
mujer de Jacob: José y Benjamín. Y nacieron a José en la 20
tierra de Egipto Manasés y Efraín, los que le dio a luz Asenat,
h¼a de Potifera sacerdote de On. Los h¼os de Benjamín 21
fueron Bela, Bequer, Asbel, Gera, Naamán, Ehi, Ros, Mupim,
Hupim y Ard. Éstos fueron los h¼os de Raquel, que nacieron 22
a Jacob; por todas catorce personas. Los h¼os de Dan: Hu- 23
sim. Los h¼os de Neftalí: Jahzeel, Guni, Jezer y Silem. Éstos 24, 25
fueron los h¼os de Bilha, la que dio Labán a Raquel su h¼a,
y dio a luz éstos a Jacob; por todas siete personas. Todas las 26
personas que vinieron con Jacob a Egipto, procedentes de sus
lomos, sin las mujeres de los h¼os de Jacob, todas las personas
fueron sesenta y seis. Y los h¼os de José, que le nacieron en 27
Egipto, dos personas. Todas las personas de la casa de Jacob,
que entraron en Egipto, fueron setenta. Y envió Jacob a Ju- 28
dá delante de sí a José, para que le viniese a ver en Gosén; y
llegaron a la tierra de Gosén. Y José unció su carro y vino 29
a recibir a Israel su padre en Gosén; y se manifestó a él, y se
echó sobre su cuello, y lloró sobre su cuello largamente. En- 30
tonces Israel d¼o a José: Muera yo ahora, ya que he visto tu
rostro, y sé que aún vives. Y José d¼o a sus hermanos, y a la 31
casa de su padre: Subiré y lo haré saber a Faraón, y le diré:
Mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en la tierra
de Canaán, han venido a mí. Y los hombres son pastores de 32
ovejas, porque son hombres ganaderos; y han traído sus ovejas
y sus vacas, y todo lo que tenían. Y cuando Faraón os llamare 33
y d¼ere: ¿Cuál es vuestro oficio? entonces diréis: Hombres de 34
ganadería han sido tus siervos desde nuestra juventud hasta
ahora, nosotros y nuestros padres; a fin de que moréis en la
tierra de Gosén, porque para los egipcios es abominación todo
pastor de ovejas.
47. 1–16 Génesis 74
47 Vino José y lo hizo saber a Faraón, y d¼o: Mi padre y mis
hermanos, y sus ovejas y sus vacas, con todo lo que tienen,
han venido de la tierra de Canaán, y he aquí están en la tierra
2 de Gosén. Y de los postreros de sus hermanos tomó cinco
3 varones, y los presentó delante de Faraón. Y Faraón d¼o a
sus hermanos: ¿Cuál es vuestro oficio? Y ellos respondieron a
Faraón: Pastores de ovejas son tus siervos, así nosotros como
4 nuestros padres. D¼eron además a Faraón: Para morar en esta
tierra hemos venido; porque no hay pasto para las ovejas de
tus siervos, pues el hambre es grave en la tierra de Canaán; por
tanto, te rogamos ahora que permitas que habiten tus siervos
5 en la tierra de Gosén. Entonces Faraón habló a José, dicien-
6 do: Tu padre y tus hermanos han venido a ti. La tierra de
Egipto delante de ti está; en lo mejor de la tierra haz habitar
a tu padre y a tus hermanos; habiten en la tierra de Gosén; y
si entiendes que hay entre ellos hombres capaces, ponlos por
7 mayorales del ganado mío. También José introdujo a Jacob
su padre, y lo presentó delante de Faraón; y Jacob bend¼o
8 a Faraón. Y d¼o Faraón a Jacob: ¿Cuántos son los días de
9 los años de tu vida? Y Jacob respondió a Faraón: Los días
de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos
y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han
llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los
10 días de su peregrinación. Y Jacob bend¼o a Faraón, y salió
11 de la presencia de Faraón. Así José hizo habitar a su padre
y a sus hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto,
en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramesés, como mandó
12 Faraón. Y alimentaba José a su padre y a sus hermanos, y
a toda la casa de su padre, con pan, según el número de los
13 h¼os. No había pan en toda la tierra, y el hambre era muy
grave, por lo que desfalleció de hambre la tierra de Egipto y
14 la tierra de Canaán. Y recogió José todo el dinero que había
en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, por los alimentos
que de él compraban; y metió José el dinero en casa
15 de Faraón. Acabado el dinero de la tierra de Egipto y de la
tierra de Canaán, vino todo Egipto a José, diciendo: Danos
pan; ¿por qué moriremos delante de ti, por haberse acabado el
16 dinero? Y José d¼o: Dad vuestros ganados y yo os daré por
75 Génesis 47. 17–29
vuestros ganados, si se ha acabado el dinero. Y ellos trajeron 17
sus ganados a José, y José les dio alimentos por caballos, y
por el ganado de las ovejas, y por el ganado de las vacas, y por
asnos; y les sustentó de pan por todos sus ganados aquel año.
Acabado aquel año, vinieron a él el segundo año, y le d¼eron: 18
No encubrimos a nuestro señor que el dinero ciertamente se
ha acabado; también el ganado es ya de nuestro señor; nada
ha quedado delante de nuestro señor sino nuestros cuerpos y
nuestra tierra. ¿Por qué moriremos delante de tus ojos, así 19
nosotros como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra
tierra por pan, y seremos nosotros y nuestra tierra siervos
de Faraón; y danos semilla para que vivamos y no muramos, y
no sea asolada la tierra. Entonces compró José toda la tierra 20
de Egipto para Faraón; pues los egipcios vendieron cada uno
sus tierras, porque se agravó el hambre sobre ellos; y la tierra
vino a ser de Faraón. Y al pueblo lo hizo pasar a las ciudades, 21
desde un extremo al otro del territorio de Egipto. Solamente 22
la tierra de los sacerdotes no compró, por cuanto los sacerdotes
tenían ración de Faraón, y ellos comían la ración que Faraón
les daba; por eso no vendieron su tierra. Y José d¼o al pueblo: 23
He aquí os he comprado hoy, a vosotros y a vuestra tierra, para
Faraón; ved aquí semilla, y sembraréis la tierra. De los frutos 24
daréis el quinto a Faraón, y las cuatro partes serán vuestras
para sembrar las tierras, y para vuestro mantenimiento, y de
los que están en vuestras casas, y para que coman vuestros
niños. Y ellos respondieron: La vida nos has dado; hallemos 25
gracia en ojos de nuestro señor, y seamos siervos de Faraón.
Entonces José lo puso por ley hasta hoy sobre la tierra de 26
Egipto, señalando para Faraón el quinto, excepto sólo la tierra
de los sacerdotes, que no fue de Faraón. Así habitó Israel en 27
la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; y tomaron posesión
de ella, y se aumentaron, y se multiplicaron en gran manera.
Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años; y fueron 28
los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete
años. Y llegaron los días de Israel para morir, y llamó a José 29
su h¼o, y le d¼o: Si he hallado ahora gracia en tus ojos, te
ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo
misericordia y verdad. Te ruego que no me entierres en
47. 30–48. 16 Génesis 76
30 Egipto. Mas cuando duerma con mis padres, me llevarás de
Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos. Y José respon-
31 dió: Haré como tú dices. E Israel d¼o: Júramelo. Y José le
juró. Entonces Israel se inclinó sobre la cabecera de la cama.
48 Sucedió después de estas cosas que d¼eron a José: He aquí
tu padre está enfermo. Y él tomó consigo a sus dos h¼os, Ma-
2 nasés y Efraín. Y se le hizo saber a Jacob, diciendo: He aquí
tu h¼o José viene a ti. Entonces se esforzó Israel, y se sentó
3 sobre la cama, y d¼o a José: El Dios Omnipotente me apare-
4 ció en Luz en la tierra de Canaán, y me bend¼o, y me d¼o:
He aquí yo te haré crecer, y te multiplicaré, y te pondré por
estirpe de naciones; y daré esta tierra a tu descendencia des-
5 pués de ti por heredad perpetua. Y ahora tus dos h¼os Efraín
y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que
viniese a ti a la tierra de Egipto, míos son; como Rubén y Si-
6 meón, serán míos. Y los que después de ellos has engendrado,
serán tuyos; por el nombre de sus hermanos serán llamados
7 en sus heredades. Porque cuando yo venía de Padan-aram, se
me murió Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, como
media legua de tierra viniendo a Efrata; y la sepulté allí en el
8 camino de Efrata, que es Belén. Y vio Israel los h¼os de José,
9 y d¼o: ¿Quiénes son éstos? Y respondió José a su padre: Son
mis h¼os, que Dios me ha dado aquí. Y él d¼o: Acércalos ahora
10 a mí, y los bendeciré. Y los ojos de Israel estaban tan agravados
por la vejez, que no podía ver. Les hizo, pues, acercarse a
11 él, y él les besó y les abrazó. Y d¼o Israel a José: No pensaba
yo ver tu rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también a
12 tu descendencia. Entonces José los sacó de entre sus rodillas,
13 y se inclinó a tierra. Y los tomó José a ambos, Efraín a su
derecha, a la izquierda de Israel, y Manasés a su izquierda,
14 a la derecha de Israel; y los acercó a él. Entonces Israel extendió
su mano derecha, y la puso sobre la cabeza de Efraín,
que era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés,
colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era
15 el primogénito. Y bend¼o a José, diciendo: El Dios en cuya
presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que
16 me mantiene desde que yo soy hasta este día, el Ángel que me
liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado
77 Génesis 48. 17–49. 12
en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e
Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra.
Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la 17
cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano de su
padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de
Manasés. Y d¼o José a su padre: No así, padre mío, porque 18
éste es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza.
Mas su padre no quiso, y d¼o: Lo sé, h¼o mío, lo sé; también 19
él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero
su hermano menor será más grande que él, y su descendencia
formará multitud de naciones. Y los bend¼o aquel día, di- 20
ciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Hágate Dios como a
Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín antes de Manasés.
Y d¼o Israel a José: He aquí yo muero; pero Dios estará con 21
vosotros, y os hará volver a la tierra de vuestros padres. Y 22
yo te he dado a ti una parte más que a tus hermanos, la cual
tomé yo de mano del amorreo con mi espada y con mi arco.
Y llamó Jacob a sus h¼os, y d¼o: Juntaos, y os declararé lo 49
que os ha de acontecer en los días venideros. Juntaos y oíd, 2
h¼os de Jacob, Y escuchad a vuestro padre Israel. Rubén, tú 3
eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor;
Principal en dignidad, principal en poder. Impetuoso como 4
las aguas, no serás el principal, Por cuanto subiste al lecho
de tu padre; Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado.
Simeón y Leví son hermanos; Armas de iniquidad sus armas. 5
En su consejo no entre mi alma, Ni mi espíritu se junte en su 6
compañía. Porque en su furor mataron hombres, Y en su temeridad
desjarretaron toros. Maldito su furor, que fue fiero; 7
Y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob, Y los esparciré
en Israel. Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en 8
la cerviz de tus enemigos; Los h¼os de tu padre se inclinarán
a ti. Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, h¼o mío. 9
Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo
despertará? No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador 10
de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán
los pueblos. Atando a la vid su pollino, Y a la cepa el h¼o de 11
su asna, Lavó en el vino su vestido, Y en la sangre de uvas su
manto. Sus ojos, rojos del vino, Y sus dientes blancos de la 12
49. 13–33 Génesis 78
13 leche. Zabulón en puertos de mar habitará; Será para puerto
14 de naves, Y su límite hasta Sidón. Isacar, asno fuerte Que se
15 recuesta entre los apriscos; Y vio que el descanso era bueno,
y que la tierra era deleitosa; Y bajó su hombro para llevar,
16 Y sirvió en tributo. Dan juzgará a su pueblo, Como una de
17 las tribus de Israel. Será Dan serpiente junto al camino, Víbora
junto a la senda, Que muerde los talones del caballo, Y
18 hace caer hacia atrás al jinete. Tu salvación esperé, oh Jeho-
19, 20 vá. Gad, ejército lo acometerá; Mas él acometerá al fin. El
21 pan de Aser será substancioso, Y él dará deleites al rey. Nef-
22 talí, cierva suelta, Que pronunciará dichos hermosos. Rama
fructífera es José, Rama fructífera junto a una fuente, Cuyos
23 vástagos se extienden sobre el muro. Le causaron amargura,
24 Le asaetearon, Y le aborrecieron los arqueros; Mas su arco se
mantuvo poderoso, Y los brazos de sus manos se fortalecieron
Por las manos del Fuerte de Jacob (Por el nombre del Pastor,
25 la Roca de Israel), Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará,
Por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá Con bendiciones
de los cielos de arriba, Con bendiciones del abismo que
26 está abajo, Con bendiciones de los pechos y del vientre. Las
bendiciones de tu padre Fueron mayores que las bendiciones
de mis progenitores; Hasta el término de los collados eternos
Serán sobre la cabeza de José, Y sobre la frente del que fue
27 apartado de entre sus hermanos. Benjamín es lobo arrebatador;
A la mañana comerá la presa, Y a la tarde repartirá los
28 despojos. Todos éstos fueron las doce tribus de Israel, y esto
fue lo que su padre les d¼o, al bendecirlos; a cada uno por su
29 bendición los bend¼o. Les mandó luego, y les d¼o: Yo voy a
ser reunido con mi pueblo. Sepultadme con mis padres en la
30 cueva que está en el campo de Efrón el heteo, en la cueva que
está en el campo de Macpela, al oriente de Mamre en la tierra
de Canaán, la cual compró Abraham con el mismo campo de
31 Efrón el heteo, para heredad de sepultura. Allí sepultaron a
Abraham y a Sara su mujer; allí sepultaron a Isaac y a Rebeca
32 su mujer; allí también sepulté yo a Lea. La compra del campo
33 y de la cueva que está en él, fue de los h¼os de Het. Y cuando
acabó Jacob de dar mandamientos a sus h¼os, encogió sus pies
en la cama, y expiró, y fue reunido con sus padres.
79 Génesis 50. 1–17
Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, y lloró 50
sobre él, y lo besó. Y mandó José a sus siervos los médicos 2
que embalsamasen a su padre; y los médicos embalsamaron a
Israel. Y le cumplieron cuarenta días, porque así cumplían 3
los días de los embalsamados, y lo lloraron los egipcios setenta
días. Y pasados los días de su luto, habló José a los de la casa 4
de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia en vuestros
ojos, os ruego que habléis en oídos de Faraón, diciendo: Mi 5
padre me hizo jurar, diciendo: He aquí que voy a morir; en
el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me
sepultarás; ruego, pues, que vaya yo ahora y sepulte a mi padre,
y volveré. Y Faraón d¼o: Ve, y sepulta a tu padre, como él 6
te hizo jurar. Entonces José subió para sepultar a su padre; 7
y subieron con él todos los siervos de Faraón, los ancianos de
su casa, y todos los ancianos de la tierra de Egipto, y toda la 8
casa de José, y sus hermanos, y la casa de su padre; solamente
dejaron en la tierra de Gosén sus niños, y sus ovejas y sus vacas.
Subieron también con él carros y gente de a caballo, y se hizo 9
un escuadrón muy grande. Y llegaron hasta la era de Atad, 10
que está al otro lado del Jordán, y endecharon allí con grande
y muy triste lamentación; y José hizo a su padre duelo por
siete días. Y viendo los moradores de la tierra, los cananeos, 11
el llanto en la era de Atad, d¼eron: Llanto grande es éste de
los egipcios; por eso fue llamado su nombre Abel-mizraim, que
está al otro lado del Jordán. Hicieron, pues, sus h¼os con él 12
según les había mandado; pues lo llevaron sus h¼os a la tierra 13
de Canaán, y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela,
la que había comprado Abraham con el mismo campo, para
heredad de sepultura, de Efrón el heteo, al oriente de Mamre.
Y volvió José a Egipto, él y sus hermanos, y todos los que 14
subieron con él a sepultar a su padre, después que lo hubo
sepultado. Viendo los hermanos de José que su padre era 15
muerto, d¼eron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago
de todo el mal que le hicimos. Y enviaron a decir a José: Tu 16
padre mandó antes de su muerte, diciendo: Así diréis a José: 17
Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su
pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos
que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y
50. 18–26 Génesis 80
18 José lloró mientras hablaban. Vinieron también sus hermanos
y se postraron delante de él, y d¼eron: Henos aquí por siervos
19 tuyos. Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en
20 lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo
encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener
21 en vida a mucho pueblo. Ahora, pues, no tengáis miedo; yo
os sustentaré a vosotros y a vuestros h¼os. Así los consoló, y
22 les habló al corazón. Y habitó José en Egipto, él y la casa
23 de su padre; y vivió José ciento diez años. Y vio José los
h¼os de Efraín hasta la tercera generación; también los h¼os
de Maquir h¼o de Manasés fueron criados sobre las rodillas de
24 José. Y José d¼o a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios
ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra
25 que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob. E hizo jurar José a los
h¼os de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis
26 llevar de aquí mis huesos. Y murió José a la edad de ciento
diez años; y lo embalsamaron, y fue puesto en un ataúd en
Egipto.

libro segundo de moisés
éxodo
´ Estos son los nombres de los h¼os de Israel que en- 1
traron en Egipto con Jacob; cada uno entró con su
familia: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabu- 2, 3
lón, Benjamín, Dan, Neftalí, Gad y Aser. Todas 4, 5
las personas que le nacieron a Jacob fueron setenta. Y José
estaba en Egipto. Y murió José, y todos sus hermanos, y to- 6
da aquella generación. Y los h¼os de Israel fructificaron y se 7
multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo,
y se llenó de ellos la tierra. Entretanto, se levantó sobre Egip- 8
to un nuevo rey que no conocía a José; y d¼o a su pueblo: He 9
aquí, el pueblo de los h¼os de Israel es mayor y más fuerte que
nosotros. Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no 10
se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se
una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de
la tierra. Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos 11
que los molestasen con sus cargas; y edificaron para Faraón las
ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés. Pero cuanto más 12
los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera
que los egipcios temían a los h¼os de Israel. Y los egipcios 13
hicieron servir a los h¼os de Israel con dureza, y amargaron 14
su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en
toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban
con rigor. Y habló el rey de Egipto a las parteras de las 15
hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les
d¼o: Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el 16
sexo, si es h¼o, matadlo; y si es h¼a, entonces viva. Pero las 17
parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey
de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños. Y el rey 18
de Egipto hizo llamar a las parteras y les d¼o: ¿Por qué habéis
hecho esto, que habéis preservado la vida a los niños? Y las 19
parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres hebreas
no son como las egipcias; pues son robustas, y dan a luz antes
1. 20–2. 16 Éxodo 82
que la partera 20 venga a ellas. Y Dios hizo bien a las parteras;
21 y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. Y
por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias.
22 Entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad al
río a todo h¼o que nazca, y a toda h¼a preservad la vida.
2 Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una
2 h¼a de Leví, la que concibió, y dio a luz un h¼o; y viéndole
3 que era hermoso, le tuvo escondido tres meses. Pero no pudiendo
ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y
la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo
4 puso en un carrizal a la orilla del río. Y una hermana suya
5 se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería. Y la h¼a de
Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas
por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió
6 una criada suya a que la tomase. Y cuando la abrió, vio al
niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de
7 él, d¼o: De los niños de los hebreos es éste. Entonces su hermana
d¼o a la h¼a de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de
8 las hebreas, para que te críe este niño? Y la h¼a de Faraón
respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre
9 del niño, a la cual d¼o la h¼a de Faraón: Lleva a este niño y
críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió.
10 Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la h¼a de Faraón, la
cual lo proh¼ó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque
11 de las aguas lo saqué. En aquellos días sucedió que crecido
ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas,
y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos,
12 sus hermanos. Entonces miró a todas partes, y viendo que
no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena.
13 Al día siguiente salió y vio a dos hebreos que reñían; entonces
d¼o al que maltrataba al otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo?
14 Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez
sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio?
Entonces Moisés tuvo miedo, y d¼o: Ciertamente esto ha si-
15 do descubierto. Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró
matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y ha-
16 bitó en la tierra de Madián. Y estando sentado junto al pozo,
siete h¼as que tenía el sacerdote de Madián vinieron a sacar
83 Éxodo 2. 17–3. 9
agua para llenar las pilas y dar de beber a las ovejas de su padre.
Mas los pastores vinieron y las echaron de allí; entonces 17
Moisés se levantó y las defendió, y dio de beber a sus ovejas.
Y volviendo ellas a Reuel su padre, él les d¼o: ¿Por qué habéis 18
venido hoy tan pronto? Ellas respondieron: Un varón egipcio 19
nos defendió de mano de los pastores, y también nos sacó el
agua, y dio de beber a las ovejas. Y d¼o a sus h¼as: ¿Dónde 20
está? ¿Por qué habéis dejado a ese hombre? Llamadle para
que coma. Y Moisés convino en morar con aquel varón; y él 21
dio su h¼a Séfora por mujer a Moisés. Y ella le dio a luz un 22
h¼o; y él le puso por nombre Gersón, porque d¼o: Forastero
soy en tierra ajena. Aconteció que después de muchos días 23
murió el rey de Egipto, y los h¼os de Israel gemían a causa de
la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos
con motivo de su servidumbre. Y oyó Dios el gemido de ellos, 24
y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró 25
Dios a los h¼os de Israel, y los reconoció Dios.
Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacer- 3
dote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó
hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel de Je- 2
hová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró,
y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
Entonces Moisés d¼o: Iré yo ahora y veré esta grande visión, 3
por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba 4
a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y d¼o: ¡Moisés,
Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y d¼o: No te acerques; 5
quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás,
tierra santa es. Y d¼o: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de 6
Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés
cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. D¼o 7
luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está
en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues
he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de 8
mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra
buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares
del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y
del jebuseo. El clamor, pues, de los h¼os de Israel ha veni- 9
do delante de mí, y también he visto la opresión con que los
3. 10–4. 2 Éxodo 84
10 egipcios los oprimen. Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a
Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los h¼os de
11 Israel. Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para
12 que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los h¼os de Israel? Y
él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por
señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto
13 al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. D¼o Moisés a
Dios: He aquí que llego yo a los h¼os de Israel, y les digo: El
Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me
14 preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y
respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y d¼o: Así
15 dirás a los h¼os de Israel: YO SOY me envió a vosotros. Además
d¼o Dios a Moisés: Así dirás a los h¼os de Israel: Jehová,
el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac
y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Éste es mi nombre
16 para siempre; con él se me recordará por todos los siglos. Ve,
y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de
vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me
apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que
17 se os hace en Egipto; y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción
de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del
ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche
18 y miel. Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al
rey de Egipto, y le diréis: Jehová el Dios de los hebreos nos ha
encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres
días por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehová
19 nuestro Dios. Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir
20 sino por mano fuerte. Pero yo extenderé mi mano, y heriré
a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces
21 os dejará ir. Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los
egipcios, para que cuando salgáis, no vayáis con las manos va-
22 cías; sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda
alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondréis
sobre vuestros h¼os y vuestras h¼as; y despojaréis a Egipto.
4 Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no
me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido
2 Jehová. Y Jehová d¼o: ¿Qué es eso que tienes en tu mano?
85 Éxodo 4. 3–20
Y él respondió: Una vara. Él le d¼o: Échala en tierra. Y él 3
la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella.
Entonces d¼o Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala 4
por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara
en su mano. Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el 5
Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios
de Jacob. Le d¼o además Jehová: Mete ahora tu mano en tu 6
seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí
que su mano estaba leprosa como la nieve. Y d¼o: Vuelve a 7
meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en
su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había
vuelto como la otra carne. Si aconteciere que no te creyeren 8
ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de
la postrera. Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren 9
tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra;
y se cambiarán aquellas aguas que tomarás del río y se harán
sangre en la tierra. Entonces d¼o Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! 10
nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que
tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de
lengua. Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? 11
¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No
soy yo Jehová? Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te 12
enseñaré lo que hayas de hablar. Y él d¼o: ¡Ay, Señor! envía, 13
te ruego, por medio del que debes enviar. Entonces Jehová 14
se enojó contra Moisés, y d¼o: ¿No conozco yo a tu hermano
Aarón, levita, y que él habla bien? Y he aquí que él saldrá a
recibirte, y al verte se alegrará en su corazón. Tú hablarás 15
a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu
boca y con la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer. Y 16
él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca,
y tú serás para él en lugar de Dios. Y tomarás en tu mano 17
esta vara, con la cual harás las señales. Así se fue Moisés, y 18
volviendo a su suegro Jetro, le d¼o: Iré ahora, y volveré a mis
hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro
d¼o a Moisés: Ve en paz. D¼o también Jehová a Moisés en 19
Madián: Ve y vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los
que procuraban tu muerte. Entonces Moisés tomó su mujer 20
4. 21–5. 7 Éxodo 86
y sus h¼os, y los puso sobre un asno, y volvió a tierra de
21 Egipto. Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano. Y
d¼o Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que
hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto
en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no
22 dejará ir al pueblo. Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así:
23 Israel es mi h¼o, mi primogénito. Ya te he dicho que dejes ir
a mi h¼o, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he
24 aquí yo voy a matar a tu h¼o, tu primogénito. Y aconteció
en el camino, que en una posada Jehová le salió al encuentro,
25 y quiso matarlo. Entonces Séfora tomó un pedernal afilado y
cortó el prepucio de su h¼o, y lo echó a sus pies, diciendo: A
26 la verdad tú me eres un esposo de sangre. Así le dejó luego
27 ir. Y ella d¼o: Esposo de sangre, a causa de la circuncisión. Y
Jehová d¼o a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue,
28 y lo encontró en el monte de Dios, y le besó. Entonces contó
Moisés a Aarón todas las palabras de Jehová que le enviaba, y
29 todas las señales que le había dado. Y fueron Moisés y Aarón,
30 y reunieron a todos los ancianos de los h¼os de Israel. Y
habló Aarón acerca de todas las cosas que Jehová había dicho
31 a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo. Y el
pueblo creyó; y oyendo que Jehová había visitado a los h¼os de
Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.
5 Después Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón y
le d¼eron: Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo
2 a celebrarme fiesta en el desierto. Y Faraón respondió: ¿Quién
es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no co-
3 nozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel. Y ellos d¼eron:
El Dios de los hebreos nos ha encontrado; iremos, pues, ahora,
camino de tres días por el desierto, y ofreceremos sacrificios
a Jehová nuestro Dios, para que no venga sobre nosotros con
4 peste o con espada. Entonces el rey de Egipto les d¼o: Moisés
y Aarón, ¿por qué hacéis cesar al pueblo de su trabajo? Volved
5 a vuestras tareas. D¼o también Faraón: He aquí el pueblo de
la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de sus ta-
6 reas. Y mandó Faraón aquel mismo día a los cuadrilleros del
pueblo que lo tenían a su cargo, y a sus capataces, diciendo:
7 De aquí en adelante no daréis paja al pueblo para hacer ladri87
Éxodo 5. 8–6. 2
llo, como hasta ahora; vayan ellos y recojan por sí mismos la
paja. Y les impondréis la misma tarea de ladrillo que hacían 8
antes, y no les disminuiréis nada; porque están ociosos, por
eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a
nuestro Dios. Agrávese la servidumbre sobre ellos, para que 9
se ocupen en ella, y no atiendan a palabras mentirosas. Y 10
saliendo los cuadrilleros del pueblo y sus capataces, hablaron
al pueblo, diciendo: Así ha dicho Faraón: Yo no os doy paja.
Id vosotros y recoged la paja donde la halléis; pero nada se 11
disminuirá de vuestra tarea. Entonces el pueblo se esparció 12
por toda la tierra de Egipto para recoger rastrojo en lugar
de paja. Y los cuadrilleros los apremiaban, diciendo: Acabad 13
vuestra obra, la tarea de cada día en su día, como cuando se
os daba paja. Y azotaban a los capataces de los h¼os de Is- 14
rael que los cuadrilleros de Faraón habían puesto sobre ellos,
diciendo: ¿Por qué no habéis cumplido vuestra tarea de ladrillo
ni ayer ni hoy, como antes? Y los capataces de los h¼os 15
de Israel vinieron a Faraón y se quejaron a él, diciendo: ¿Por
qué lo haces así con tus siervos? No se da paja a tus siervos, 16
y con todo nos dicen: Haced el ladrillo. Y he aquí tus siervos
son azotados, y el pueblo tuyo es el culpable. Y él respondió: 17
Estáis ociosos, sí, ociosos, y por eso decís: Vamos y ofrezcamos
sacrificios a Jehová. Id pues, ahora, y trabajad. No se 18
os dará paja, y habéis de entregar la misma tarea de ladrillo.
Entonces los capataces de los h¼os de Israel se vieron en aflic- 19
ción, al decírseles: No se disminuirá nada de vuestro ladrillo,
de la tarea de cada día. Y encontrando a Moisés y a Aarón, 20
que estaban a la vista de ellos cuando salían de la presencia
de Faraón, les d¼eron: Mire Jehová sobre vosotros, y juzgue; 21
pues nos habéis hecho abominables delante de Faraón y de sus
siervos, poniéndoles la espada en la mano para que nos maten.
Entonces Moisés se volvió a Jehová, y d¼o: Señor, ¿por qué 22
afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? Porque desde 23
que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido
a este pueblo; y tú no has librado a tu pueblo.
Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a 6
Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano
fuerte los echará de su tierra. Habló todavía Dios a Moisés, y 2
6. 3–20 Éxodo 88
3 le d¼o: Yo soy JEHOVÁ. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a
Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ
4 no me di a conocer a ellos. También establecí mi pacto con
ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron
5 forasteros, y en la cual habitaron. Asimismo yo he oído el
gemido de los h¼os de Israel, a quienes hacen servir los egipcios,
6 y me he acordado de mi pacto. Por tanto, dirás a los h¼os
de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las
tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y
7 os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; y os
tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis
que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las
8 tareas pesadas de Egipto. Y os meteré en la tierra por la
cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac
9 y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ. De
esta manera habló Moisés a los h¼os de Israel; pero ellos no
escuchaban a Moisés a causa de la congoja de espíritu, y de la
10, 11 dura servidumbre. Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Entra
y habla a Faraón rey de Egipto, que deje ir de su tierra a
12 los h¼os de Israel. Y respondió Moisés delante de Jehová:
He aquí, los h¼os de Israel no me escuchan; ¿cómo, pues, me
13 escuchará Faraón, siendo yo torpe de labios? Entonces Jehová
habló a Moisés y a Aarón y les dio mandamiento para los h¼os
de Israel, y para Faraón rey de Egipto, para que sacasen a los
14 h¼os de Israel de la tierra de Egipto. Éstos son los jefes de las
familias de sus padres: Los h¼os de Rubén, el primogénito de
Israel: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi; éstas son las familias de
15 Rubén. Los h¼os de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín,
Zohar, y Saúl h¼o de una cananea. Éstas son las familias de
16 Simeón. Éstos son los nombres de los h¼os de Leví por sus
linajes: Gersón, Coat y Merari. Y los años de la vida de Leví
17 fueron ciento treinta y siete años. Los h¼os de Gersón: Libni
18 y Simei, por sus familias. Y los h¼os de Coat: Amram, Izhar,
Hebrón y Uziel. Y los años de la vida de Coat fueron ciento
19 treinta y tres años. Y los h¼os de Merari: Mahli y Musi. Éstas
20 son las familias de Leví por sus linajes. Y Amram tomó por
mujer a Jocabed su tía, la cual dio a luz a Aarón y a Moisés.
89 Éxodo 6. 21–7. 11
Y los años de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete
años. Los h¼os de Izhar: Coré, Nefeg y Zicri. Y los h¼os 21, 22
de Uziel: Misael, Elzafán y Sitri. Y tomó Aarón por mujer a 23
Elisabet h¼a de Aminadab, hermana de Naasón; la cual dio
a luz a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. Los h¼os de Coré: 24
Asir, Elcana y Abiasaf. Éstas son las familias de los coreítas.
Y Eleazar h¼o de Aarón tomó para sí mujer de las h¼as de 25
Futiel, la cual dio a luz a Finees. Y éstos son los jefes de los
padres de los levitas por sus familias. Éste es aquel Aarón 26
y aquel Moisés, a los cuales Jehová d¼o: Sacad a los h¼os de
Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos. Éstos son los que 27
hablaron a Faraón rey de Egipto, para sacar de Egipto a los
h¼os de Israel. Moisés y Aarón fueron éstos. Cuando Jehová 28
habló a Moisés en la tierra de Egipto, entonces Jehová habló 29
a Moisés, diciendo: Yo soy JEHOVÁ; di a Faraón rey de Egipto
todas las cosas que yo te digo a ti. Y Moisés respondió delante 30
de Jehová: He aquí, yo soy torpe de labios; ¿cómo, pues, me
ha de oír Faraón?
Jehová d¼o a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para 7
Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. Tú dirás todas 2
las cosas que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará a Faraón,
para que deje ir de su tierra a los h¼os de Israel. Y yo 3
endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra
de Egipto mis señales y mis maravillas. Y Faraón no os oirá; 4
mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos,
mi pueblo, los h¼os de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes
juicios. Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando 5
extienda mi mano sobre Egipto, y saque a los h¼os de Israel
de en medio de ellos. E hizo Moisés y Aarón como Jehová 6
les mandó; así lo hicieron. Era Moisés de edad de ochenta 7
años, y Aarón de edad de ochenta y tres, cuando hablaron a
Faraón. Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: Si Fa- 8, 9
raón os respondiere diciendo: Mostrad milagro; dirás a Aarón:
Toma tu vara, y échala delante de Faraón, para que se haga
culebra. Vinieron, pues, Moisés y Aarón a Faraón, e hicieron 10
como Jehová lo había mandado. Y echó Aarón su vara delante
de Faraón y de sus siervos, y se hizo culebra. Entonces lla- 11
7. 12–8. 3 Éxodo 90
mó también Faraón sabios y hechiceros, e hicieron también lo
12 mismo los hechiceros de Egipto con sus encantamientos; pues
echó cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras; mas
13 la vara de Aarón devoró las varas de ellos. Y el corazón de
Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había
14 dicho. Entonces Jehová d¼o a Moisés: El corazón de Faraón
15 está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo. Ve por la mañana
a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera
delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra,
16 y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo:
Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he
17 aquí que hasta ahora no has querido oír. Así ha dicho Jehová:
En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con
la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se
18 convertirá en sangre. Y los peces que hay en el río morirán, y
hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del
19 río. Y Jehová d¼o a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende
tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre
sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos
de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre
por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como
20 en los de piedra. Y Moisés y Aarón hicieron como Jehová lo
mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que había en el río,
en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que
21 había en el río se convirtieron en sangre. Asimismo los peces
que había en el río murieron; y el río se corrompió, tanto que
los egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la
22 tierra de Egipto. Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo
con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció,
23 y no los escuchó; como Jehová lo había dicho. Y Faraón se
24 volvió y fue a su casa, y no dio atención tampoco a esto. Y
en todo Egipto hicieron pozos alrededor del río para beber,
25 porque no podían beber de las aguas del río. Y se cumplieron
siete días después que Jehová hirió el río.
8 Entonces Jehová d¼o a Moisés: Entra a la presencia de Faraón
y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para
2 que me sirva. Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo cas-
3 tigaré con ranas todos tus territorios. Y el río criará ranas,
91 Éxodo 8. 4–20
las cuales subirán y entrarán en tu casa, en la cámara donde
duermes, y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, en
tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas. Y las ranas subi- 4
rán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre todos tus siervos. Y 5
Jehová d¼o a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu mano con tu
vara sobre los ríos, arroyos y estanques, para que haga subir
ranas sobre la tierra de Egipto. Entonces Aarón extendió su 6
mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron
la tierra de Egipto. Y los hechiceros hicieron lo mismo 7
con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra
de Egipto. Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les 8
d¼o: Orad a Jehová para que quite las ranas de mí y de mi
pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca sacrificios a
Jehová. Y d¼o Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo 9
debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que
las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente
queden en el río. Y él d¼o: Mañana. Y Moisés respondió: Se 10
hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay
como Jehová nuestro Dios. Y las ranas se irán de ti, y de tus 11
casas, de tus siervos y de tu pueblo, y solamente quedarán en
el río. Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia de 12
Faraón. Y clamó Moisés a Jehová tocante a las ranas que había
mandado a Faraón. E hizo Jehová conforme a la palabra de 13
Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los cort¼os y de
los campos. Y las juntaron en montones, y apestaba la tierra. 14
Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su 15
corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho. En- 16
tonces Jehová d¼o a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara y
golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo
el país de Egipto. Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió 17
su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se
volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el
polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto. Y 18
los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus
encantamientos; pero no pudieron. Y hubo piojos tanto en los
hombres como en las bestias. Entonces los hechiceros d¼eron 19
a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se
endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho. Je- 20
8. 21–9. 4 Éxodo 92
hová d¼o a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante de
Faraón, he aquí él sale al río; y dile: Jehová ha dicho así: Deja
21 ir a mi pueblo, para que me sirva. Porque si no dejas ir a mi
pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu
pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de
los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la
22 tierra donde ellos estén. Y aquel día yo apartaré la tierra de
Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de
moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en
23 medio de la tierra. Y yo pondré redención entre mi pueblo y
24 el tuyo. Mañana será esta señal. Y Jehová lo hizo así, y vino
toda clase de moscas molestísimas sobre la casa de Faraón,
sobre las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto;
25 y la tierra fue corrompida a causa de ellas. Entonces Faraón
llamó a Moisés y a Aarón, y les d¼o: Andad, ofreced sacrificio
26 a vuestro Dios en la tierra. Y Moisés respondió: No conviene
que hagamos así, porque ofreceríamos a Jehová nuestro Dios la
abominación de los egipcios. He aquí, si sacrificáramos la abominación
de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían?
27 Camino de tres días iremos por el desierto, y ofreceremos sa-
28 crificios a Jehová nuestro Dios, como él nos dirá. D¼o Faraón:
Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro
Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por
29 mí. Y respondió Moisés: He aquí, al salir yo de tu presencia,
rogaré a Jehová que las diversas clases de moscas se vayan de
Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que
Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a dar sacrificio
30 a Jehová. Entonces Moisés salió de la presencia de Faraón, y
31 oró a Jehová. Y Jehová hizo conforme a la palabra de Moisés,
y quitó todas aquellas moscas de Faraón, de sus siervos y de
32 su pueblo, sin que quedara una. Mas Faraón endureció aun
esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.
9 Entonces Jehová d¼o a Moisés: Entra a la presencia de Faraón,
y dile: Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a
2 mi pueblo, para que me sirva. Porque si no lo quieres dejar
3 ir, y lo detienes aún, he aquí la mano de Jehová estará sobre
tus ganados que están en el campo, caballos, asnos, camellos,
4 vacas y ovejas, con plaga gravísima. Y Jehová hará separa93
Éxodo 9. 5–22
ción entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que
nada muera de todo lo de los h¼os de Israel. Y Jehová fijó 5
plazo, diciendo: Mañana hará Jehová esta cosa en la tierra.
Al día siguiente Jehová hizo aquello, y murió todo el ganado 6
de Egipto; mas del ganado de los h¼os de Israel no murió uno.
Entonces Faraón envió, y he aquí que del ganado de los h¼os 7
de Israel no había muerto uno. Mas el corazón de Faraón se
endureció, y no dejó ir al pueblo. Y Jehová d¼o a Moisés y a 8
Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá
Moisés hacia el cielo delante de Faraón; y vendrá a ser pol- 9
vo sobre toda la tierra de Egipto, y producirá sarpullido con
úlceras en los hombres y en las bestias, por todo el país de
Egipto. Y tomaron ceniza del horno, y se pusieron delante de 10
Faraón, y la esparció Moisés hacia el cielo; y hubo sarpullido
que produjo úlceras tanto en los hombres como en las bestias.
Y los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa del 11
sarpullido, porque hubo sarpullido en los hechiceros y en todos
los egipcios. Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y 12
no los oyó, como Jehová lo había dicho a Moisés. Entonces 13
Jehová d¼o a Moisés: Levántate de mañana, y ponte delante
de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja
ir a mi pueblo, para que me sirva. Porque yo enviaré esta vez 14
todas mis plagas a tu corazón, sobre tus siervos y sobre tu
pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda
la tierra. Porque ahora yo extenderé mi mano para herirte a 15
ti y a tu pueblo de plaga, y serás quitado de la tierra. Y a 16
la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para
que mi nombre sea anunciado en toda la tierra. ¿Todavía te 17
ensoberbeces contra mi pueblo, para no dejarlos ir? He aquí 18
que mañana a estas horas yo haré llover granizo muy pesado,
cual nunca hubo en Egipto, desde el día que se fundó hasta
ahora. Envía, pues, a recoger tu ganado, y todo lo que tienes 19
en el campo; porque todo hombre o animal que se halle en el
campo, y no sea recogido a casa, el granizo caerá sobre él, y
morirá. De los siervos de Faraón, el que tuvo temor de la pa- 20
labra de Jehová hizo huir sus criados y su ganado a casa; mas 21
el que no puso en su corazón la palabra de Jehová, dejó sus
criados y sus ganados en el campo. Y Jehová d¼o a Moisés: 22
9. 23–10. 3 Éxodo 94
Extiende tu mano hacia el cielo, para que venga granizo en
toda la tierra de Egipto sobre los hombres, y sobre las bes-
23 tias, y sobre toda la hierba del campo en el país de Egipto. Y
Moisés extendió su vara hacia el cielo, y Jehová hizo tronar y
granizar, y el fuego se descargó sobre la tierra; y Jehová hizo
24 llover granizo sobre la tierra de Egipto. Hubo, pues, granizo,
y fuego mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo
25 en toda la tierra de Egipto desde que fue habitada. Y aquel
granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en
el campo, así hombres como bestias; asimismo destrozó el granizo
toda la hierba del campo, y desgajó todos los árboles del
26 país. Solamente en la tierra de Gosén, donde estaban los h¼os
27 de Israel, no hubo granizo. Entonces Faraón envió a llamar
a Moisés y a Aarón, y les d¼o: He pecado esta vez; Jehová es
28 justo, y yo y mi pueblo impíos. Orad a Jehová para que cesen
los truenos de Dios y el granizo, y yo os dejaré ir, y no os de-
29 tendréis más. Y le respondió Moisés: Tan pronto salga yo de
la ciudad, extenderé mis manos a Jehová, y los truenos cesarán,
y no habrá más granizo; para que sepas que de Jehová es
30 la tierra. Pero yo sé que ni tú ni tus siervos temeréis todavía
31 la presencia de Jehová Dios. El lino, pues, y la cebada fueron
destrozados, porque la cebada estaba ya espigada, y el lino en
32 caña. Mas el trigo y el centeno no fueron destrozados, por-
33 que eran tardíos. Y salido Moisés de la presencia de Faraón,
fuera de la ciudad, extendió sus manos a Jehová, y cesaron los
truenos y el granizo, y la lluvia no cayó más sobre la tierra.
34 Y viendo Faraón que la lluvia había cesado, y el granizo y los
truenos, se obstinó en pecar, y endurecieron su corazón él y
35 sus siervos. Y el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir
a los h¼os de Israel, como Jehová lo había dicho por medio de
Moisés.
10 Jehová d¼o a Moisés: Entra a la presencia de Faraón; porque
yo he endurecido su corazón, y el corazón de sus siervos,
2 para mostrar entre ellos estas mis señales, y para que cuentes
a tus h¼os y a tus nietos las cosas que yo hice en Egipto, y mis
señales que hice entre ellos; para que sepáis que yo soy Jeho-
3 vá. Entonces vinieron Moisés y Aarón a Faraón, y le d¼eron:
Jehová el Dios de los hebreos ha dicho así: ¿Hasta cuándo no
95 Éxodo 10. 4–16
querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo, para
que me sirva. Y si aún rehúsas dejarlo ir, he aquí que ma- 4
ñana yo traeré sobre tu territorio la langosta, la cual cubrirá 5
la faz de la tierra, de modo que no pueda verse la tierra; y
ella comerá lo que escapó, lo que os quedó del granizo; comerá
asimismo todo árbol que os fructifica en el campo. Y llenará 6
tus casas, y las casas de todos tus siervos, y las casas de todos
los egipcios, cual nunca vieron tus padres ni tus abuelos, desde
que ellos fueron sobre la tierra hasta hoy. Y se volvió y salió de
delante de Faraón. Entonces los siervos de Faraón le d¼eron: 7
¿Hasta cuándo será este hombre un lazo para nosotros? Deja
ir a estos hombres, para que sirvan a Jehová su Dios. ¿Acaso
no sabes todavía que Egipto está ya destruido? Y Moisés y 8
Aarón volvieron a ser llamados ante Faraón, el cual les d¼o:
Andad, servid a Jehová vuestro Dios. ¿Quiénes son los que
han de ir? Moisés respondió: Hemos de ir con nuestros niños 9
y con nuestros viejos, con nuestros h¼os y con nuestras h¼as;
con nuestras ovejas y con nuestras vacas hemos de ir; porque
es nuestra fiesta solemne para Jehová. Y él les d¼o: ¡Así sea 10
Jehová con vosotros! ¿Cómo os voy a dejar ir a vosotros y a
vuestros niños? ¡Mirad cómo el mal está delante de vuestro
rostro! No será así; id ahora vosotros los varones, y servid a 11
Jehová, pues esto es lo que vosotros pedisteis. Y los echaron
de la presencia de Faraón. Entonces Jehová d¼o a Moisés: 12
Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para traer la langosta,
a fin de que suba sobre el país de Egipto, y consuma
todo lo que el granizo dejó. Y extendió Moisés su vara sobre 13
la tierra de Egipto, y Jehová trajo un viento oriental sobre el
país todo aquel día y toda aquella noche; y al venir la mañana
el viento oriental trajo la langosta. Y subió la langosta sobre 14
toda la tierra de Egipto, y se asentó en todo el país de Egipto
en tan gran cantidad como no la hubo antes ni la habrá
después; y cubrió la faz de todo el país, y oscureció la tierra; 15
y consumió toda la hierba de la tierra, y todo el fruto de los
árboles que había dejado el granizo; no quedó cosa verde en
árboles ni en hierba del campo, en toda la tierra de Egipto.
Entonces Faraón se apresuró a llamar a Moisés y a Aarón, y 16
d¼o: He pecado contra Jehová vuestro Dios, y contra vosotros.
10. 17–11. 5 Éxodo 96
17 Mas os ruego ahora que perdonéis mi pecado solamente esta
vez, y que oréis a Jehová vuestro Dios que quite de mí al me-
18 nos esta plaga mortal. Y salió Moisés de delante de Faraón,
19 y oró a Jehová. Entonces Jehová trajo un fortísimo viento
occidental, y quitó la langosta y la arrojó en el Mar Rojo; ni
20 una langosta quedó en todo el país de Egipto. Pero Jehová
endureció el corazón de Faraón, y éste no dejó ir a los h¼os
21 de Israel. Jehová d¼o a Moisés: Extiende tu mano hacia el
cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tanto
22 que cualquiera las palpe. Y extendió Moisés su mano hacia el
cielo, y hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto,
23 por tres días. Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó
de su lugar en tres días; mas todos los h¼os de Israel tenían luz
24 en sus habitaciones. Entonces Faraón hizo llamar a Moisés,
y d¼o: Id, servid a Jehová; solamente queden vuestras ovejas
y vuestras vacas; vayan también vuestros niños con vosotros.
25 Y Moisés respondió: Tú también nos darás sacrificios y holo-
26 caustos que sacrifiquemos para Jehová nuestro Dios. Nuestros
ganados irán también con nosotros; no quedará ni una pezuña;
porque de ellos hemos de tomar para servir a Jehová nuestro
Dios, y no sabemos con qué hemos de servir a Jehová hasta
27 que lleguemos allá. Pero Jehová endureció el corazón de Fa-
28 raón, y no quiso dejarlos ir. Y le d¼o Faraón: Retírate de mí;
guárdate que no veas más mi rostro, porque en cualquier día
29 que vieres mi rostro, morirás. Y Moisés respondió: Bien has
dicho; no veré más tu rostro.
11 Jehová d¼o a Moisés: Una plaga traeré aún sobre Faraón
y sobre Egipto, después de la cual él os dejará ir de aquí;
2 y seguramente os echará de aquí del todo. Habla ahora al
pueblo, y que cada uno pida a su vecino, y cada una a su vecina,
3 alhajas de plata y de oro. Y Jehová dio gracia al pueblo en los
ojos de los egipcios. También Moisés era tenido por gran varón
en la tierra de Egipto, a los ojos de los siervos de Faraón, y a
4 los ojos del pueblo. D¼o, pues, Moisés: Jehová ha dicho así:
5 A la medianoche yo saldré por en medio de Egipto, y morirá
todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito
de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de
la sierva que está tras el molino, y todo primogénito de las
97 Éxodo 11. 6–12. 12
bestias. Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto, 6
cual nunca hubo, ni jamás habrá. Pero contra todos los h¼os 7
de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá
su lengua, para que sepáis que Jehová hace diferencia entre
los egipcios y los israelitas. Y descenderán a mí todos estos 8
tus siervos, e inclinados delante de mí dirán: Vete, tú y todo
el pueblo que está debajo de ti; y después de esto yo saldré.
Y salió muy enojado de la presencia de Faraón. Y Jehová 9
d¼o a Moisés: Faraón no os oirá, para que mis maravillas se
multipliquen en la tierra de Egipto. Y Moisés y Aarón hicieron 10
todos estos prodigios delante de Faraón; pues Jehová había
endurecido el corazón de Faraón, y no envió a los h¼os de
Israel fuera de su país.
Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, di- 12
ciendo: Este mes os será principio de los meses; para vosotros 2
será éste el primero en los meses del año. Hablad a toda la 3
congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese
cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero
por familia. Mas si la familia fuere tan pequeña que no 4
baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato
a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme
al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero.
El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de 5
las ovejas o de las cabras. Y lo guardaréis hasta el día catorce 6
de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de
Israel entre las dos tardes. Y tomarán de la sangre, y la pon- 7
drán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han
de comer. Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y 8
panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán. Ningu- 9
na cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al
fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas. Ninguna cosa de- 10
jaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana,
lo quemaréis en el fuego. Y lo comeréis así: ceñidos vuestros 11
lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en
vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de
Jehová. Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, 12
y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los
hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos
12. 13–27 Éxodo 98
13 los dioses de Egipto. Yo Jehová. Y la sangre os será por señal
en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de
vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando
14 hiera la tierra de Egipto. Y este día os será en memoria, y lo
celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras
15 generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis. Siete días
comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no
haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere
leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado
16 de Israel. El primer día habrá santa convocación, y asimismo
en el séptimo día tendréis una santa convocación; ninguna
obra se hará en ellos, excepto solamente que preparéis lo que
17 cada cual haya de comer. Y guardaréis la fiesta de los panes
sin levadura, porque en este mismo día saqué vuestras huestes
de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamien-
18 to en vuestras generaciones por costumbre perpetua. En el
mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce
del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la
19 tarde. Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas;
porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como
natural del país, será cortado de la congregación de Israel.
20 Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras habitacio-
21 nes comeréis panes sin levadura. Y Moisés convocó a todos
los ancianos de Israel, y les d¼o: Sacad y tomaos corderos por
22 vuestras familias, y sacrificad la pascua. Y tomad un manojo
de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y
untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el
lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa
23 hasta la mañana. Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios;
y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes,
pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en
24 vuestras casas para herir. Guardaréis esto por estatuto para
25 vosotros y para vuestros h¼os para siempre. Y cuando entréis
en la tierra que Jehová os dará, como prometió, guardaréis es-
26 te rito. Y cuando os d¼eren vuestros h¼os: ¿Qué es este rito
27 vuestro?, vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua
de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los h¼os de
Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras
99 Éxodo 12. 28–45
casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró. Y los h¼os de 28
Israel fueron e hicieron puntualmente así, como Jehová había
mandado a Moisés y a Aarón. Y aconteció que a la media- 29
noche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto,
desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono
hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y
todo primogénito de los animales. Y se levantó aquella noche 30
Faraón, él y todos sus siervos, y todos los egipcios; y hubo un
gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese
un muerto. E hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les 31
d¼o: Salid de en medio de mi pueblo vosotros y los h¼os de
Israel, e id, servid a Jehová, como habéis dicho. Tomad tam- 32
bién vuestras ovejas y vuestras vacas, como habéis dicho, e
idos; y bendecidme también a mí. Y los egipcios apremiaban 33
al pueblo, dándose prisa a echarlos de la tierra; porque decían:
Todos somos muertos. Y llevó el pueblo su masa antes que 34
se leudase, sus masas envueltas en sus sábanas sobre sus hombros.
E hicieron los h¼os de Israel conforme al mandamiento 35
de Moisés, pidiendo de los egipcios alhajas de plata, y de oro,
y vestidos. Y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egip- 36
cios, y les dieron cuanto pedían; así despojaron a los egipcios.
Partieron los h¼os de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscien- 37
tos mil hombres de a pie, sin contar los niños. También subió 38
con ellos grande multitud de toda clase de gentes, y ovejas, y
muchísimo ganado. Y cocieron tortas sin levadura de la masa 39
que habían sacado de Egipto, pues no había leudado, porque
al echarlos fuera los egipcios, no habían tenido tiempo ni para
prepararse comida. El tiempo que los h¼os de Israel habita- 40
ron en Egipto fue cuatrocientos treinta años. Y pasados los 41
cuatrocientos treinta años, en el mismo día todas las huestes
de Jehová salieron de la tierra de Egipto. Es noche de guardar 42
para Jehová, por haberlos sacado en ella de la tierra de Egipto.
Esta noche deben guardarla para Jehová todos los h¼os de
Israel en sus generaciones. Y Jehová d¼o a Moisés y a Aarón: 43
Ésta es la ordenanza de la pascua; ningún extraño comerá de
ella. Mas todo siervo humano comprado por dinero comerá 44
de ella, después que lo hubieres circuncidado. El extranjero 45
12. 46–13. 14 Éxodo 100
46 y el jornalero no comerán de ella. Se comerá en una casa, y
no llevarás de aquella carne fuera de ella, ni quebraréis hueso
47, 48 suyo. Toda la congregación de Israel lo hará. Mas si algún
extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la pascua para
Jehová, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará,
y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso
49 comerá de ella. La misma ley será para el natural, y para el
50 extranjero que habitare entre vosotros. Así lo hicieron todos
los h¼os de Israel; como mandó Jehová a Moisés y a Aarón,
51 así lo hicieron. Y en aquel mismo día sacó Jehová a los h¼os
de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos.
13, 2 Jehová habló a Moisés, diciendo: Conságrame todo primogénito.
Cualquiera que abre matriz entre los h¼os de Israel,
3 así de los hombres como de los animales, mío es. Y Moisés
d¼o al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis
salido de Egipto, de la casa de servidumbre, pues Jehová os
ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis
4, 5 leudado. Vosotros salís hoy en el mes de Abib. Y cuando Jehová
te hubiere metido en la tierra del cananeo, del heteo, del
amorreo, del heveo y del jebuseo, la cual juró a tus padres que
te daría, tierra que destila leche y miel, harás esta celebración
6 en este mes. Siete días comerás pan sin leudar, y el séptimo
7 día será fiesta para Jehová. Por los siete días se comerán los
panes sin levadura, y no se verá contigo nada leudado, ni le-
8 vadura, en todo tu territorio. Y lo contarás en aquel día a tu
h¼o, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que Jehová hizo
9 conmigo cuando me sacó de Egipto. Y te será como una señal
sobre tu mano, y como un memorial delante de tus ojos, para
que la ley de Jehová esté en tu boca; por cuanto con mano
10 fuerte te sacó Jehová de Egipto. Por tanto, tú guardarás este
11 rito en su tiempo de año en año. Y cuando Jehová te haya
metido en la tierra del cananeo, como te ha jurado a ti y a tus
12 padres, y cuando te la hubiere dado, dedicarás a Jehová todo
aquel que abriere matriz, y asimismo todo primer nacido de
13 tus animales; los machos serán de Jehová. Mas todo primogénito
de asno redimirás con un cordero; y si no lo redimieres,
quebrarás su cerviz. También redimirás al primogénito de tus
14 h¼os. Y cuando mañana te pregunte tu h¼o, diciendo: ¿Qué
101 Éxodo 13. 15–14. 8
es esto?, le dirás: Jehová nos sacó con mano fuerte de Egipto,
de casa de servidumbre; y endureciéndose Faraón para no 15
dejarnos ir, Jehová hizo morir en la tierra de Egipto a todo primogénito,
desde el primogénito humano hasta el primogénito
de la bestia; y por esta causa yo sacrifico para Jehová todo
primogénito macho, y redimo al primogénito de mis h¼os. Te 16
será, pues, como una señal sobre tu mano, y por un memorial
delante de tus ojos, por cuanto Jehová nos sacó de Egipto con
mano fuerte. Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no 17
los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba
cerca; porque d¼o Dios: Para que no se arrepienta el pueblo
cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto. Mas hizo Dios que 18
el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar Rojo. Y
subieron los h¼os de Israel de Egipto armados. Tomó también 19
consigo Moisés los huesos de José, el cual había juramentado
a los h¼os de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y
haréis subir mis huesos de aquí con vosotros. Y partieron de 20
Sucot y acamparon en Etam, a la entrada del desierto. Y Je- 21
hová iba delante de ellos de día en una columna de nube para
guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego
para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche.
Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de 22
día, ni de noche la columna de fuego.
Habló Jehová a Moisés, diciendo: Di a los h¼os de Israel 14, 2
que den la vuelta y acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol
y el mar hacia Baal-zefón; delante de él acamparéis junto
al mar. Porque Faraón dirá de los h¼os de Israel: Encerrados 3
están en la tierra, el desierto los ha encerrado. Y yo endure- 4
ceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado
en Faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo
soy Jehová. Y ellos lo hicieron así. Y fue dado aviso al rey de 5
Egipto, que el pueblo huía; y el corazón de Faraón y de sus
siervos se volvió contra el pueblo, y d¼eron: ¿Cómo hemos hecho
esto de haber dejado ir a Israel, para que no nos sirva? Y 6
unció su carro, y tomó consigo su pueblo; y tomó seiscientos 7
carros escogidos, y todos los carros de Egipto, y los capitanes
sobre ellos. Y endureció Jehová el corazón de Faraón rey de 8
Egipto, y él siguió a los h¼os de Israel; pero los h¼os de Is14.
9–24 Éxodo 102
9 rael habían salido con mano poderosa. Siguiéndolos, pues, los
egipcios, con toda la caballería y carros de Faraón, su gente de
a caballo, y todo su ejército, los alcanzaron acampados junto
10 al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón. Y cuando
Faraón se hubo acercado, los h¼os de Israel alzaron sus ojos, y
he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los h¼os
11 de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová. Y
d¼eron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has
sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho
12 así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? ¿No es esto
lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a
los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que
13 morir nosotros en el desierto. Y Moisés d¼o al pueblo: No
temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy
con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca
14 más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y
15 vosotros estaréis tranquilos. Entonces Jehová d¼o a Moisés:
¿Por qué clamas a mí? Di a los h¼os de Israel que marchen.
16 Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo,
17 y entren los h¼os de Israel por en medio del mar, en seco. Y
he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los
sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en
18 sus carros y en su caballería; y sabrán los egipcios que yo soy
Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su
19 gente de a caballo. Y el ángel de Dios que iba delante del campamento
de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo
la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso
20 a sus espaldas, e iba entre el campamento de los egipcios y el
campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y
alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se
21 acercaron los unos a los otros. Y extendió Moisés su mano sobre
el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento
oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas
22 quedaron divididas. Entonces los h¼os de Israel entraron por
en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su
23 derecha y a su izquierda. Y siguiéndolos los egipcios, entraron
tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón,
24 sus carros y su gente de a caballo. Aconteció a la vigilia de la
103 Éxodo 14. 25–15. 9
mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde
la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de
los egipcios, y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó 25
gravemente. Entonces los egipcios d¼eron: Huyamos de delante
de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios.
Y Jehová d¼o a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para 26
que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y
sobre su caballería. Entonces Moisés extendió su mano so- 27
bre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su
fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová
derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las 28
aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército
de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó
de ellos ni uno. Y los h¼os de Israel fueron por en medio del 29
mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su
izquierda. Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los 30
egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar.
Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los 31
egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a
Moisés su siervo.
Entonces cantó Moisés y los h¼os de Israel este cántico a 15
Jehová, y d¼eron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado
grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete.
Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. 2
Éste es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré.
Jehová es varón de guerra; Jehová es su nombre. Echó 3, 4
en el mar los carros de Faraón y su ejército; Y sus capitanes
escogidos fueron hundidos en el Mar Rojo. Los abismos los 5
cubrieron; Descendieron a las profundidades como piedra. Tu 6
diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder; Tu diestra,
oh Jehová, ha quebrantado al enemigo. Y con la grandeza de 7
tu poder has derribado a los que se levantaron contra ti. Enviaste
tu ira; los consumió como a hojarasca. Al soplo de tu 8
aliento se amontonaron las aguas; Se juntaron las corrientes
como en un montón; Los abismos se cuajaron en medio del
mar. El enemigo d¼o: Perseguiré, apresaré, repartiré despo- 9
jos; Mi alma se saciará de ellos; Sacaré mi espada, los destruirá
15. 10–27 Éxodo 104
10 mi mano. Soplaste con tu viento; los cubrió el mar; Se hun-
11 dieron como plomo en las impetuosas aguas. ¿Quién como tú,
oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad,
Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?
12, 13 Extendiste tu diestra; La tierra los tragó. Condujiste en tu
misericordia a este pueblo que redimiste; Lo llevaste con tu
14 poder a tu santa morada. Lo oirán los pueblos, y temblarán;
15 Se apoderará dolor de la tierra de los filisteos. Entonces los
caudillos de Edom se turbarán; A los valientes de Moab les
sobrecogerá temblor; Se acobardarán todos los moradores de
16 Canaán. Caiga sobre ellos temblor y espanto; A la grandeza
de tu brazo enmudezcan como una piedra; Hasta que haya pasado
tu pueblo, oh Jehová, Hasta que haya pasado este pueblo
17 que tú rescataste. Tú los introducirás y los plantarás en el
monte de tu heredad, En el lugar de tu morada, que tú has
preparado, oh Jehová, En el santuario que tus manos, oh Jeho-
18 vá, han afirmado. Jehová reinará eternamente y para siempre.
19 Porque Faraón entró cabalgando con sus carros y su gente de
a caballo en el mar, y Jehová hizo volver las aguas del mar sobre
ellos; mas los h¼os de Israel pasaron en seco por en medio
20 del mar. Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un
pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de
21 ella con panderos y danzas. Y María les respondía: Cantad a
Jehová, porque en extremo se ha engrandecido; Ha echado en
22 el mar al caballo y al jinete. E hizo Moisés que partiese Israel
del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres
23 días por el desierto sin hallar agua. Y llegaron a Mara, y no
pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por
24 eso le pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo mur-
25 muró contra Moisés, y d¼o: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés
clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en
las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y
26 ordenanzas, y allí los probó; y d¼o: Si oyeres atentamente la
voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos,
y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos,
ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te
27 enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador. Y llegaron a
Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras;
105 Éxodo 16. 1–15
y acamparon allí junto a las aguas.
Partió luego de Elim toda la congregación de los h¼os de 16
Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí,
a los quince días del segundo mes después que salieron de la
tierra de Egipto. Y toda la congregación de los h¼os de Israel 2
murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; y les decían 3
los h¼os de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová
en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas
de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis
sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta
multitud. Y Jehová d¼o a Moisés: He aquí yo os haré llover 4
pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción
de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.
Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que 5
suelen recoger cada día. Entonces d¼eron Moisés y Aarón a 6
todos los h¼os de Israel: En la tarde sabréis que Jehová os ha
sacado de la tierra de Egipto, y a la mañana veréis la gloria 7
de Jehová; porque él ha oído vuestras murmuraciones contra
Jehová; porque nosotros, ¿qué somos, para que vosotros murmuréis
contra nosotros? D¼o también Moisés: Jehová os dará 8
en la tarde carne para comer, y en la mañana pan hasta saciaros;
porque Jehová ha oído vuestras murmuraciones con que
habéis murmurado contra él; porque nosotros, ¿qué somos?
Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra
Jehová. Y d¼o Moisés a Aarón: Di a toda la congregación de 9
los h¼os de Israel: Acercaos a la presencia de Jehová, porque él
ha oído vuestras murmuraciones. Y hablando Aarón a toda la 10
congregación de los h¼os de Israel, miraron hacia el desierto,
y he aquí la gloria de Jehová apareció en la nube. Y Jehová 11
habló a Moisés, diciendo: Yo he oído las murmuraciones de 12
los h¼os de Israel; háblales, diciendo: Al caer la tarde comeréis
carne, y por la mañana os saciaréis de pan, y sabréis que yo
soy Jehová vuestro Dios. Y venida la tarde, subieron codorni- 13
ces que cubrieron el campamento; y por la mañana descendió
rocío en derredor del campamento. Y cuando el rocío cesó de 14
descender, he aquí sobre la faz del desierto una cosa menuda,
redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra. Y vién- 15
dolo los h¼os de Israel, se d¼eron unos a otros: ¿Qué es esto?
16. 16–33 Éxodo 106
porque no sabían qué era. Entonces Moisés les d¼o: Es el pan
16 que Jehová os da para comer. Esto es lo que Jehová ha mandado:
Recoged de él cada uno según lo que pudiere comer; un
gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas,
17 tomaréis cada uno para los que están en su tienda. Y los h¼os
18 de Israel lo hicieron así; y recogieron unos más, otros menos; y
lo medían por gomer, y no sobró al que había recogido mucho,
ni faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme
19 a lo que había de comer. Y les d¼o Moisés: Ninguno deje na-
20 da de ello para mañana. Mas ellos no obedecieron a Moisés,
sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos,
21 y hedió; y se enojó contra ellos Moisés. Y lo recogían cada
mañana, cada uno según lo que había de comer; y luego que
22 el sol calentaba, se derretía. En el sexto día recogieron doble
porción de comida, dos gomeres para cada uno; y todos los
príncipes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a
23 Moisés. Y él les d¼o: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana
es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová; lo que
habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar, coci-
24 nadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana. Y
ellos lo guardaron hasta la mañana, según lo que Moisés había
25 mandado, y no se agusanó, ni hedió. Y d¼o Moisés: Comedlo
hoy, porque hoy es día de reposo para Jehová; hoy no hallaréis
26 en el campo. Seis días lo recogeréis; mas el séptimo día es día
27 de reposo; en él no se hallará. Y aconteció que algunos del
28 pueblo salieron en el séptimo día a recoger, y no hallaron. Y
Jehová d¼o a Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis
29 mandamientos y mis leyes? Mirad que Jehová os dio el día
de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días.
Estése, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el
30, 31 séptimo día. Así el pueblo reposó el séptimo día. Y la casa de
Israel lo llamó Maná; y era como semilla de culantro, blanco, y
32 su sabor como de hojuelas con miel. Y d¼o Moisés: Esto es lo
que Jehová ha mandado: Llenad un gomer de él, y guardadlo
para vuestros descendientes, a fin de que vean el pan que yo
os di a comer en el desierto, cuando yo os saqué de la tierra de
33 Egipto. Y d¼o Moisés a Aarón: Toma una vas¼a y pon en ella
un gomer de maná, y ponlo delante de Jehová, para que sea
107 Éxodo 16. 34–17. 14
guardado para vuestros descendientes. Y Aarón lo puso de- 34
lante del Testimonio para guardarlo, como Jehová lo mandó a
Moisés. Así comieron los h¼os de Israel maná cuarenta años, 35
hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que
llegaron a los límites de la tierra de Canaán. Y un gomer es 36
la décima parte de un efa.
Toda la congregación de los h¼os de Israel partió del de- 17
sierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de
Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que
el pueblo bebiese. Y altercó el pueblo con Moisés, y d¼eron: 2
Danos agua para que bebamos. Y Moisés les d¼o: ¿Por qué
altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová? Así que el pue- 3
blo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y d¼o: ¿Por qué
nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a
nuestros h¼os y a nuestros ganados? Entonces clamó Moisés 4
a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un
poco me apedrearán. Y Jehová d¼o a Moisés: Pasa delante 5
del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma
también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve.
He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Ho- 6
reb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el
pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de
Israel. Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por 7
la rencilla de los h¼os de Israel, y porque tentaron a Jehová,
diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no? Entonces 8
vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. Y d¼o Moisés 9
a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana
yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios
en mi mano. E hizo Josué como le d¼o Moisés, peleando con- 10
tra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del
collado. Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel 11
prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.
Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una 12
piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón
y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de
otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.
Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada. Y 13, 14
Jehová d¼o a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro,
17. 15–18. 16 Éxodo 108
y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de de-
15 bajo del cielo. Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre
16 Jehová-nisi; y d¼o: Por cuanto la mano de Amalec se levantó
contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec
de generación en generación.
18 Oyó Jetro sacerdote de Madián, suegro de Moisés, todas las
cosas que Dios había hecho con Moisés, y con Israel su pueblo,
2 y cómo Jehová había sacado a Israel de Egipto. Y tomó Jetro
suegro de Moisés a Séfora la mujer de Moisés, después que él
3 la envió, y a sus dos h¼os; el uno se llamaba Gersón, porque
4 d¼o: Forastero he sido en tierra ajena; y el otro se llamaba
Eliezer, porque d¼o: El Dios de mi padre me ayudó, y me libró
5 de la espada de Faraón. Y Jetro el suegro de Moisés, con los
h¼os y la mujer de éste, vino a Moisés en el desierto, donde
6 estaba acampado junto al monte de Dios; y d¼o a Moisés: Yo
tu suegro Jetro vengo a ti, con tu mujer, y sus dos h¼os con
7 ella. Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo
besó; y se preguntaron el uno al otro cómo estaban, y vinieron
8 a la tienda. Y Moisés contó a su suegro todas las cosas que
Jehová había hecho a Faraón y a los egipcios por amor de
Israel, y todo el trabajo que habían pasado en el camino, y
9 cómo los había librado Jehová. Y se alegró Jetro de todo el
bien que Jehová había hecho a Israel, al haberlo librado de
10 mano de los egipcios. Y Jetro d¼o: Bendito sea Jehová, que
os libró de mano de los egipcios, y de la mano de Faraón, y
11 que libró al pueblo de la mano de los egipcios. Ahora conozco
que Jehová es más grande que todos los dioses; porque en lo
12 que se ensoberbecieron prevaleció contra ellos. Y tomó Jetro,
suegro de Moisés, holocaustos y sacrificios para Dios; y vino
Aarón y todos los ancianos de Israel para comer con el suegro
13 de Moisés delante de Dios. Aconteció que al día siguiente se
sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de
14 Moisés desde la mañana hasta la tarde. Viendo el suegro de
Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, d¼o: ¿Qué es esto
que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo
el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?
15 Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí
16 para consultar a Dios. Cuando tienen asuntos, vienen a mí;
109 Éxodo 18. 17–19. 7
y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de
Dios y sus leyes. Entonces el suegro de Moisés le d¼o: No 17
está bien lo que haces. Desfallecerás del todo, tú, y también 18
este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado
pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. Oye ahora mi voz; 19
yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo
delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Y enseña 20
a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por
donde deben andar, y lo que han de hacer. Además escoge tú 21
de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios,
varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre
el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de
diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto 22
grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así
aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo. Si esto 23
hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también
todo este pueblo irá en paz a su lugar. Y oyó Moisés la voz 24
de su suegro, e hizo todo lo que d¼o. Escogió Moisés varones 25
de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el
pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez.
Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto difícil lo traían 26
a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño. Y despidió 27
Moisés a su suegro, y éste se fue a su tierra.
En el mes tercero de la salida de los h¼os de Israel de la 19
tierra de Egipto, en el mismo día llegaron al desierto de Sinaí.
Habían salido de Refidim, y llegaron al desierto de Sinaí, 2
y acamparon en el desierto; y acampó allí Israel delante del
monte. Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el 3
monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a
los h¼os de Israel: Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y 4
cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. Ahora, 5
pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros
seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía
es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, 6
y gente santa. Éstas son las palabras que dirás a los h¼os de
Israel. Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pue- 7
blo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que
19. 8–24 Éxodo 110
8 Jehová le había mandado. Y todo el pueblo respondió a una,
y d¼eron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés
9 refirió a Jehová las palabras del pueblo. Entonces Jehová d¼o
a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que
el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que
te crean para siempre. Y Moisés refirió las palabras del pueblo
10 a Jehová. Y Jehová d¼o a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos
11 hoy y mañana; y laven sus vestidos, y estén preparados para
el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de
12 todo el pueblo sobre el monte de Sinaí. Y señalarás término
al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte,
ni toquéis sus límites; cualquiera que tocare el monte, de
13 seguro morirá. No lo tocará mano, porque será apedreado o
asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. Cuando suene
14 largamente la bocina, subirán al monte. Y descendió Moisés
del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus ves-
15 tidos. Y d¼o al pueblo: Estad preparados para el tercer día;
16 no toquéis mujer. Aconteció que al tercer día, cuando vino la
mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre
el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo
17 el pueblo que estaba en el campamento. Y Moisés sacó del
campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al
18 pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová
había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como
el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran
19 manera. El sonido de la bocina iba aumentando en extremo;
20 Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante. Y descendió
Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte;
y llamó Jehová a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés su-
21 bió. Y Jehová d¼o a Moisés: Desciende, ordena al pueblo que
no traspase los límites para ver a Jehová, porque caerá multi-
22 tud de ellos. Y también que se santifiquen los sacerdotes que
se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estrago.
23 Moisés d¼o a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí,
porque tú nos has mandado diciendo: Señala límites al monte,
24 y santifícalo. Y Jehová le d¼o: Ve, desciende, y subirás tú, y
Aarón contigo; mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el
límite para subir a Jehová, no sea que haga en ellos estrago.
111 Éxodo 19. 25–20. 24
Entonces Moisés descendió y se lo d¼o al pueblo. 25
Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Je- 20, 2
hová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de
servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te 3, 4
harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el
cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jeho- 5
vá tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres
sobre los h¼os hasta la tercera y cuarta generación de los que
me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me 6
aman y guardan mis mandamientos. No tomarás el nombre 7
de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová
al que tomare su nombre en vano. Acuérdate del día de 8
reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu 9
obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no 10
hagas en él obra alguna, tú, ni tu h¼o, ni tu h¼a, ni tu siervo,
ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de
tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la 11
tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en
el séptimo día; por tanto, Jehová bend¼o el día de reposo y lo
santificó. Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se 12
alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. No matarás. 13
No cometerás adulterio. No hurtarás. No hablarás contra tu 14, 15, 16
prójimo falso testimonio. No codiciarás la casa de tu próji- 17
mo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su
criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el 18
sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el
pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. Y d¼eron a Moisés: 19
Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios
con nosotros, para que no muramos. Y Moisés respondió al 20
pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para
que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis.
Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la 21
oscuridad en la cual estaba Dios. Y Jehová d¼o a Moisés: Así 22
dirás a los h¼os de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado
desde el cielo con vosotros. No hagáis conmigo dioses de pla- 23
ta, ni dioses de oro os haréis. Altar de tierra harás para mí, 24
20. 25–21. 20 Éxodo 112
y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz,
tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté
25 la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. Y si
me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería; porque
26 si alzares herramienta sobre él, lo profanarás. No subirás por
gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra junto
a él.
21, 2 Éstas son las leyes que les propondrás. Si comprares siervo
hebreo, seis años servirá; mas al séptimo saldrá libre, de balde.
3 Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, saldrá él y su mujer
4 con él. Si su amo le hubiere dado mujer, y ella le diere h¼os o
5 h¼as, la mujer y sus h¼os serán de su amo, y él saldrá solo. Y
si el siervo d¼ere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis h¼os,
6 no saldré libre; entonces su amo lo llevará ante los jueces, y
le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará
7 la oreja con lesna, y será su siervo para siempre. Y cuando
alguno vendiere su h¼a por sierva, no saldrá ella como suelen
8 salir los siervos. Si no agradare a su señor, por lo cual no
la tomó por esposa, se le permitirá que se rescate, y no la
9 podrá vender a pueblo extraño cuando la desechare. Mas si la
hubiere desposado con su h¼o, hará con ella según la costumbre
10 de las h¼as. Si tomare para él otra mujer, no disminuirá su
11 alimento, ni su vestido, ni el deber conyugal. Y si ninguna de
12 estas tres cosas hiciere, ella saldrá de gracia, sin dinero. El
13 que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá. Mas el
que no pretendía herirlo, sino que Dios lo puso en sus manos,
14 entonces yo te señalaré lugar al cual ha de huir. Pero si alguno
se ensoberbeciere contra su prójimo y lo matare con alevosía,
15 de mi altar lo quitarás para que muera. El que hiriere a su
16 padre o a su madre, morirá. Asimismo el que robare una
persona y la vendiere, o si fuere hallada en sus manos, morirá.
17 Igualmente el que mald¼ere a su padre o a su madre, morirá.
18 Además, si algunos riñeren, y uno hiriere a su prójimo con
piedra o con el puño, y éste no muriere, pero cayere en cama;
19 si se levantare y anduviere fuera sobre su báculo, entonces será
absuelto el que lo hirió; solamente le satisfará por lo que estuvo
20 sin trabajar, y hará que le curen. Y si alguno hiriere a su siervo
o a su sierva con palo, y muriere bajo su mano, será castigado;
113 Éxodo 21. 21–22. 4
mas si sobreviviere por un día o dos, no será castigado, porque 21
es de su propiedad. Si algunos riñeren, e hirieren a mujer 22
embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán
penados conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer
y juzgaren los jueces. Mas si hubiere muerte, entonces pagarás 23
vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, 24
pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, 25
golpe por golpe. Si alguno hiriere el ojo de su siervo, o el ojo 26
de su sierva, y lo dañare, le dará libertad por razón de su ojo.
Y si hiciere saltar un diente de su siervo, o un diente de su 27
sierva, por su diente le dejará ir libre. Si un buey acorneare 28
a hombre o a mujer, y a causa de ello muriere, el buey será
apedreado, y no será comida su carne; mas el dueño del buey
será absuelto. Pero si el buey fuere acorneador desde tiempo 29
atrás, y a su dueño se le hubiere notificado, y no lo hubiere
guardado, y matare a hombre o mujer, el buey será apedreado,
y también morirá su dueño. Si le fuere impuesto precio de 30
rescate, entonces dará por el rescate de su persona cuanto le
fuere impuesto. Haya acorneado a h¼o, o haya acorneado a 31
h¼a, conforme a este juicio se hará con él. Si el buey acorneare 32
a un siervo o a una sierva, pagará su dueño treinta siclos de
plata, y el buey será apedreado. Y si alguno abriere un pozo, 33
o cavare cisterna, y no la cubriere, y cayere allí buey o asno, el 34
dueño de la cisterna pagará el daño, resarciendo a su dueño, y
lo que fue muerto será suyo. Y si el buey de alguno hiriere al 35
buey de su prójimo de modo que muriere, entonces venderán
el buey vivo y partirán el dinero de él, y también partirán el
buey muerto. Mas si era notorio que el buey era acorneador 36
desde tiempo atrás, y su dueño no lo hubiere guardado, pagará
buey por buey, y el buey muerto será suyo.
Cuando alguno hurtare buey u oveja, y lo degollare o ven- 22
diere, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja
cuatro ovejas. Si el ladrón fuere hallado forzando una casa, 2
y fuere herido y muriere, el que lo hirió no será culpado de
su muerte. Pero si fuere de día, el autor de la muerte será 3
reo de homicidio. El ladrón hará completa restitución; si no
tuviere con qué, será vendido por su hurto. Si fuere hallado 4
con el hurto en la mano, vivo, sea buey o asno u oveja, pagará
22. 5–26 Éxodo 114
5 el doble. Si alguno hiciere pastar en campo o viña, y metiere
su bestia en campo de otro, de lo mejor de su campo y de lo
6 mejor de su viña pagará. Cuando se prendiere fuego, y al quemar
espinos quemare mieses amontonadas o en pie, o campo,
7 el que encendió el fuego pagará lo quemado. Cuando alguno
diere a su prójimo plata o alhajas a guardar, y fuere hurtado
de la casa de aquel hombre, si el ladrón fuere hallado, pagará
8 el doble. Si el ladrón no fuere hallado, entonces el dueño de la
casa será presentado a los jueces, para que se vea si ha metido
9 su mano en los bienes de su prójimo. En toda clase de fraude,
sobre buey, sobre asno, sobre oveja, sobre vestido, sobre toda
cosa perdida, cuando alguno d¼ere: Esto es mío, la causa de
ambos vendrá delante de los jueces; y el que los jueces conde-
10 naren, pagará el doble a su prójimo. Si alguno hubiere dado
a su prójimo asno, o buey, u oveja, o cualquier otro animal a
guardar, y éste muriere o fuere estropeado, o fuere llevado sin
11 verlo nadie; juramento de Jehová habrá entre ambos, de que
no metió su mano a los bienes de su prójimo; y su dueño lo
12 aceptará, y el otro no pagará. Mas si le hubiere sido hurta-
13 do, resarcirá a su dueño. Y si le hubiere sido arrebatado por
14 fiera, le traerá testimonio, y no pagará lo arrebatado. Pero si
alguno hubiere tomado prestada bestia de su prójimo, y fuere
estropeada o muerta, estando ausente su dueño, deberá pagar-
15 la. Si el dueño estaba presente no la pagará. Si era alquilada,
16 reciba el dueño el alquiler. Si alguno engañare a una doncella
que no fuere desposada, y durmiere con ella, deberá dotarla y
17 tomarla por mujer. Si su padre no quisiere dársela, él le pe-
18 sará plata conforme a la dote de las vírgenes. A la hechicera
19 no dejarás que viva. Cualquiera que cohabitare con bestia,
20 morirá. El que ofreciere sacrificio a dioses excepto solamente
21 a Jehová, será muerto. Y al extranjero no engañarás ni angustiarás,
porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de
22, 23 Egipto. A ninguna viuda ni huérfano afligiréis. Porque si tú
llegas a afligirles, y ellos clamaren a mí, ciertamente oiré yo su
24 clamor; y mi furor se encenderá, y os mataré a espada, y vues-
25 tras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros h¼os. Cuando
prestares dinero a uno de mi pueblo, al pobre que está contigo,
26 no te portarás con él como logrero, ni le impondrás usura. Si
115 Éxodo 22. 27–23. 16
tomares en prenda el vestido de tu prójimo, a la puesta del sol
se lo devolverás. Porque sólo eso es su cubierta, es su vestido 27
para cubrir su cuerpo. ¿En qué dormirá? Y cuando él clamare
a mí, yo le oiré, porque soy misericordioso. No injuriarás 28
a los jueces, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo. No de- 29
morarás la primicia de tu cosecha ni de tu lagar. Me darás el
primogénito de tus h¼os. Lo mismo harás con el de tu buey 30
y de tu oveja; siete días estará con su madre, y al octavo día
me lo darás. Y me seréis varones santos. No comeréis carne 31
destrozada por las fieras en el campo; a los perros la echaréis.
No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío 23
para ser testigo falso. No seguirás a los muchos para hacer 2
mal, ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer
agravios; ni al pobre distinguirás en su causa. Si encontrares 3, 4
el buey de tu enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo.
Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, 5
¿le dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás a levantarlo. No 6
pervertirás el derecho de tu mendigo en su pleito. De palabra 7
de mentira te alejarás, y no matarás al inocente y justo; porque
yo no justificaré al impío. No recibirás presente; porque el 8
presente ciega a los que ven, y pervierte las palabras de los
justos. Y no angustiarás al extranjero; porque vosotros sabéis 9
cómo es el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis en
la tierra de Egipto. Seis años sembrarás tu tierra, y recogerás 10
su cosecha; mas el séptimo año la dejarás libre, para que 11
coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las
bestias del campo; así harás con tu viña y con tu olivar. Seis 12
días trabajarás, y al séptimo día reposarás, para que descanse
tu buey y tu asno, y tome refrigerio el h¼o de tu sierva, y el
extranjero. Y todo lo que os he dicho, guardadlo. Y nombre 13
de otros dioses no mentaréis, ni se oirá de vuestra boca. Tres 14
veces en el año me celebraréis fiesta. La fiesta de los panes sin 15
levadura guardarás. Siete días comerás los panes sin levadura,
como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque
en él saliste de Egipto; y ninguno se presentará delante de
mí con las manos vacías. También la fiesta de la siega, los 16
primeros frutos de tus labores, que hubieres sembrado en el
campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando
23. 17–24. 3 Éxodo 116
17 hayas recogido los frutos de tus labores del campo. Tres veces
en el año se presentará todo varón delante de Jehová el Señor.
18 No ofrecerás con pan leudo la sangre de mi sacrificio, ni la
grosura de mi víctima quedará de la noche hasta la mañana.
19 Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás a la
casa de Jehová tu Dios. No guisarás el cabrito en la leche de
20 su madre. He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que
te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he
21 preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas
rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi
22 nombre está en él. Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres
todo lo que yo te d¼ere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré
23 a los que te afligieren. Porque mi Ángel irá delante de ti, y
te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del
cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.
24 No te inclinarás a sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos
hacen; antes los destruirás del todo, y quebrarás totalmente sus
25 estatuas. Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá
tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio
26 de ti. No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo
27 completaré el número de tus días. Yo enviaré mi terror delante
de ti, y consternaré a todo pueblo donde entres, y te daré la
28 cerviz de todos tus enemigos. Enviaré delante de ti la avispa,
que eche fuera al heveo, al cananeo y al heteo, de delante de
29 ti. No los echaré de delante de ti en un año, para que no
quede la tierra desierta, y se aumenten contra ti las fieras del
30 campo. Poco a poco los echaré de delante de ti, hasta que
31 te multipliques y tomes posesión de la tierra. Y fijaré tus
límites desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde
el desierto hasta el Éufrates; porque pondré en tus manos a
los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti.
32, 33 No harás alianza con ellos, ni con sus dioses. En tu tierra no
habitarán, no sea que te hagan pecar contra mí sirviendo a sus
dioses, porque te será tropiezo.
24 D¼o Jehová a Moisés: Sube ante Jehová, tú, y Aarón, Nadab,
y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis
2 desde lejos. Pero Moisés solo se acercará a Jehová; y ellos no
3 se acerquen, ni suba el pueblo con él. Y Moisés vino y con117
Éxodo 24. 4–25. 6
tó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todas las leyes;
y todo el pueblo respondió a una voz, y d¼o: Haremos todas
las palabras que Jehová ha dicho. Y Moisés escribió todas las 4
palabras de Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar
al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de
Israel. Y envió jóvenes de los h¼os de Israel, los cuales ofre- 5
cieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová.
Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y 6
esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar. Y tomó el 7
libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual d¼o: Haremos
todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos.
Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y d¼o: 8
He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros
sobre todas estas cosas. Y subieron Moisés y Aarón, Nadab 9
y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y vieron al Dios 10
de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de
zafiro, semejante al cielo cuando está sereno. Mas no extendió 11
su mano sobre los príncipes de los h¼os de Israel; y vieron a
Dios, y comieron y bebieron. Entonces Jehová d¼o a Moisés: 12
Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra,
y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles. Y se 13
levantó Moisés con Josué su servidor, y Moisés subió al monte
de Dios. Y d¼o a los ancianos: Esperadnos aquí hasta que vol- 14
vamos a vosotros; y he aquí Aarón y Hur están con vosotros;
el que tuviere asuntos, acuda a ellos. Entonces Moisés subió 15
al monte, y una nube cubrió el monte. Y la gloria de Jehová 16
reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días;
y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube. Y la 17
apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador
en la cumbre del monte, a los ojos de los h¼os de Israel. Y 18
entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo
Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.
Jehová habló a Moisés, diciendo: Di a los h¼os de Israel 25, 2
que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su
voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda. Ésta es la ofrenda 3
que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre, azul, púrpura, car- 4
mesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de 5
rojo, pieles de tejones, madera de acacia, aceite para el alum- 6
25. 7–27 Éxodo 118
brado, especias para el aceite de la unción y para el incienso
7 aromático, piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod
8 y para el pectoral. Y harán un santuario para mí, y habita-
9 ré en medio de ellos. Conforme a todo lo que yo te muestre,
el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios,
10 así lo haréis. Harán también un arca de madera de acacia,
cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo
11 y medio, y su altura de codo y medio. Y la cubrirás de oro
puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de
12 oro alrededor. Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que
pondrás en sus cuatro esquinas; dos anillos a un lado de ella,
13 y dos anillos al otro lado. Harás unas varas de madera de
14 acacia, las cuales cubrirás de oro. Y meterás las varas por
los anillos a los lados del arca, para llevar el arca con ellas.
15 Las varas quedarán en los anillos del arca; no se quitarán de
16, 17 ella. Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré. Y
harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos
18 codos y medio, y su anchura de codo y medio. Harás también
dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en
19 los dos extremos del propiciatorio. Harás, pues, un querubín
en un extremo, y un querubín en el otro extremo; de una pieza
con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos.
20 Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo
con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del
otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines.
21 Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pon-
22 drás el testimonio que yo te daré. Y de allí me declararé a
ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos
querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que
23 yo te mandare para los h¼os de Israel. Harás asimismo una
mesa de madera de acacia; su longitud será de dos codos, y
24 de un codo su anchura, y su altura de codo y medio. Y la
cubrirás de oro puro, y le harás una cornisa de oro alrededor.
25 Le harás también una moldura alrededor, de un palmo menor
de anchura, y harás a la moldura una cornisa de oro alrede-
26 dor. Y le harás cuatro anillos de oro, los cuales pondrás en
27 las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro patas. Los
anillos estarán debajo de la moldura, para lugares de las varas
119 Éxodo 25. 28–26. 7
para llevar la mesa. Harás las varas de madera de acacia, y 28
las cubrirás de oro, y con ellas será llevada la mesa. Harás 29
también sus platos, sus cucharas, sus cubiertas y sus tazones,
con que se libará; de oro fino los harás. Y pondrás sobre la 30
mesa el pan de la proposición delante de mí continuamente.
Harás además un candelero de oro puro; labrado a martillo se 31
hará el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y
sus flores, serán de lo mismo. Y saldrán seis brazos de sus 32
lados; tres brazos del candelero a un lado, y tres brazos al otro
lado. Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, 33
una manzana y una flor; y tres copas en forma de flor de almendro
en otro brazo, una manzana y una flor; así en los seis
brazos que salen del candelero; y en la caña central del cande- 34
lero cuatro copas en forma de flor de almendro, sus manzanas
y sus flores. Habrá una manzana debajo de dos brazos del 35
mismo, otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo,
y otra manzana debajo de los otros dos brazos del mismo, así
para los seis brazos que salen del candelero. Sus manzanas y 36
sus brazos serán de una pieza, todo ello una pieza labrada a
martillo, de oro puro. Y le harás siete lamparillas, las cuales 37
encenderás para que alumbren hacia adelante. También sus 38
despabiladeras y sus platillos, de oro puro. De un talento de 39
oro fino lo harás, con todos estos utensilios. Mira y hazlos 40
conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.
Harás el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, 26
púrpura y carmesí; y lo harás con querubines de obra primorosa.
La longitud de una cortina de veintiocho codos, y la an- 2
chura de la misma cortina de cuatro codos; todas las cortinas
tendrán una misma medida. Cinco cortinas estarán unidas 3
una con la otra, y las otras cinco cortinas unidas una con la
otra. Y harás lazadas de azul en la orilla de la última cortina 4
de la primera unión; lo mismo harás en la orilla de la cortina
de la segunda unión. Cincuenta lazadas harás en la primera 5
cortina, y cincuenta lazadas harás en la orilla de la cortina que
está en la segunda unión; las lazadas estarán contrapuestas la
una a la otra. Harás también cincuenta corchetes de oro, con 6
los cuales enlazarás las cortinas la una con la otra, y se formará
un tabernáculo. Harás asimismo cortinas de pelo de cabra 7
26. 8–27 Éxodo 120
para una cubierta sobre el tabernáculo; once cortinas harás.
8 La longitud de cada cortina será de treinta codos, y la anchura
de cada cortina de cuatro codos; una misma medida tendrán
9 las once cortinas. Y unirás cinco cortinas aparte y las otras
seis cortinas aparte; y doblarás la sexta cortina en el frente
10 del tabernáculo. Y harás cincuenta lazadas en la orilla de la
cortina, al borde en la unión, y cincuenta lazadas en la orilla
11 de la cortina de la segunda unión. Harás asimismo cincuenta
corchetes de bronce, los cuales meterás por las lazadas; y
12 enlazarás las uniones para que se haga una sola cubierta. Y
la parte que sobra en las cortinas de la tienda, la mitad de
13 la cortina que sobra, colgará a espaldas del tabernáculo. Y
un codo de un lado, y otro codo del otro lado, que sobra a lo
largo de las cortinas de la tienda, colgará sobre los lados del
14 tabernáculo a un lado y al otro, para cubrirlo. Harás también
a la tienda una cubierta de pieles de carneros teñidas de rojo,
15 y una cubierta de pieles de tejones encima. Y harás para el
tabernáculo tablas de madera de acacia, que estén derechas.
16 La longitud de cada tabla será de diez codos, y de codo y me-
17 dio la anchura. Dos espigas tendrá cada tabla, para unirlas
18 una con otra; así harás todas las tablas del tabernáculo. Harás,
pues, las tablas del tabernáculo; veinte tablas al lado del
19 mediodía, al sur. Y harás cuarenta basas de plata debajo de
las veinte tablas; dos basas debajo de una tabla para sus dos
espigas, y dos basas debajo de otra tabla para sus dos espi-
20 gas. Y al otro lado del tabernáculo, al lado del norte, veinte
21 tablas; y sus cuarenta basas de plata; dos basas debajo de
22 una tabla, y dos basas debajo de otra tabla. Y para el lado
23 posterior del tabernáculo, al occidente, harás seis tablas. Harás
además dos tablas para las esquinas del tabernáculo en los
24 dos ángulos posteriores; las cuales se unirán desde abajo, y
asimismo se juntarán por su alto con un gozne; así será con las
25 otras dos; serán para las dos esquinas. De suerte que serán
ocho tablas, con sus basas de plata, dieciséis basas; dos basas
26 debajo de una tabla, y dos basas debajo de otra tabla. Harás
también cinco barras de madera de acacia, para las tablas de
27 un lado del tabernáculo, y cinco barras para las tablas del
otro lado del tabernáculo, y cinco barras para las tablas del
121 Éxodo 26. 28–27. 10
lado posterior del tabernáculo, al occidente. Y la barra de 28
en medio pasará por en medio de las tablas, de un extremo
al otro. Y cubrirás de oro las tablas, y harás sus anillos de 29
oro para meter por ellos las barras; también cubrirás de oro
las barras. Y alzarás el tabernáculo conforme al modelo que 30
te fue mostrado en el monte. También harás un velo de azul, 31
púrpura, carmesí y lino torcido; será hecho de obra primorosa,
con querubines; y lo pondrás sobre cuatro columnas de made- 32
ra de acacia cubiertas de oro; sus capiteles de oro, sobre basas
de plata. Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás 33
allí, del velo adentro, el arca del testimonio; y aquel velo os
hará separación entre el lugar santo y el santísimo. Pondrás el 34
propiciatorio sobre el arca del testimonio en el lugar santísimo.
Y pondrás la mesa fuera del velo, y el candelero enfrente de 35
la mesa al lado sur del tabernáculo; y pondrás la mesa al lado
del norte. Harás para la puerta del tabernáculo una cortina 36
de azul, púrpura, carmesí y lino torcido, obra de recamador.
Y harás para la cortina cinco columnas de madera de acacia, 37
las cuales cubrirás de oro, con sus capiteles de oro; y fundirás
cinco basas de bronce para ellas.
Harás también un altar de madera de acacia de cinco co- 27
dos de longitud, y de cinco codos de anchura; será cuadrado
el altar, y su altura de tres codos. Y le harás cuernos en sus 2
cuatro esquinas; los cuernos serán parte del mismo; y lo cubrirás
de bronce. Harás también sus calderos para recoger la 3
ceniza, y sus paletas, sus tazones, sus garfios y sus braseros;
harás todos sus utensilios de bronce. Y le harás un enreja- 4
do de bronce de obra de rejilla, y sobre la rejilla harás cuatro
anillos de bronce a sus cuatro esquinas. Y la pondrás dentro 5
del cerco del altar abajo; y llegará la rejilla hasta la mitad del
altar. Harás también varas para el altar, varas de madera de 6
acacia, las cuales cubrirás de bronce. Y las varas se meterán 7
por los anillos, y estarán aquellas varas a ambos lados del altar
cuando sea llevado. Lo harás hueco, de tablas; de la manera 8
que te fue mostrado en el monte, así lo harás. Asimismo harás 9
el atrio del tabernáculo. Al lado meridional, al sur, tendrá el
atrio cortinas de lino torcido, de cien codos de longitud para
un lado. Sus veinte columnas y sus veinte basas serán de 10
27. 11–28. 6 Éxodo 122
bronce; los capiteles de las columnas y sus molduras, de plata.
11 De la misma manera al lado del norte habrá a lo largo cortinas
de cien codos de longitud, y sus veinte columnas con sus veinte
basas de bronce; los capiteles de sus columnas y sus molduras,
12 de plata. El ancho del atrio, del lado occidental, tendrá cortinas
de cincuenta codos; sus columnas diez, con sus diez basas.
13 Y en el ancho del atrio por el lado del oriente, al este, habrá
14 cincuenta codos. Las cortinas a un lado de la entrada serán de
15 quince codos; sus columnas tres, con sus tres basas. Y al otro
lado, quince codos de cortinas; sus columnas tres, con sus tres
16 basas. Y para la puerta del atrio habrá una cortina de veinte
codos, de azul, púrpura y carmesí, y lino torcido, de obra de
17 recamador; sus columnas cuatro, con sus cuatro basas. Todas
las columnas alrededor del atrio estarán ceñidas de plata;
18 sus capiteles de plata, y sus basas de bronce. La longitud del
atrio será de cien codos, y la anchura cincuenta por un lado y
cincuenta por el otro, y la altura de cinco codos; sus cortinas
19 de lino torcido, y sus basas de bronce. Todos los utensilios del
tabernáculo en todo su servicio, y todas sus estacas, y todas
20 las estacas del atrio, serán de bronce. Y mandarás a los h¼os
de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para
el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas.
21 En el tabernáculo de reunión, afuera del velo que está delante
del testimonio, las pondrá en orden Aarón y sus h¼os para que
ardan delante de Jehová desde la tarde hasta la mañana, como
estatuto perpetuo de los h¼os de Israel por sus generaciones.
28 Harás llegar delante de ti a Aarón tu hermano, y a sus
h¼os consigo, de entre los h¼os de Israel, para que sean mis
sacerdotes; a Aarón y a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar h¼os
2 de Aarón. Y harás vestiduras sagradas a Aarón tu hermano,
3 para honra y hermosura. Y tú hablarás a todos los sabios
de corazón, a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría,
para que hagan las vestiduras de Aarón, para consagrarle pa-
4 ra que sea mi sacerdote. Las vestiduras que harán son estas:
el pectoral, el efod, el manto, la túnica bordada, la mitra y
el cinturón. Hagan, pues, las vestiduras sagradas para Aarón
tu hermano, y para sus h¼os, para que sean mis sacerdotes.
5, 6 Tomarán oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, y harán
123 Éxodo 28. 7–27
el efod de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, de obra
primorosa. Tendrá dos hombreras que se junten a sus dos ex- 7
tremos, y así se juntará. Y su cinto de obra primorosa que 8
estará sobre él, será de la misma obra, parte del mismo; de oro,
azul, púrpura, carmesí y lino torcido. Y tomarás dos piedras 9
de ónice, y grabarás en ellas los nombres de los h¼os de Israel;
seis de sus nombres en una piedra, y los otros seis nombres en 10
la otra piedra, conforme al orden de nacimiento de ellos. De 11
obra de grabador en piedra, como grabaduras de sello, harás
grabar las dos piedras con los nombres de los h¼os de Israel;
les harás alrededor engastes de oro. Y pondrás las dos piedras 12
sobre las hombreras del efod, para piedras memoriales a los hijos
de Israel; y Aarón llevará los nombres de ellos delante de
Jehová sobre sus dos hombros por memorial. Harás, pues, los 13
engastes de oro, y dos cordones de oro fino, los cuales harás 14
en forma de trenza; y fijarás los cordones de forma de trenza
en los engastes. Harás asimismo el pectoral del juicio de obra 15
primorosa, lo harás conforme a la obra del efod, de oro, azul,
púrpura, carmesí y lino torcido. Será cuadrado y doble, de un 16
palmo de largo y un palmo de ancho; y lo llenarás de pedrería 17
en cuatro hileras de piedras; una hilera de una piedra sárdica,
un topacio y un carbunclo; la segunda hilera, una esmeralda, 18
un zafiro y un diamante; la tercera hilera, un jacinto, una 19
ágata y una amatista; la cuarta hilera, un berilo, un ónice y 20
un jaspe. Todas estarán montadas en engastes de oro. Y las 21
piedras serán según los nombres de los h¼os de Israel, doce
según sus nombres; como grabaduras de sello cada una con
su nombre, serán según las doce tribus. Harás también en el 22
pectoral cordones de hechura de trenzas de oro fino. Y ha- 23
rás en el pectoral dos anillos de oro, los cuales pondrás a los
dos extremos del pectoral. Y fijarás los dos cordones de oro 24
en los dos anillos a los dos extremos del pectoral; y pondrás 25
los dos extremos de los dos cordones sobre los dos engastes,
y los fijarás a las hombreras del efod en su parte delantera.
Harás también dos anillos de oro, los cuales pondrás a los dos 26
extremos del pectoral, en su orilla que está al lado del efod
hacia adentro. Harás asimismo los dos anillos de oro, los cua- 27
les fijarás en la parte delantera de las dos hombreras del efod,
28. 28–43 Éxodo 124
28 hacia abajo, delante de su juntura sobre el cinto del efod. Y
juntarán el pectoral por sus anillos a los dos anillos del efod
con un cordón de azul, para que esté sobre el cinto del efod, y
29 no se separe el pectoral del efod. Y llevará Aarón los nombres
de los h¼os de Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón,
cuando entre en el santuario, por memorial delante de Jehová
30 continuamente. Y pondrás en el pectoral del juicio Urim y
Tumim, para que estén sobre el corazón de Aarón cuando entre
delante de Jehová; y llevará siempre Aarón el juicio de los
31 h¼os de Israel sobre su corazón delante de Jehová. Harás el
32 manto del efod todo de azul; y en medio de él por arriba habrá
una abertura, la cual tendrá un borde alrededor de obra teji-
33 da, como el cuello de un coselete, para que no se rompa. Y en
sus orlas harás granadas de azul, púrpura y carmesí alrededor,
34 y entre ellas campanillas de oro alrededor. Una campanilla
de oro y una granada, otra campanilla de oro y otra granada,
35 en toda la orla del manto alrededor. Y estará sobre Aarón
cuando ministre; y se oirá su sonido cuando él entre en el santuario
delante de Jehová y cuando salga, para que no muera.
36 Harás además una lámina de oro fino, y grabarás en ella como
37 grabadura de sello, SANTIDAD A JEHOVÁ. Y la pondrás
con un cordón de azul, y estará sobre la mitra; por la parte
38 delantera de la mitra estará. Y estará sobre la frente de Aarón,
y llevará Aarón las faltas cometidas en todas las cosas
santas, que los h¼os de Israel hubieren consagrado en todas
sus santas ofrendas; y sobre su frente estará continuamente,
39 para que obtengan gracia delante de Jehová. Y bordarás una
túnica de lino, y harás una mitra de lino; harás también un
40 cinto de obra de recamador. Y para los h¼os de Aarón harás
túnicas; también les harás cintos, y les harás tiaras para honra
41 y hermosura. Y con ellos vestirás a Aarón tu hermano, y a
sus h¼os con él; y los ungirás, y los consagrarás y santificarás,
42 para que sean mis sacerdotes. Y les harás calzoncillos de lino
para cubrir su desnudez; serán desde los lomos hasta los mus-
43 los. Y estarán sobre Aarón y sobre sus h¼os cuando entren en
el tabernáculo de reunión, o cuando se acerquen al altar para
servir en el santuario, para que no lleven pecado y mueran. Es
125 Éxodo 29. 1–20
estatuto perpetuo para él, y para su descendencia después de
él.
Esto es lo que les harás para consagrarlos, para que sean 29
mis sacerdotes: Toma un becerro de la vacada, y dos carneros
sin defecto; y panes sin levadura, y tortas sin levadura ama- 2
sadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite;
las harás de flor de harina de trigo. Y las pondrás en un ca- 3
nastillo, y en el canastillo las ofrecerás, con el becerro y los
dos carneros. Y llevarás a Aarón y a sus h¼os a la puerta del 4
tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua. Y tomarás las 5
vestiduras, y vestirás a Aarón la túnica, el manto del efod, el
efod y el pectoral, y le ceñirás con el cinto del efod; y pondrás 6
la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra pondrás la diadema
santa. Luego tomarás el aceite de la unción, y lo derramarás 7
sobre su cabeza, y le ungirás. Y harás que se acerquen sus 8
h¼os, y les vestirás las túnicas. Les ceñirás el cinto a Aarón 9
y a sus h¼os, y les atarás las tiaras, y tendrán el sacerdocio
por derecho perpetuo. Así consagrarás a Aarón y a sus h¼os.
Después llevarás el becerro delante del tabernáculo de reunión, 10
y Aarón y sus h¼os pondrán sus manos sobre la cabeza del becerro.
Y matarás el becerro delante de Jehová, a la puerta del 11
tabernáculo de reunión. Y de la sangre del becerro tomarás 12
y pondrás sobre los cuernos del altar con tu dedo, y derramarás
toda la demás sangre al pie del altar. Tomarás también 13
toda la grosura que cubre los intestinos, la grosura de sobre el
hígado, los dos riñones, y la grosura que está sobre ellos, y lo
quemarás sobre el altar. Pero la carne del becerro, y su piel 14
y su estiércol, los quemarás a fuego fuera del campamento; es
ofrenda por el pecado. Asimismo tomarás uno de los carne- 15
ros, y Aarón y sus h¼os pondrán sus manos sobre la cabeza del
carnero. Y matarás el carnero, y con su sangre rociarás sobre 16
el altar alrededor. Cortarás el carnero en pedazos, y lavarás 17
sus intestinos y sus piernas, y las pondrás sobre sus trozos y
sobre su cabeza. Y quemarás todo el carnero sobre el altar; 18
es holocausto de olor grato para Jehová, es ofrenda quemada
a Jehová. Tomarás luego el otro carnero, y Aarón y sus h¼os 19
pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero. Y matarás el 20
carnero, y tomarás de su sangre y la pondrás sobre el lóbulo
29. 21–34 Éxodo 126
de la oreja derecha de Aarón, sobre el lóbulo de la oreja de sus
h¼os, sobre el dedo pulgar de las manos derechas de ellos, y
sobre el dedo pulgar de los pies derechos de ellos, y rociarás
21 la sangre sobre el altar alrededor. Y con la sangre que estará
sobre el altar, y el aceite de la unción, rociarás sobre Aarón,
sobre sus vestiduras, sobre sus h¼os, y sobre las vestiduras de
éstos; y él será santificado, y sus vestiduras, y sus h¼os, y las
22 vestiduras de sus h¼os con él. Luego tomarás del carnero la
grosura, y la cola, y la grosura que cubre los intestinos, y la
grosura del hígado, y los dos riñones, y la grosura que está
sobre ellos, y la espaldilla derecha; porque es carnero de con-
23 sagración. También una torta grande de pan, y una torta de
pan de aceite, y una hojaldre del canastillo de los panes sin
24 levadura presentado a Jehová, y lo pondrás todo en las manos
de Aarón, y en las manos de sus h¼os; y lo mecerás como
25 ofrenda mecida delante de Jehová. Después lo tomarás de sus
manos y lo harás arder en el altar, sobre el holocausto, por olor
26 grato delante de Jehová. Es ofrenda encendida a Jehová. Y
tomarás el pecho del carnero de las consagraciones, que es de
Aarón, y lo mecerás por ofrenda mecida delante de Jehová; y
27 será porción tuya. Y apartarás el pecho de la ofrenda mecida,
y la espaldilla de la ofrenda elevada, lo que fue mecido y lo que
fue elevado del carnero de las consagraciones de Aarón y de
28 sus h¼os, y será para Aarón y para sus h¼os como estatuto
perpetuo para los h¼os de Israel, porque es ofrenda elevada; y
será una ofrenda elevada de los h¼os de Israel, de sus sacrificios
29 de paz, porción de ellos elevada en ofrenda a Jehová. Y las
vestiduras santas, que son de Aarón, serán de sus h¼os después
de él, para ser ungidos en ellas, y para ser en ellas consagrados.
30 Por siete días las vestirá el que de sus h¼os tome su lugar como
sacerdote, cuando venga al tabernáculo de reunión para servir
31 en el santuario. Y tomarás el carnero de las consagraciones, y
32 cocerás su carne en lugar santo. Y Aarón y sus h¼os comerán
la carne del carnero, y el pan que estará en el canastillo, a la
33 puerta del tabernáculo de reunión. Y comerán aquellas cosas
con las cuales se hizo expiación, para llenar sus manos para
consagrarlos; mas el extraño no las comerá, porque son santas.
34 Y si sobrare hasta la mañana algo de la carne de las consagra127
Éxodo 29. 35–30. 6
ciones y del pan, quemarás al fuego lo que hubiere sobrado; no
se comerá, porque es cosa santa. Así, pues, harás a Aarón y a 35
sus h¼os, conforme a todo lo que yo te he mandado; por siete
días los consagrarás. Cada día ofrecerás el becerro del sacri- 36
ficio por el pecado, para las expiaciones; y purificarás el altar
cuando hagas expiación por él, y lo ungirás para santificarlo.
Por siete días harás expiación por el altar, y lo santificarás, 37
y será un altar santísimo: cualquiera cosa que tocare el altar,
será santificada. Esto es lo que ofrecerás sobre el altar: dos 38
corderos de un año cada día, continuamente. Ofrecerás uno 39
de los corderos por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a
la caída de la tarde. Además, con cada cordero una décima 40
parte de un efa de flor de harina amasada con la cuarta parte
de un hin de aceite de olivas machacadas; y para la libación,
la cuarta parte de un hin de vino. Y ofrecerás el otro cor- 41
dero a la caída de la tarde, haciendo conforme a la ofrenda
de la mañana, y conforme a su libación, en olor grato; ofrenda
encendida a Jehová. Esto será el holocausto continuo por 42
vuestras generaciones, a la puerta del tabernáculo de reunión,
delante de Jehová, en el cual me reuniré con vosotros, para
hablaros allí. Allí me reuniré con los h¼os de Israel; y el lugar 43
será santificado con mi gloria. Y santificaré el tabernáculo de 44
reunión y el altar; santificaré asimismo a Aarón y a sus h¼os,
para que sean mis sacerdotes. Y habitaré entre los h¼os de 45
Israel, y seré su Dios. Y conocerán que yo soy Jehová su Dios, 46
que los saqué de la tierra de Egipto, para habitar en medio de
ellos. Yo Jehová su Dios.
Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de ma- 30
dera de acacia lo harás. Su longitud será de un codo, y su 2
anchura de un codo; será cuadrado, y su altura de dos codos;
y sus cuernos serán parte del mismo. Y lo cubrirás de oro 3
puro, su cubierta, sus paredes en derredor y sus cuernos; y
le harás en derredor una cornisa de oro. Le harás también 4
dos anillos de oro debajo de su cornisa, a sus dos esquinas a
ambos lados suyos, para meter las varas con que será llevado.
Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de 5
oro. Y lo pondrás delante del velo que está junto al arca del 6
testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el testimo30.
7–25 Éxodo 128
7 nio, donde me encontraré contigo. Y Aarón quemará incienso
aromático sobre él; cada mañana cuando aliste las lámparas lo
8 quemará. Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer,
quemará el incienso; rito perpetuo delante de Jehová por
9 vuestras generaciones. No ofreceréis sobre él incienso extraño,
ni holocausto, ni ofrenda; ni tampoco derramaréis sobre
10 él libación. Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una
vez en el año con la sangre del sacrificio por el pecado para
expiación; una vez en el año hará expiación sobre él por vues-
11 tras generaciones; será muy santo a Jehová. Habló también
12 Jehová a Moisés, diciendo: Cuando tomes el número de los
h¼os de Israel conforme a la cuenta de ellos, cada uno dará a
Jehová el rescate de su persona, cuando los cuentes, para que
13 no haya en ellos mortandad cuando los hayas contado. Esto
dará todo aquel que sea contado; medio siclo, conforme al siclo
del santuario. El siclo es de veinte geras. La mitad de un siclo
14 será la ofrenda a Jehová. Todo el que sea contado, de veinte
15 años arriba, dará la ofrenda a Jehová. Ni el rico aumentará,
ni el pobre disminuirá del medio siclo, cuando dieren la ofren-
16 da a Jehová para hacer expiación por vuestras personas. Y
tomarás de los h¼os de Israel el dinero de las expiaciones, y lo
darás para el servicio del tabernáculo de reunión; y será por
memorial a los h¼os de Israel delante de Jehová, para hacer
17 expiación por vuestras personas. Habló más Jehová a Moisés,
18 diciendo: Harás también una fuente de bronce, con su base
de bronce, para lavar; y la colocarás entre el tabernáculo de
19 reunión y el altar, y pondrás en ella agua. Y de ella se lavarán
20 Aarón y sus h¼os las manos y los pies. Cuando entren en el
tabernáculo de reunión, se lavarán con agua, para que no mueran;
y cuando se acerquen al altar para ministrar, para quemar
21 la ofrenda encendida para Jehová, se lavarán las manos y los
pies, para que no mueran. Y lo tendrán por estatuto perpetuo
22 él y su descendencia por sus generaciones. Habló más Jehová
23 a Moisés, diciendo: Tomarás especias finas: de mirra excelente
quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto
es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cin-
24 cuenta, de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de
25 aceite de olivas un hin. Y harás de ello el aceite de la santa
129 Éxodo 30. 26–31. 10
unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será
el aceite de la unción santa. Con él ungirás el tabernáculo de 26
reunión, el arca del testimonio, la mesa con todos sus utensi- 27
lios, el candelero con todos sus utensilios, el altar del incienso,
el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente y 28
su base. Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo 29
que tocare en ellos, será santificado. Ungirás también a Aarón 30
y a sus h¼os, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes.
Y hablarás a los h¼os de Israel, diciendo: Éste será mi aceite 31
de la santa unción por vuestras generaciones. Sobre carne de 32
hombre no será derramado, ni haréis otro semejante, conforme
a su composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros.
Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que pusie- 33
re de él sobre extraño, será cortado de entre su pueblo. D¼o 34
además Jehová a Moisés: Toma especias aromáticas, estacte y
uña aromática y gálbano aromático e incienso puro; de todo
en igual peso, y harás de ello el incienso, un perfume según el 35
arte del perfumador, bien mezclado, puro y santo. Y molerás 36
parte de él en polvo fino, y lo pondrás delante del testimonio en
el tabernáculo de reunión, donde yo me mostraré a ti. Os será
cosa santísima. Como este incienso que harás, no os haréis 37
otro según su composición; te será cosa sagrada para Jehová.
Cualquiera que hiciere otro como éste para olerlo, será cortado 38
de entre su pueblo.
Habló Jehová a Moisés, diciendo: Mira, yo he llamado por 31, 2
nombre a Bezaleel h¼o de Uri, h¼o de Hur, de la tribu de Judá;
y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteli- 3
gencia, en ciencia y en todo arte, para inventar diseños, para 4
trabajar en oro, en plata y en bronce, y en artificio de pie- 5
dras para engastarlas, y en artificio de madera; para trabajar
en toda clase de labor. Y he aquí que yo he puesto con él a 6
Aholiab h¼o de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría
en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan
todo lo que te he mandado; el tabernáculo de reunión, el arca 7
del testimonio, el propiciatorio que está sobre ella, y todos los
utensilios del tabernáculo, la mesa y sus utensilios, el cande- 8
lero limpio y todos sus utensilios, el altar del incienso, el altar 9
del holocausto y todos sus utensilios, la fuente y su base, los 10
31. 11–32. 8 Éxodo 130
vestidos del servicio, las vestiduras santas para Aarón el sacerdote,
las vestiduras de sus h¼os para que ejerzan el sacerdocio,
11 el aceite de la unción, y el incienso aromático para el santuario;
12 harán conforme a todo lo que te he mandado. Habló además
13 Jehová a Moisés, diciendo: Tú hablarás a los h¼os de Israel,
diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo;
porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones,
14 para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Así que
guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que
lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere
obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio
15 de su pueblo. Seis días se trabajará, mas el día séptimo es
día de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en
16 el día de reposo, ciertamente morirá. Guardarán, pues, el día
de reposo los h¼os de Israel, celebrándolo por sus generaciones
17 por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los h¼os
de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra,
18 y en el séptimo día cesó y reposó. Y dio a Moisés, cuando
acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del
testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.
32 Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte,
se acercaron entonces a Aarón, y le d¼eron: Levántate, haznos
dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés,
el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué
2 le haya acontecido. Y Aarón les d¼o: Apartad los zarcillos de
oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros
3 h¼os y de vuestras h¼as, y traédmelos. Entonces todo el pueblo
apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los
4 trajeron a Aarón; y él los tomó de las manos de ellos, y le
dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición.
Entonces d¼eron: Israel, éstos son tus dioses, que te sacaron
5 de la tierra de Egipto. Y viendo esto Aarón, edificó un altar
delante del becerro; y pregonó Aarón, y d¼o: Mañana será
6 fiesta para Jehová. Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron
holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el
7 pueblo a comer y a beber, y se levantó a regoc¼arse. Entonces
Jehová d¼o a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo
8 que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. Pronto
131 Éxodo 32. 9–23
se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho
un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido
sacrificios, y han dicho: Israel, éstos son tus dioses, que te sacaron
de la tierra de Egipto. D¼o más Jehová a Moisés: Yo 9
he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz.
Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los 10
consuma; y de ti yo haré una nación grande. Entonces Moisés 11
oró en presencia de Jehová su Dios, y d¼o: Oh Jehová, ¿por
qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de
la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por 12
qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó,
para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de
la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este
mal contra tu pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de 13
Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les
has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas
del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra
de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre.
Entonces Jehová se arrepintió del mal que d¼o que había de 14
hacer a su pueblo. Y volvió Moisés y descendió del monte, 15
trayendo en su mano las dos tablas del testimonio, las tablas
escritas por ambos lados; de uno y otro lado estaban escritas.
Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de 16
Dios grabada sobre las tablas. Cuando oyó Josué el clamor 17
del pueblo que gritaba, d¼o a Moisés: Alarido de pelea hay
en el campamento. Y él respondió: No es voz de alaridos de 18
fuertes, ni voz de alaridos de débiles; voz de cantar oigo yo. Y 19
aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro
y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus
manos, y las quebró al pie del monte. Y tomó el becerro que 20
habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo
a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber
a los h¼os de Israel. Y d¼o Moisés a Aarón: ¿Qué te ha he- 21
cho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? Y 22
respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo,
que es inclinado a mal. Porque me d¼eron: Haznos dioses que 23
vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que
nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acon32.
24–33. 5 Éxodo 132
24 tecido. Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y me
25 lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro. Y viendo
Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo
26 había permitido, para vergüenza entre sus enemigos, se puso
Moisés a la puerta del campamento, y d¼o: ¿Quién está por
Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los h¼os
27 de Leví. Y él les d¼o: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel:
Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de
puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su
28 hermano, y a su amigo, y a su pariente. Y los h¼os de Leví lo
hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en
29 aquel día como tres mil hombres. Entonces Moisés d¼o: Hoy
os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado
en su h¼o y en su hermano, para que él dé bendición hoy
30 sobre vosotros. Y aconteció que al día siguiente d¼o Moisés
al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, pero yo
subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pe-
31 cado. Entonces volvió Moisés a Jehová, y d¼o: Te ruego, pues
este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron
32 dioses de oro, que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme
33 ahora de tu libro que has escrito. Y Jehová respondió a Moi-
34 sés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro. Ve,
pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho; he aquí mi
ángel irá delante de ti; pero en el día del castigo, yo castigaré
35 en ellos su pecado. Y Jehová hirió al pueblo, porque habían
hecho el becerro que formó Aarón.
33 Jehová d¼o a Moisés: Anda, sube de aquí, tú y el pueblo
que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a
Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré;
2 y yo enviaré delante de ti el ángel, y echaré fuera al cananeo
3 y al amorreo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo (a la
tierra que fluye leche y miel); pero yo no subiré en medio de ti,
porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el
4 camino. Y oyendo el pueblo esta mala noticia, vistieron luto,
5 y ninguno se puso sus atavíos. Porque Jehová había dicho a
Moisés: Di a los h¼os de Israel: Vosotros sois pueblo de dura
cerviz; en un momento subiré en medio de ti, y te consumiré.
Quítate, pues, ahora tus atavíos, para que yo sepa lo que te
133 Éxodo 33. 6–22
he de hacer. Entonces los h¼os de Israel se despojaron de sus 6
atavíos desde el monte Horeb. Y Moisés tomó el tabernáculo, 7
y lo levantó lejos, fuera del campamento, y lo llamó el Tabernáculo
de Reunión. Y cualquiera que buscaba a Jehová, salía
al tabernáculo de reunión que estaba fuera del campamento.
Y sucedía que cuando salía Moisés al tabernáculo, todo el pue- 8
blo se levantaba, y cada cual estaba en pie a la puerta de su
tienda, y miraban en pos de Moisés, hasta que él entraba en
el tabernáculo. Cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la 9
columna de nube descendía y se ponía a la puerta del tabernáculo,
y Jehová hablaba con Moisés. Y viendo todo el pueblo 10
la columna de nube que estaba a la puerta del tabernáculo,
se levantaba cada uno a la puerta de su tienda y adoraba. Y 11
hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a
su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué
h¼o de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del
tabernáculo. Y d¼o Moisés a Jehová: Mira, tú me dices a mí: 12
Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás
conmigo. Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre,
y has hallado también gracia en mis ojos. Ahora, pues, si 13
he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora
tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y
mira que esta gente es pueblo tuyo. Y él d¼o: Mi presencia 14
irá contigo, y te daré descanso. Y Moisés respondió: Si tu 15
presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. ¿Y en 16
qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y
tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros, y que yo y tu
pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre
la faz de la tierra? Y Jehová d¼o a Moisés: También haré esto 17
que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te
he conocido por tu nombre. Él entonces d¼o: Te ruego que 18
me muestres tu gloria. Y le respondió: Yo haré pasar todo mi 19
bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová
delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia,
y seré clemente para con el que seré clemente. D¼o más: 20
No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá.
Y d¼o aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás 21
sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una 22
33. 23–34. 15 Éxodo 134
hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que ha-
23 ya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas;
mas no se verá mi rostro.
34 Y Jehová d¼o a Moisés: Alísate dos tablas de piedra como
las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que es-
2 taban en las tablas primeras que quebraste. Prepárate, pues,
para mañana, y sube de mañana al monte de Sinaí, y presén-
3 tate ante mí sobre la cumbre del monte. Y no suba hombre
contigo, ni parezca alguno en todo el monte; ni ovejas ni bue-
4 yes pazcan delante del monte. Y Moisés alisó dos tablas de
piedra como las primeras; y se levantó de mañana y subió al
monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano las dos
5 tablas de piedra. Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí
6 con él, proclamando el nombre de Jehová. Y pasando Jehová
por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso
y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia
7 y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona
la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo
tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de
los padres sobre los h¼os y sobre los h¼os de los h¼os, hasta la
8 tercera y cuarta generación. Entonces Moisés, apresurándose,
9 bajó la cabeza hacia el suelo y adoró. Y d¼o: Si ahora, Señor,
he hallado gracia en tus ojos, vaya ahora el Señor en medio de
nosotros; porque es un pueblo de dura cerviz; y perdona nues-
10 tra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos por tu heredad. Y
él contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo;
haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en
nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú,
la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré
11 contigo. Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo
de delante de tu presencia al amorreo, al cananeo, al heteo,
12 al ferezeo, al heveo y al jebuseo. Guárdate de hacer alianza
con los moradores de la tierra donde has de entrar, para que
13 no sean tropezadero en medio de ti. Derribaréis sus altares,
y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera.
14 Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová,
15 cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es. Por tanto, no harás
alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán
135 Éxodo 34. 16–32
en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te
invitarán, y comerás de sus sacrificios; o tomando de sus hi- 16
jas para tus h¼os, y fornicando sus h¼as en pos de sus dioses,
harán fornicar también a tus h¼os en pos de los dioses de ellas.
No te harás dioses de fundición. La fiesta de los panes sin le- 17, 18
vadura guardarás; siete días comerás pan sin levadura, según
te he mandado, en el tiempo señalado del mes de Abib; porque
en el mes de Abib saliste de Egipto. Todo primer nacido, mío 19
es; y de tu ganado todo primogénito de vaca o de oveja, que
sea macho. Pero redimirás con cordero el primogénito del as- 20
no; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. Redimirás todo
primogénito de tus h¼os; y ninguno se presentará delante de
mí con las manos vacías. Seis días trabajarás, mas en el sépti- 21
mo día descansarás; aun en la arada y en la siega, descansarás.
También celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primi- 22
cias de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha a la salida
del año. Tres veces en el año se presentará todo varón tuyo 23
delante de Jehová el Señor, Dios de Israel. Porque yo arroja- 24
ré a las naciones de tu presencia, y ensancharé tu territorio;
y ninguno codiciará tu tierra, cuando subas para presentarte
delante de Jehová tu Dios tres veces en el año. No ofrecerás 25
cosa leudada junto con la sangre de mi sacrificio, ni se dejará
hasta la mañana nada del sacrificio de la fiesta de la pascua.
Las primicias de los primeros frutos de tu tierra llevarás a la 26
casa de Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de
su madre. Y Jehová d¼o a Moisés: Escribe tú estas palabras; 27
porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con
Israel. Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta 28
noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las
palabras del pacto, los diez mandamientos. Y aconteció que 29
descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio
en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés
que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado
con Dios. Y Aarón y todos los h¼os de Israel miraron a 30
Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y
tuvieron miedo de acercarse a él. Entonces Moisés los llamó; 31
y Aarón y todos los príncipes de la congregación volvieron a
él, y Moisés les habló. Después se acercaron todos los h¼os de 32
34. 33–35. 19 Éxodo 136
Israel, a los cuales mandó todo lo que Jehová le había dicho en
33 el monte Sinaí. Y cuando acabó Moisés de hablar con ellos,
34 puso un velo sobre su rostro. Cuando venía Moisés delante de
Jehová para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía;
y saliendo, decía a los h¼os de Israel lo que le era mandado.
35 Y al mirar los h¼os de Israel el rostro de Moisés, veían que la
piel de su rostro era resplandeciente; y volvía Moisés a poner
el velo sobre su rostro, hasta que entraba a hablar con Dios.
35 Moisés convocó a toda la congregación de los h¼os de Israel
y les d¼o: Éstas son las cosas que Jehová ha mandado que
2 sean hechas: Seis días se trabajará, mas el día séptimo os será
santo, día de reposo para Jehová; cualquiera que en él hicie-
3 re trabajo alguno, morirá. No encenderéis fuego en ninguna
4 de vuestras moradas en el día de reposo. Y habló Moisés a
toda la congregación de los h¼os de Israel, diciendo: Esto es
5 lo que Jehová ha mandado: Tomad de entre vosotros ofrenda
para Jehová; todo generoso de corazón la traerá a Jehová;
6 oro, plata, bronce, azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de
7 cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones,
8 madera de acacia, aceite para el alumbrado, especias para el
9 aceite de la unción y para el incienso aromático, y piedras
de ónice y piedras de engaste para el efod y para el pectoral.
10 Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas
11 las cosas que Jehová ha mandado: el tabernáculo, su tienda,
su cubierta, sus corchetes, sus tablas, sus barras, sus columnas
12 y sus basas; el arca y sus varas, el propiciatorio, el velo de la
13 tienda; la mesa y sus varas, y todos sus utensilios, y el pan
14 de la proposición; el candelero del alumbrado y sus utensi-
15 lios, sus lámparas, y el aceite para el alumbrado; el altar del
incienso y sus varas, el aceite de la unción, el incienso aromático,
la cortina de la puerta para la entrada del tabernáculo;
16 el altar del holocausto, su enrejado de bronce y sus varas, y
17 todos sus utensilios, y la fuente con su base; las cortinas del
atrio, sus columnas y sus basas, la cortina de la puerta del
18 atrio; las estacas del tabernáculo, y las estacas del atrio y
19 sus cuerdas; las vestiduras del servicio para ministrar en el
santuario, las sagradas vestiduras de Aarón el sacerdote, y las
137 Éxodo 35. 20–36. 1
vestiduras de sus h¼os para servir en el sacerdocio. Y salió 20
toda la congregación de los h¼os de Israel de delante de Moisés.
Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo 21
aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová
para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra,
y para las sagradas vestiduras. Vinieron así hombres como 22
mujeres, todos los voluntarios de corazón, y trajeron cadenas
y zarcillos, anillos y brazaletes y toda clase de joyas de oro; y
todos presentaban ofrenda de oro a Jehová. Todo hombre que 23
tenía azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles
de carneros teñidas de rojo, o pieles de tejones, lo traía. Todo 24
el que ofrecía ofrenda de plata o de bronce traía a Jehová la
ofrenda; y todo el que tenía madera de acacia la traía para
toda la obra del servicio. Además todas las mujeres sabias de 25
corazón hilaban con sus manos, y traían lo que habían hilado:
azul, púrpura, carmesí o lino fino. Y todas las mujeres cuyo 26
corazón las impulsó en sabiduría hilaron pelo de cabra. Los 27
príncipes trajeron piedras de ónice, y las piedras de los engastes
para el efod y el pectoral, y las especias aromáticas, y el 28
aceite para el alumbrado, y para el aceite de la unción, y para
el incienso aromático. De los h¼os de Israel, así hombres como 29
mujeres, todos los que tuvieron corazón voluntario para traer
para toda la obra, que Jehová había mandado por medio de
Moisés que hiciesen, trajeron ofrenda voluntaria a Jehová. Y 30
d¼o Moisés a los h¼os de Israel: Mirad, Jehová ha nombrado
a Bezaleel h¼o de Uri, h¼o de Hur, de la tribu de Judá; y lo 31
ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia,
en ciencia y en todo arte, para proyectar diseños, para tra- 32
bajar en oro, en plata y en bronce, y en la talla de piedras 33
de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda labor
ingeniosa. Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar, 34
así él como Aholiab h¼o de Ahisamac, de la tribu de Dan; y 35
los ha llenado de sabiduría de corazón, para que hagan toda
obra de arte y de invención, y de bordado en azul, en púrpura,
en carmesí, en lino fino y en telar, para que hagan toda labor,
e inventen todo diseño.
Así, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de co- 36
razón a quien Jehová dio sabiduría e inteligencia para saber
36. 2–18 Éxodo 138
hacer toda la obra del servicio del santuario, harán todas las
2 cosas que ha mandado Jehová. Y Moisés llamó a Bezaleel y a
Aholiab y a todo varón sabio de corazón, en cuyo corazón había
puesto Jehová sabiduría, todo hombre a quien su corazón
3 le movió a venir a la obra para trabajar en ella. Y tomaron
de delante de Moisés toda la ofrenda que los h¼os de Israel
habían traído para la obra del servicio del santuario, a fin de
hacerla. Y ellos seguían trayéndole ofrenda voluntaria cada
4 mañana. Tanto, que vinieron todos los maestros que hacían
5 toda la obra del santuario, cada uno de la obra que hacía, y
hablaron a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo
que se necesita para la obra que Jehová ha mandado que se
6 haga. Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento,
diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más para la ofrenda
7 del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más; pues
tenían material abundante para hacer toda la obra, y sobraba.
8 Todos los sabios de corazón de entre los que hacían la obra,
hicieron el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul,
púrpura y carmesí; las hicieron con querubines de obra primo-
9 rosa. La longitud de una cortina era de veintiocho codos, y la
anchura de cuatro codos; todas las cortinas eran de igual me-
10 dida. Cinco de las cortinas las unió entre sí, y asimismo unió
11 las otras cinco cortinas entre sí. E hizo lazadas de azul en la
orilla de la cortina que estaba al extremo de la primera serie; e
hizo lo mismo en la orilla de la cortina final de la segunda serie.
12 Cincuenta lazadas hizo en la primera cortina, y otras cincuenta
en la orilla de la cortina de la segunda serie; las lazadas
13 de la una correspondían a las de la otra. Hizo también cincuenta
corchetes de oro, con los cuales enlazó las cortinas una
14 con otra, y así quedó formado un tabernáculo. Hizo asimismo
cortinas de pelo de cabra para una tienda sobre el tabernáculo;
15 once cortinas hizo. La longitud de una cortina era de treinta
codos, y la anchura de cuatro codos; las once cortinas tenían
16 una misma medida. Y unió cinco de las cortinas aparte, y las
17 otras seis cortinas aparte. Hizo además cincuenta lazadas en
la orilla de la cortina que estaba al extremo de la primera serie,
y otras cincuenta lazadas en la orilla de la cortina final de
18 la segunda serie. Hizo también cincuenta corchetes de bronce
139 Éxodo 36. 19–37. 2
para enlazar la tienda, de modo que fuese una. E hizo para 19
la tienda una cubierta de pieles de carneros teñidas de rojo, y
otra cubierta de pieles de tejones encima. Además hizo para 20
el tabernáculo las tablas de madera de acacia, derechas. La 21
longitud de cada tabla era de diez codos, y de codo y medio la
anchura. Cada tabla tenía dos espigas, para unirlas una con 22
otra; así hizo todas las tablas del tabernáculo. Hizo, pues, 23
las tablas para el tabernáculo; veinte tablas al lado del sur, al
mediodía. Hizo también cuarenta basas de plata debajo de 24
las veinte tablas: dos basas debajo de una tabla, para sus dos
espigas, y dos basas debajo de otra tabla para sus dos espigas.
Y para el otro lado del tabernáculo, al lado norte, hizo otras 25
veinte tablas, con sus cuarenta basas de plata; dos basas de- 26
bajo de una tabla, y dos basas debajo de otra tabla. Y para 27
el lado occidental del tabernáculo hizo seis tablas. Para las 28
esquinas del tabernáculo en los dos lados hizo dos tablas, las 29
cuales se unían desde abajo, y por arriba se ajustaban con un
gozne; así hizo a la una y a la otra en las dos esquinas. Eran, 30
pues, ocho tablas, y sus basas de plata dieciséis; dos basas
debajo de cada tabla. Hizo también las barras de madera de 31
acacia; cinco para las tablas de un lado del tabernáculo, cinco 32
barras para las tablas del otro lado del tabernáculo, y cinco
barras para las tablas del lado posterior del tabernáculo hacia
el occidente. E hizo que la barra de en medio pasase por en 33
medio de las tablas de un extremo al otro. Y cubrió de oro 34
las tablas, e hizo de oro los anillos de ellas, por donde pasasen
las barras; cubrió también de oro las barras. Hizo asimismo el 35
velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; lo hizo con querubines
de obra primorosa. Y para él hizo cuatro columnas de 36
madera de acacia, y las cubrió de oro, y sus capiteles eran de
oro; y fundió para ellas cuatro basas de plata. Hizo también el 37
velo para la puerta del tabernáculo, de azul, púrpura, carmesí
y lino torcido, obra de recamador; y sus cinco columnas con 38
sus capiteles; y cubrió de oro los capiteles y las molduras, e
hizo de bronce sus cinco basas.
Hizo también Bezaleel el arca de madera de acacia; su lon- 37
gitud era de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y
su altura de codo y medio. Y la cubrió de oro puro por dentro 2
37. 3–21 Éxodo 140
3 y por fuera, y le hizo una cornisa de oro en derredor. Además
fundió para ella cuatro anillos de oro a sus cuatro esquinas; en
4 un lado dos anillos y en el otro lado dos anillos. Hizo también
5 varas de madera de acacia, y las cubrió de oro. Y metió las va-
6 ras por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca. Hizo
asimismo el propiciatorio de oro puro; su longitud de dos codos
7 y medio, y su anchura de codo y medio. Hizo también los dos
querubines de oro, labrados a martillo, en los dos extremos del
8 propiciatorio. Un querubín a un extremo, y otro querubín al
otro extremo; de una pieza con el propiciatorio hizo los que-
9 rubines a sus dos extremos. Y los querubines extendían sus
alas por encima, cubriendo con sus alas el propiciatorio; y sus
rostros el uno enfrente del otro miraban hacia el propiciatorio.
10 Hizo también la mesa de madera de acacia; su longitud de dos
11 codos, su anchura de un codo, y de codo y medio su altura; y
la cubrió de oro puro, y le hizo una cornisa de oro alrededor.
12 Le hizo también una moldura de un palmo menor de anchura
alrededor, e hizo en derredor de la moldura una cornisa de
13 oro. Le hizo asimismo de fundición cuatro anillos de oro, y
los puso a las cuatro esquinas que correspondían a las cuatro
14 patas de ella. Debajo de la moldura estaban los anillos, por
15 los cuales se metían las varas para llevar la mesa. E hizo las
varas de madera de acacia para llevar la mesa, y las cubrió de
16 oro. También hizo los utensilios que habían de estar sobre la
mesa, sus platos, sus cucharas, sus cubiertos y sus tazones con
17 que se había de libar, de oro fino. Hizo asimismo el candelero
de oro puro, labrado a martillo; su pie, su caña, sus copas, sus
18 manzanas y sus flores eran de lo mismo. De sus lados salían
seis brazos; tres brazos de un lado del candelero, y otros tres
19 brazos del otro lado del candelero. En un brazo, tres copas en
forma de flor de almendro, una manzana y una flor, y en otro
brazo tres copas en figura de flor de almendro, una manzana y
20 una flor; así en los seis brazos que salían del candelero. Y en
la caña del candelero había cuatro copas en figura de flor de
21 almendro, sus manzanas y sus flores, y una manzana debajo
de dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de otros
dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de los otros dos
brazos del mismo, conforme a los seis brazos que salían de él.
141 Éxodo 37. 22–38. 13
Sus manzanas y sus brazos eran de lo mismo; todo era una 22
pieza labrada a martillo, de oro puro. Hizo asimismo sus sie- 23
te lamparillas, sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro.
De un talento de oro puro lo hizo, con todos sus utensilios. 24
Hizo también el altar del incienso, de madera de acacia; de un 25
codo su longitud, y de otro codo su anchura; era cuadrado, y
su altura de dos codos; y sus cuernos de la misma pieza. Y lo 26
cubrió de oro puro, su cubierta y sus paredes alrededor, y sus
cuernos, y le hizo una cornisa de oro alrededor. Le hizo tam- 27
bién dos anillos de oro debajo de la cornisa en las dos esquinas
a los dos lados, para meter por ellos las varas con que había
de ser conducido. E hizo las varas de madera de acacia, y las 28
cubrió de oro. Hizo asimismo el aceite santo de la unción, y 29
el incienso puro, aromático, según el arte del perfumador.
Igualmente hizo de madera de acacia el altar del holocausto; 38
su longitud de cinco codos, y su anchura de otros cinco codos,
cuadrado, y de tres codos de altura. E hizo sus cuernos a sus 2
cuatro esquinas, los cuales eran de la misma pieza, y lo cubrió
de bronce. Hizo asimismo todos los utensilios del altar; calde- 3
ros, tenazas, tazones, garfios y palas; todos sus utensilios los
hizo de bronce. E hizo para el altar un enrejado de bronce 4
de obra de rejilla, que puso por debajo de su cerco hasta la
mitad del altar. También fundió cuatro anillos a los cuatro 5
extremos del enrejado de bronce, para meter las varas. E hizo 6
las varas de madera de acacia, y las cubrió de bronce. Y me- 7
tió las varas por los anillos a los lados del altar, para llevarlo
con ellas; hueco lo hizo, de tablas. También hizo la fuente de 8
bronce y su base de bronce, de los espejos de las mujeres que
velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. Hizo asimis- 9
mo el atrio; del lado sur, al mediodía, las cortinas del atrio
eran de cien codos, de lino torcido. Sus columnas eran veinte, 10
con sus veinte basas de bronce; los capiteles de las columnas
y sus molduras, de plata. Y del lado norte cortinas de cien 11
codos; sus columnas, veinte, con sus veinte basas de bronce; los
capiteles de las columnas y sus molduras, de plata. Del lado 12
del occidente, cortinas de cincuenta codos; sus columnas diez,
y sus diez basas; los capiteles de las columnas y sus molduras,
de plata. Del lado oriental, al este, cortinas de cincuenta co- 13
38. 14–30 Éxodo 142
14 dos; a un lado cortinas de quince codos, sus tres columnas y
15 sus tres basas; al otro lado, de uno y otro lado de la puerta
del atrio, cortinas de quince codos, con sus tres columnas y
16 sus tres basas. Todas las cortinas del atrio alrededor eran de
17 lino torcido. Las basas de las columnas eran de bronce; los
capiteles de las columnas y sus molduras, de plata; asimismo
las cubiertas de las cabezas de ellas, de plata; y todas las co-
18 lumnas del atrio tenían molduras de plata. La cortina de la
entrada del atrio era de obra de recamador, de azul, púrpura,
carmesí y lino torcido; era de veinte codos de longitud, y su
anchura, o sea su altura, era de cinco codos, lo mismo que las
19 cortinas del atrio. Sus columnas eran cuatro, con sus cuatro
basas de bronce y sus capiteles de plata; y las cubiertas de los
20 capiteles de ellas, y sus molduras, de plata. Todas las estacas
21 del tabernáculo y del atrio alrededor eran de bronce. Éstas
son las cuentas del tabernáculo, del tabernáculo del testimonio,
las que se hicieron por orden de Moisés por obra de los
levitas bajo la dirección de Itamar h¼o del sacerdote Aarón.
22 Y Bezaleel h¼o de Uri, h¼o de Hur, de la tribu de Judá, hizo
23 todas las cosas que Jehová mandó a Moisés. Y con él estaba
Aholiab h¼o de Ahisamac, de la tribu de Dan, artífice, diseña-
24 dor y recamador en azul, púrpura, carmesí y lino fino. Todo
el oro empleado en la obra, en toda la obra del santuario, el
cual fue oro de la ofrenda, fue veintinueve talentos y setecien-
25 tos treinta siclos, según el siclo del santuario. Y la plata de
los empadronados de la congregación fue cien talentos y mil
setecientos setenta y cinco siclos, según el siclo del santuario;
26 medio siclo por cabeza, según el siclo del santuario; a todos los
que pasaron por el censo, de edad de veinte años arriba, que
27 fueron seiscientos tres mil quinientos cincuenta. Hubo además
cien talentos de plata para fundir las basas del santuario
y las basas del velo; en cien basas, cien talentos, a talento por
28 basa. Y de los mil setecientos setenta y cinco siclos hizo los
capiteles de las columnas, y cubrió los capiteles de ellas, y las
29 ciñó. El bronce ofrendado fue setenta talentos y dos mil cua-
30 trocientos siclos, del cual fueron hechas las basas de la puerta
del tabernáculo de reunión, y el altar de bronce y su enrejado
143 Éxodo 38. 31–39. 19
de bronce, y todos los utensilios del altar, las basas del atrio 31
alrededor, las basas de la puerta del atrio, y todas las estacas
del tabernáculo y todas las estacas del atrio alrededor.
Del azul, púrpura y carmesí hicieron las vestiduras del mi- 39
nisterio para ministrar en el santuario, y asimismo hicieron las
vestiduras sagradas para Aarón, como Jehová lo había mandado
a Moisés. Hizo también el efod de oro, de azul, púrpura, 2
carmesí y lino torcido. Y batieron láminas de oro, y cortaron 3
hilos para tejerlos entre el azul, la púrpura, el carmesí y el lino,
con labor primorosa. Hicieron las hombreras para que se 4
juntasen, y se unían en sus dos extremos. Y el cinto del efod 5
que estaba sobre él era de lo mismo, de igual labor; de oro,
azul, púrpura, carmesí y lino torcido, como Jehová lo había
mandado a Moisés. Y labraron las piedras de ónice montadas 6
en engastes de oro, con grabaduras de sello con los nombres
de los h¼os de Israel, y las puso sobre las hombreras del efod, 7
por piedras memoriales para los h¼os de Israel, como Jehová
lo había mandado a Moisés. Hizo también el pectoral de obra 8
primorosa como la obra del efod, de oro, azul, púrpura, carmesí
y lino torcido. Era cuadrado; doble hicieron el pectoral; su 9
longitud era de un palmo, y de un palmo su anchura, cuando
era doblado. Y engastaron en él cuatro hileras de piedras. La 10
primera hilera era un sardio, un topacio y un carbunclo; ésta
era la primera hilera. La segunda hilera, una esmeralda, un 11
zafiro y un diamante. La tercera hilera, un jacinto, una ágata 12
y una amatista. Y la cuarta hilera, un berilo, un ónice y un 13
jaspe, todas montadas y encajadas en engastes de oro. Y las 14
piedras eran conforme a los nombres de los h¼os de Israel, doce
según los nombres de ellos; como grabaduras de sello, cada
una con su nombre, según las doce tribus. Hicieron también 15
sobre el pectoral los cordones de forma de trenza, de oro puro.
Hicieron asimismo dos engastes y dos anillos de oro, y pusieron 16
dos anillos de oro en los dos extremos del pectoral, y fijaron 17
los dos cordones de oro en aquellos dos anillos a los extremos
del pectoral. F¼aron también los otros dos extremos de los 18
dos cordones de oro en los dos engastes que pusieron sobre las
hombreras del efod por delante. E hicieron otros dos anillos 19
de oro que pusieron en los dos extremos del pectoral, en su
39. 20–39 Éxodo 144
20 orilla, frente a la parte baja del efod. Hicieron además dos
anillos de oro que pusieron en la parte delantera de las dos
hombreras del efod, hacia abajo, cerca de su juntura, sobre el
21 cinto del efod. Y ataron el pectoral por sus anillos a los anillos
del efod con un cordón de azul, para que estuviese sobre el cinto
del mismo efod y no se separase el pectoral del efod, como
22 Jehová lo había mandado a Moisés. Hizo también el manto
23 del efod de obra de tejedor, todo de azul, con su abertura
en medio de él, como el cuello de un coselete, con un borde
24 alrededor de la abertura, para que no se rompiese. E hicieron
en las orillas del manto granadas de azul, púrpura, carmesí y
25 lino torcido. Hicieron también campanillas de oro puro, y pusieron
campanillas entre las granadas en las orillas del manto,
26 alrededor, entre las granadas; una campanilla y una granada,
otra campanilla y otra granada alrededor, en las orillas
del manto, para ministrar, como Jehová lo mandó a Moisés.
27 Igualmente hicieron las túnicas de lino fino de obra de teje-
28 dor, para Aarón y para sus h¼os. Asimismo la mitra de lino
fino, y los adornos de las tiaras de lino fino, y los calzoncillos
29 de lino, de lino torcido. También el cinto de lino torcido, de
azul, púrpura y carmesí, de obra de recamador, como Jehová
30 lo mandó a Moisés. Hicieron asimismo la lámina de la diadema
santa de oro puro, y escribieron en ella como grabado de
31 sello: SANTIDAD A JEHOVÁ. Y pusieron en ella un cordón
de azul para colocarla sobre la mitra por arriba, como Jehová
32 lo había mandado a Moisés. Así fue acabada toda la obra del
tabernáculo, del tabernáculo de reunión; e hicieron los h¼os
de Israel como Jehová lo había mandado a Moisés; así lo hi-
33 cieron. Y trajeron el tabernáculo a Moisés, el tabernáculo y
todos sus utensilios; sus corchetes, sus tablas, sus barras, sus
34 columnas, sus basas; la cubierta de pieles de carnero teñidas
35 de rojo, la cubierta de pieles de tejones, el velo del frente; el
36 arca del testimonio y sus varas, el propiciatorio; la mesa, to-
37 dos sus vasos, el pan de la proposición; el candelero puro, sus
lamparillas, las lamparillas que debían mantenerse en orden,
38 y todos sus utensilios, el aceite para el alumbrado; el altar
de oro, el aceite de la unción, el incienso aromático, la corti-
39 na para la entrada del tabernáculo; el altar de bronce con su
145 Éxodo 39. 40–40. 18
enrejado de bronce, sus varas y todos sus utensilios, la fuente
y su base; las cortinas del atrio, sus columnas y sus basas, la 40
cortina para la entrada del atrio, sus cuerdas y sus estacas, y
todos los utensilios del servicio del tabernáculo, del tabernáculo
de reunión; las vestiduras del servicio para ministrar en 41
el santuario, las sagradas vestiduras para Aarón el sacerdote,
y las vestiduras de sus h¼os, para ministrar en el sacerdocio.
En conformidad a todas las cosas que Jehová había manda- 42
do a Moisés, así hicieron los h¼os de Israel toda la obra. Y 43
vio Moisés toda la obra, y he aquí que la habían hecho como
Jehová había mandado; y los bend¼o.
Luego Jehová habló a Moisés, diciendo: En el primer día 40, 2
del mes primero harás levantar el tabernáculo, el tabernáculo
de reunión; y pondrás en él el arca del testimonio, y la cu- 3
brirás con el velo. Meterás la mesa y la pondrás en orden; 4
meterás también el candelero y encenderás sus lámparas, y 5
pondrás el altar de oro para el incienso delante del arca del
testimonio, y pondrás la cortina delante a la entrada del tabernáculo.
Después pondrás el altar del holocausto delante de 6
la entrada del tabernáculo, del tabernáculo de reunión. Luego 7
pondrás la fuente entre el tabernáculo de reunión y el altar, y
pondrás agua en ella. Finalmente pondrás el atrio alrededor, 8
y la cortina a la entrada del atrio. Y tomarás el aceite de la 9
unción y ungirás el tabernáculo, y todo lo que está en él; y
lo santificarás con todos sus utensilios, y será santo. Ungirás 10
también el altar del holocausto y todos sus utensilios; y santificarás
el altar, y será un altar santísimo. Asimismo ungirás 11
la fuente y su base, y la santificarás. Y llevarás a Aarón y a 12
sus h¼os a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás
con agua. Y harás vestir a Aarón las vestiduras sagradas, y lo 13
ungirás, y lo consagrarás, para que sea mi sacerdote. Después 14
harás que se acerquen sus h¼os, y les vestirás las túnicas; y 15
los ungirás, como ungiste a su padre, y serán mis sacerdotes,
y su unción les servirá por sacerdocio perpetuo, por sus generaciones.
Y Moisés hizo conforme a todo lo que Jehová le 16
mandó; así lo hizo. Así, en el día primero del primer mes, en el 17
segundo año, el tabernáculo fue erigido. Moisés hizo levantar 18
el tabernáculo, y asentó sus basas, y colocó sus tablas, y puso
40. 19–38 Éxodo 146
19 sus barras, e hizo alzar sus columnas. Levantó la tienda sobre
el tabernáculo, y puso la sobrecubierta encima del mismo,
20 como Jehová había mandado a Moisés. Y tomó el testimonio
y lo puso dentro del arca, y colocó las varas en el arca, y
21 encima el propiciatorio sobre el arca. Luego metió el arca en
el tabernáculo, y puso el velo extendido, y ocultó el arca del
22 testimonio, como Jehová había mandado a Moisés. Puso la
mesa en el tabernáculo de reunión, al lado norte de la cortina,
23 fuera del velo, y sobre ella puso por orden los panes delante
24 de Jehová, como Jehová había mandado a Moisés. Puso el
candelero en el tabernáculo de reunión, enfrente de la mesa, al
25 lado sur de la cortina, y encendió las lámparas delante de Je-
26 hová, como Jehová había mandado a Moisés. Puso también
el altar de oro en el tabernáculo de reunión, delante del ve-
27 lo, y quemó sobre él incienso aromático, como Jehová había
28 mandado a Moisés. Puso asimismo la cortina a la entrada del
29 tabernáculo. Y colocó el altar del holocausto a la entrada del
tabernáculo, del tabernáculo de reunión, y sacrificó sobre él
holocausto y ofrenda, como Jehová había mandado a Moisés.
30 Y puso la fuente entre el tabernáculo de reunión y el altar, y
31 puso en ella agua para lavar. Y Moisés y Aarón y sus h¼os
32 lavaban en ella sus manos y sus pies. Cuando entraban en
el tabernáculo de reunión, y cuando se acercaban al altar, se
33 lavaban, como Jehová había mandado a Moisés. Finalmente
erigió el atrio alrededor del tabernáculo y del altar, y puso la
34 cortina a la entrada del atrio. Así acabó Moisés la obra. Entonces
una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria
35 de Jehová llenó el tabernáculo. Y no podía Moisés entrar en
el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la
36 gloria de Jehová lo llenaba. Y cuando la nube se alzaba del
tabernáculo, los h¼os de Israel se movían en todas sus jorna-
37 das; pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día
38 en que ella se alzaba. Porque la nube de Jehová estaba de
día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él,
a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.

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